Crisis del coronavirus

El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, se vacunó colándose en una residencia de ancianos curas

El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, se vacunó colándose en una residencia de ancianos curas
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Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca, se une a la ya larga lista de «avispados» que se han saltado las listas de vacunación y se han hecho administrar la dosis del antídoto contra el coronavirus sin corresponderles. Según ha podido saber OKDIARIO, Taltavull recibió el primer pinchazo el pasado 5 de enero.

Taltavull, que el próximo día 28 cumplirá 73 años, por lo que aún no forma parte de las listas prioritarias de vacunación, aprovechó la presencia del  personal sanitario en la sede de Sant Pere i Sant Bernat, un antiguo hospital habilitado desde el año 2001 como residencia para sacerdotes jubilados, para pasar por delante de todos y recibir la primera dosis el pasado cinco de enero. No hay nada que justifique que el obispo saltara a las primeras posiciones de vacunación. De hecho, ni siquiera vive en la residencia, con capacidad para 30 personas entre usuarios y personal.

La presencia inesperada de Taltavull en la residencia fue detectada por varios sacerdotes, que creyeron que la presencia del obispo en el recinto obedecía al hecho de que fuera la primera jornada oficial de vacunación para los religiosos jubilados. No podían imaginarse que uno de los pinchazos iba a ser destinado precisamente a la primera autoridad eclesiástica de Mallorca.

A pesar de que oficialmente no se ha hecho pública la vacunación del obispo, éste no ha tenido reparos en confesarlo en el transcurso de los últimos días durante varios encuentros sacerdotales en los que ha tomado parte.

Sebastià Taltavull, nacido en Ciutadella (Menorca) el 28 de enero de 1948, fue nombrado el 8 de septiembre de 2016 Administrador Apostólico de Mallorca por el Papa Francisco I. Ejerció el cargo conjuntamente con el obispo auxiliar de Barcelona hasta que un año más tarde Roma le confirmó como obispo titular de la diócesis de Mallorca, iniciando el ministerio episcopal el 25 de noviembre de 2017.

La pillería en la vacunación saltó a la opinión pública con varios casos de políticos vinculados al PSOE, el PP y el PNV. Así, el consejero de Sanidad de Murcia, Manuel Villegas, del PP, tuvo que presentar su dimisión al conocerse que se habían colado en el protocolo. En el PSOE, Rocío Galán, concejal de Salud y Bienestar Social de Bonares (Huelva) también tuvo que dejar el cargo tras reconocer que se puso la vacuna porque «o se la ponía o la tiraban». Lo mismo ha ocurrido con los ex concejales del PNV y los directores gerentes de la OSI Bilbao Basurto y del hospital Santa Marina, Eduardo Maíz y José Luis Sabas.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha ordenado que no se administre la segunda dosis de vacuna a aquellos que han recibido la primera de forma irregular e incumpliendo los protocolos establecidos después de haberse detectado varios casos. El matrimonio socialista formado por los alcaldes de El Verger y Els Poblets, Ximo Coll y Carolina Vives, se vacunaron para, según su versión, «aprovechar las dosis que habían sobrado». Y el alcalde de Rafelbunyol, Fran López, argumentó que lo había hecho «para ayudar a dar una sensación de confianza y seguridad a la ciudadanía».

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