España
Documental de los padrinos del asesino Lanza

La noche del odio en la TV3 del 155: «España celebra cada 12 de octubre la mayor matanza de la historia»

La televisión pública TV3 inoculó anoche a sus espectadores una nueva ración de odio contra España. La segunda marca de TV3, el Canal 33, emitió un documental de la productora Metromuster cuyo objetivo apenas disimulado es identificar a los españoles con el racismo, el fascismo y la violencia.

Los protagonistas del documental son seis «luchadores antifascistas» bastante violentos, para los que la Fiscalía pide 17 años de cárcel por enzarzarse en una pelea con neonazis en octubre de 2013. Cualquier espectador de TV3 se cambiaría de acera si se cruzara con uno de estos sujetos por la calle pasadas las tres de la tarde.

La productora Metromuster que presentó al asesino Rodrigo Lanza como un héroe firma el documental 12 de octubre: cultura del odio y legítima defensa. El punto de partida es la conmemoración del descubrimiento de América como fiesta nacional.

«Cada 12 de octubre el Estado español celebra la matanza masiva más prolongada, porque todavía hoy continúa, de la historia», explica ante la cámara el profesor de Antropología de la Universidad de Barcelona (UB) y candidato de la CUP Manuel Delgado, «es como si celebráramos el aniversario de los campos de exterminio nazis, si los nazis hubieran ganado la guerra. Tendríamos conmemoraciones muy similares».

«Una nación étnicamente pura»

Tras sus palabras, un plano de la Legión desfilando ante el Rey Felipe VI, en el desfile de las Fuerzas Armadas. La voz de la narradora recuerda que, en 1492, los Reyes Católicos «obligan a la población judía convertirse al Cristianismo, bajo la amenaza de expulsión. Es la primera gran matanza étnica de la historia para crear una nación étnica pura, la nación española. 1492 marca el inicio del racismo moderno». Estas palabras son subrayada con una foto de Franco.

A continuación, en un montaje rápido, el documental muestra a varios políticos (casi todos del PP) identificándolos con el racismo. Xavier García Albiol promete «seguir limpiando Badalona» y afirma en un mitin: «Los que han venido a delinquir y a robar, a esos ni una ayuda más». Mientras se escuchan sus palabras, la pantalla muestra una agresión racista en el Metro.

El portavoz del PP Rafael Hernando dice que España debe «dejar de ser un paraíso de la inmigración ilegal». Donald Trump sale hablando sobre el muro que quiere construir y, tras él, el convergente Duran Lleida constata que «aquí no caben todos, y los que no quepan tienen que volver a su país». Todo muy sutil.

Un rótulo con la palabra «fascismo» da paso de nuevo al antropólogo y candidato de la CUP Manuel Delgado: «No hay ninguna diferencia entre fascismo y capitalismo», afirma, «el fascismo es el brazo armado del capitalismo».

El abogado de Puigdemont

El siguiente pasaje es aún más turbio. La cámara muestra primero a pacíficos ciudadanos portando banderas españolas perfectamente constitucionales, convocados por el PP y C’s en la Plaza de Cataluña de Barcelona el 12 de octubre.

Y a continuación, se recrea con largos planos de ultraderechistas en Montjuic, exhibiendo la bandera preconstitucional, convocados por grupúsculos como la Falange, Democracia Nacional o España 2000. De tan burdo, el mensaje es evidente: cualquiera que exhiba una bandera española en Cataluña es un fascista. El fotógrafo Jordi Borràs se ha encargado antes de subrayar que no hay ninguna diferencia entre los manifestantes convocados por Ciudadanos, y los de Falange.

El documental da paso a los seis «luchadores antifascistas», a los que el fiscal pide 17 años de cárcel –aplicándoles el agravante de delito de odio– por causar daños y lesiones en una pelea con nazis. Una de ellas (Lucía, de 25 años, nacida en Alicante, técnica sanitaria) explica el drama que le supondría entrar en la cárcel.

Otro de sus compañeros dice lo siguiente: «Como hijo de inmigrante, he sufrido mucha discriminación en la adolescencia, y más aún por hablar en catalán». El abogado de Puigdemont, Andreu Van den Eynde, aparece en pantalla y se muestra sorprendido de que vayan a aplicar el agravante de «delito de odio» a unos violentos antifascistas.

Justifica la violencia «antifascista»

Los minutos finales del documental están dedicados a justificar el uso de la violencia, siempre que la ejerzan los «antifascistas». «Este mundo vive de la violencia», sentencia el candidato de la CUP (este dato se omite en el documental) y antropólogo Manuel Delgado, «la violencia es el combustible que hace que el mundo funcione».

Otra experta explica que no se puede condenar «cualquier tipo de violencia. Una cosa es la violencia de quienes agreden por motivos racistas u homófobos, los que agreden a otro por ser distinto, y otra cosa es la violencia que actúa para frenar esa violencia». Esta última, la violencia de los «antifascistas», es  «buena porque busca ampliar el espacio público. Supone una cierta responsabilidad política».

Sin que venga a cuento, la cámara muestra a continuación escenas del 1-O, con agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil golpeando a los independentistas que actuaron como escudos humanos para que se celebrara el referéndum ilegal. El documental se cierra con el siguiente rótulo: «Todos somos antifascistas».