Moncloa pidió al Supremo que dictara la sentencia del golpe tras el 12-O

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(Vídeo: OKDIARIO)
Carlos Cuesta

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, teme las revueltas tras la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo referente al golpe separatista catalán del 1 de octubre de 2017. Y sabe que, no sólo puede haber reacción en Cataluña por las condenas que imponga el Alto Tribunal a los golpistas, sino que también puede haberla en el resto de España como respuesta a los disturbios y violencia en las calles que provoquen los separatistas: una respuesta exigiendo un golpe de mano duro, algo que habría tenido un claro impacto electoral en un PSOE con firmes alianzas con los separatistas.

Por ello, el Gobierno ha preferido que la sentencia se conozca después de una fiesta tan emotiva para los españoles como la del 12 de octubre y el consiguiente desfile de las Fuerzas Armadas. Porque, más que posiblemente, el enfado de los votantes del resto de España le hubiese forzado a tomar difíciles decisiones contra los separatistas en periodo electoral, teniendo en cuenta que necesita del apoyo de los nacionalistas.

La Moncloa pidió al Tribunal Supremo que publicara su sentencia después de la Fiesta Nacional. Y es que, en caso de haber invertido esas fechas, la reacción popular entre los separatistas y los constitucionalistas sería más que previsible.

El Gobierno sabe que los separatistas aprovecharán las condenas de la sentencia para montar algaradas en las calles catalanas e intentar, de esa manera, disparar el sentimiento rupturista. Pero los hombres de Pedro Sánchez también saben que esos disturbios y ataques callejeros provocarán una reacción de fuerte crítica en el resto de la población española. Una crítica que exigirá respuesta inmediata. Y que, en caso de conocerse en el momento de la Fiesta Nacional del 12 de octubre y del desfile de las Fuerzas Armadas, podría haberse disparado y forzado una reclamación generalizada al Ejecutivo de 155 inmediato, algo que el PSOE no desea en pleno momento electoral.

Por ello, el Gobierno deslizó la conveniencia de que la sentencia se conociera después de la celebración de la Fiesta Nacional. La fecha prevista para la publicación de la misma es el lunes 14 de octubre. Y, aunque las penas finales parece que serán inferiores a la solicitada por la Fiscalía y la acusación popular -ambas solicitaban condena por rebelión-, lo cierto es que la sentencia incluirá fuertes penas para los golpistas.

Agitación en las calles

Uno de los argumentos empleados por el Gobierno de cara a la presentación pública de esta sentencia, de hecho, pasa por que estas condenas agitarán el sentimiento separatista y que en esta tesitura, la reacción en contra del separatismo por parte del resto de la población el 12 de octubre, podría haber servido para retroalimentar aún más los brotes de violencia separatista en Cataluña.

Hay que recordar, que el PSOE de Pedro Sánchez mantiene en estos momentos alianzas con todos los partidos nacionalistas de España. Y, en el caso de los municipios y diputaciones de Cataluña, las mantiene especialmente con PDeCAT -el partido del golpista prófugo de la Justicia Carles Puigdemont- y ERC -la formación del encarcelado Oriol Junqueras-.

En ese contexto, el auge de una respuesta contraria al separatismo muy contundente pondría en un difícil trance electoral al PSOE, que tendría que elegir a quién disgustar: o a sus socios nacionalistas o a los votantes constitucionalistas de izquierdas a los que dirige en estos momentos la campaña electoral y pretende conquistar de cara a la cita en las unas del 10 de noviembre.

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