Moncloa ‘encierra’ al PP en una sala y Sánchez roba a Feijóo el protagonismo en la recepción del Rey
La decisión, que no contaba con el beneplácito de la Casa del Rey, causó un gran revuelo
Algunos políticos expresaron verbalmente que "hemos echado en falta a los periodistas"
El Manual de resistencia le ha vuelto a valer a Pedro Sánchez para salir victorioso en otra recepción del Rey el Día de la Fiesta Nacional; porque ha conseguido aislar al PP y al resto de políticos en una sala por obra y gracia de una estrategia de Moncloa que ha buscado impedir los famosos corrillos con la prensa en plena negociación de la amnistía con Junts.
Una prensa que sólo ha conseguido unas palabras de Sánchez, que ha aprovechado su escaso minuto y medio de conversación para culpar al PP por los abucheos que ha recibido al llegar a la plaza de Neptuno para asistir al desfile del 12 de octubre. El discurso a la contra del PP, de Feijóo, ha sido, directamente, acallado. El protagonismo, una vez más, se lo apropia Sánchez y sus acusaciones al PP.
Nadie del PP ni de otros partidos ha conversado con la prensa. El cerco de Moncloa para evitar comentarios ha funcionado. Incluso después de que el mismísimo Rey haya tenido que ordenar abrir a periodistas y resto de sociedad civil la sala en la que los políticos estaban encapsulados este año. Una maniobra torticera de Moncloa, ya que el protocolo del Palacio Real en la recepción del 12 de octubre es cosa de Zarzuela.
Sin margen de maniobra en el protocolo, que en el caso de la recepción del 12 de octubre depende únicamente de la Casa del Rey, el Gobierno se ha aprovechado de la propiedad del Palacio Real para encapsular a los periodistas y evitar así el contacto directo del presidente del PP Alberto Núñez Feijóo con los comunicadores en plenas negociaciones para la investidura. El día antes de la reunión de Sánchez con Bildu y Junts per Catalunya. Algo que sorprendió, causó revuelo e incluso ha obligado al Rey a intervenir directamente, ordenando abrir las puertas de la sala.
Patrimonio Nacional, que depende del ministro Félix Bolaños y se encarga de la gestión del Palacio Real, determinó unas limitaciones de aforo -pese a que había menos invitados que el año pasado- para evitar lo que había ocurrido siempre hasta ahora en la recepción del 12 de octubre: que los invitados, el Rey y los poderes político y judicial se entremezclaran con los periodistas. Así se facilitan conversaciones informales entre ellos, que servían a los medios de comunicación para nutrir las crónicas informativas. Algo que, los que llevan más recepciones a sus espaldas, recuerdan que «siempre ha sido así».
Unas limitaciones en la recepción que sólo afectaban a la sala dónde se encontraban los políticos, fuertemente custodiada para impedir el acceso a periodistas y sociedad civil. El resto de salas que alojaban a los 2.000 invitados durante el cocktail tenían las puertas abiertas y se permitía el pase de una a la otra sin ningún control. Como siempre y como ha acabado ocurriendo tras la orden del Rey de abrir todas las salas de la recepción a los periodistas.
La decisión que no contaba con el respaldo de la Casa del Rey, que ha sido la primera en recibir los golpes, se ha saldado con la intervención directa de Felipe VI. Tras muchas quejas a los servicios de comunicación de Zarzuela, la queja directa de una periodista al Monarca ha provocado que el Jefe del Estado ordenase «dejad entrar a los periodistas» a la sala que se había cerrado a cal y canto.
Una recepción con Rey y sin periodistas
Pero en ese momento el presidente en funciones Pedro Sánchez ya se había ido. Antes de marcharse departió apenas un minuto y medio con los periodistas para acusar al PP de instigar la pitada contra él en el Desfile Militar y asegurar que era optimista de cara a la investidura.
También se fueron la presidenta del Congreso Francina Armengol y la mayoría de sus ministros con la excepción de los negociadores Félix Bolaños y María Jesús Montero -que estuvieron vendiendo su moto-, y Alberto Garzón, Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles.
Los presidentes autonómicos, tal como confirmaron varios de ellos a OKDIARIO, sí se quedaron en esa sala anexa reservada. La mayoría abandonaron la recepción al término de la misma, como es habitual.
Sorpresa del Rey y los periodistas
La ausencia de los periodistas entre los políticos sorprendió a todos. Pues a la salida, un miembro de la Mesa del Congreso, verbalizó que «os hemos echado en falta a los periodistas». Generalmente, tras el besamanos, los comunicadores y los políticos compartían un mismo espacio durante el cocktail. Este año la Guardia Real prohibía el acceso a los invitados de los medios de comunicación.