El 92% de la militancia del PSOE avala ampliamente el acuerdo de gobierno socialcomunista con Podemos

Sin sorpresas. Cumpliendo con el guión esperado, nadie se atreve a contradecir al todopoderoso líder, la militancia del PSOE da luz verde a la formación del primer gobierno de coalición en España. Los afiliados han ratificado, con el 92% de los votos, la propuesta del secretario general, Pedro Sánchez, que firmó el acuerdo antes de consultar a las bases como marcan los estatutos.

Ahora Sánchez ya tiene el aval que necesitaba por parte de la militancia para prolongar cuatro años más su sueño en el colchón de La Moncloa. Como era de esperar las bases del Partido Socialista han apoyado el acuerdo de gobierno socialcomunista con Podemos que presentó dos días después de las elecciones del 10 de noviembre. El acuerdo, por eso, no parece despertar grandes ilusiones a juzgar por la participación, que según fuentes socialistas se sitúa en el 63,1%, once puntos por encima de la consulta del 2016 cuando Sánchez intentó hacer gobierno con Ciudadanos.

Ahora es el turno de la ejecutiva federal del PSOE que deberá ratificar, en los próximos días, la decisión de las bases. Tal como ha avanzado este periódico no será hasta finales de semana o principios de la siguiente, horas antes del arranque de la cuadragésima legislatura, cuando Sánchez citará en Ferraz a los miembros de la dirección para ratificar el acuerdo y encarar los siguientes pasos, como lograr los apoyos necesarios, la propuesta del jefe del Estado, fijar una fecha para el pleno de investidura y la conformación del Gobierno.

De la misma forma que en la ejecutiva del PSOE del 11 de noviembre, el día posterior a las elecciones, Sánchez no reveló nada a sus compañeros de las negociaciones con Podemos -pese a que ya estaban en marcha-, tampoco está previsto que tras la ratificación de los resultados de la consulta ofrezca muchos detalles a su dirección de como se van a repartir los ministerios. El presidente en funciones ya tiene un esquema mental de cómo va a ser, incluso lo ha acordado con Pablo Iglesias, pero esperará a ser formalmente investido para comunicarlo.

Superado lo más fácil, la firma del acuerdo de intenciones y recibir el beneplácito de una militancia entregada a su liderazgo, a Pedro Sánchez le queda ahora lo más complicado. Los equipos negociadores del PSOE y Podemos, bajo su atenta mirada, tienen que sellar en un papel las políticas que van a hacer durante el próximo mandato, algo que puede generar fricciones en el acuerdo ya firmado. Además, tiene que buscar los apoyos necesarios para salir investido, algo que a día de hoy tampoco tiene garantizado y que, casi con total seguridad, le hará rehén de los partidos independentistas.