España
MARCHA VERDE SOBRE CEUTA

Marlaska tuvo información «fiable» del asalto a la frontera de Ceuta 48 horas antes y no ordenó reforzarla

Antes del pasado fin de semana se detectaron movimientos de personas por tierra y mar que llevaron a alertar a la Gendarmería marroquí

La reacción de los policías de Marruecos llamó la atención por su pasividad y desde el viernes se reportaron alertas de situaciones anómalas. Interior no mandó refuerzos a Ceuta hasta el martes al mediodía

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Los días previos a la madrugada del lunes 17 estaban sucediendo cosas al otro lado de la valla de la frontera entre Marruecos y España a través de Ceuta, pero el departamento de Fernando Grande-Marlaska, o no supo o no quiso interpretar los síntomas de lo que estaba a punto de suceder. El comportamiento de inacción de la Gendarmería marroquí las horas y los días previos a la masiva violación fronteriza de Ceuta fue puesto en conocimiento de los mandos policiales ceutíes y trasladados en sus correspondientes informes. El Ministerio de Interior no dio ni una sola orden de refuerzo previo hasta que la frontera se rompió en oleadas de hasta 100 personas por minuto.

El trabajo de vigilancia fronteriza en Ceuta ha sido absolutamente impecable por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los problemas de las últimas jornadas son exclusivamente achacables a la Diplomacia, la Inteligencia y las decisiones del Ministerio de Interior de España. Los agentes encargados de custodiar la valla que separa España de Marruecos en Ceuta detectaron días antes de la jornada del lunes movimientos extraños al otro lado del vallado, pero Interior hizo oídos sordos.

En Ceuta, igual que sucede en Melilla, los agentes de la Guardia Civil que vigilan sus vallas limítrofes están acostumbrados a no quitar ojo de lo que sucede al otro lado día y noche. Cuando se percibe un movimiento “inusual” se hace constar en los informes diarios se tenga que repeler o no un intento de salto o traspaso de la valla.

De hecho, cuando la frontera se comparte con un país cuyas relaciones diplomáticas son adecuadas, la vigilancia es compartida. Eso ha sucedido tradicionalmente con Francia y con Portugal. Cualquier movimiento extraño al otro lado de la frontera se comunica a la policía de ese país para que investigue su origen y que valore si es una amenaza fronteriza u otro delito. Por ejemplo, si España detecta una embarcación sospechosa puede que a Portugal le convenga investigarlo por si se trata de traficantes de droga. Y eso es sólo un ejemplo.

En Ceuta los agentes encargados de vigilar la valla detectaron desde la noche del viernes 14 trasiego por tierra y mar cerca del vallado, y, como es normal, avisaron a sus colegas marroquíes. La amenaza no era el movimiento de quien merodeaba la valla, sino la respuesta marroquí, que desde el viernes dejó de intervenir para interceptar a esas personas e incluso mantuvo largos periodos de silencio por radio ante las llamadas de los agentes españoles.

OKDIARIO ha compartido estos datos con un experto en Inteligencia policial y sus conclusiones son demoledoras: «Si un agente informa de silencio por radio en la frontera de la policía del país contiguo y a la vez percibe movimientos de personas, es una información muy fiable que exige como poco un refuerzo preventivo de la vigilancia».

Miles de personas no detectadas

Pero esa orden no llegó. No lo hizo ni cuando Marruecos advirtió públicamente de su malestar por la acogida clandestina en España del líder del Frente Polisario. Tampoco se reaccionó al hecho inédito de que decenas de miles de personas peregrinaran hacia la frontera. ¿No lo detectó la Inteligencia española? Y si lo hizo ¿Interior no reaccionó? Lo único cierto es que la primera orden para reforzar la frontera de Ceuta se dio el mismo lunes, cuando las primeras cifras apuntaban a que cerca de 3.000 personas habían entrado en la ciudad.

Los refuerzos policiales provenientes de la península no llegaron hasta el martes por la tarde, cuatro días después de que desde la frontera se detectara el extraño comportamiento de la Gendarmería marroquí. Cuando los refuerzos policiales y militares llegaron a Ceuta ya eran 10.000 las personas que habían llegado desde Marruecos a la playa de El Tarajal.

Por el momento parece que la brecha ceutí está bajo control y que la presión se ha trasladado en menor medida hasta Melilla. La cúpula de la Inteligencia policial española ya ha trasladado a Interior su preocupación por la situación. Si Marruecos vuelve a ordenar inacción policial en su territorio, la Guardia Civil fronteriza lo detectara como ya hizo con antelación hace unos días. Sólo hará falta que Interior se tome en serio esos avisos.

El dispositivo de seguridad establecido en la frontera de Ceuta va a permanecer el tiempo que sea necesario hasta que se restablezca la normalidad en la zona. Los agentes desplazados hasta la ciudad autónoma no saben cuándo van a volver a sus bases porque no hay fecha del final del operativo. Eso depende de cuánto tarde el Gobierno en resolver una crisis que no valoró correctamente desde el punto de vista de la seguridad de las fronteras.