Tatuajes en la Guardia Civil

Marlaska rectifica y no prohibirá que los guardias civiles lleven tatuajes en manos y cabeza

Guardia Civil tatuajes
Un guardia civil con un tatuaje en el brazo.
Pelayo Barro

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha decido finalmente dejar sin efecto la prohibición de tatuajes visibles con el uniforme de la Guardia Civil. Una decisión que se incluía en el nuevo borrador de uniformidad y que contaba con el visto bueno del Consejo de Estado, pero que finalmente no será de aplicación. Los agentes de la Guardia Civil, que habían anunciado que acudirían a los tribunales si la medida salía adelante, podrán llevar tatuajes en cabeza, cuello y manos.

La decisión de retirar la prohibición ha sido una orden directa del ministro Grande-Marlaska, después de que su gabinete evaluase que la medida afectaría a un número muy limitado de agentes, tal y como ha adelantado Europa Press.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) planteó ante el Consejo de Estado su queja por el plazo de un año para eliminar aquellas inscripciones visibles en cuello, manos y brazos, alegando que «puede suponer la necesidad de someterse a una intervención que puede acarrear riesgos de salud graves, además del coste que representa».

El borrador de la norma, en su redacción actual, sí que prohibirá cualquier tipo de tatuaje contrario a los valores constitucionales o que pongan en cuestión la neutralidad política y sindical de la Guardia Civil.

Aval del Consejo de Estado

El Consejo de Estado avaló este mes la normativa de la Guardia Civil que prohibía que los agentes pueden exhibir tatuajes en cabeza, cuellos y manos. Esta misma normativa regula que los agentes puedan tener tatuajes, siempre y cuando respeten los valores constitucionales y no se luzcan en las partes del cuerpo antes mencionadas. El Consejo de Estado vio «prudente» el plazo de un año para eliminar los tatuajes prohibidos y defendió que el aspecto del agente no pueda «inducir a error» para que no compromete la «seguridad jurídica» en la atención al ciudadano.

«Entiende el Consejo de Estado que los cometidos de los guardias civiles como agentes de autoridad resultan contrarios a exhibir tatuajes en determinadas zonas de primera visibilidad (cara, cuello, manos), lo que puede afectar negativamente a la imagen de la Guardia Civil, pudiendo parecer extraño e incluso indecoroso a los ciudadanos, además de contraproducente para el desempeño de determinados servicios de investigación», señalaba la resolución.

El dictamen incluyó un voto particular y respaldó el Real Decreto que regula el uso general del uniforme puesto que «no aprecia que pueda hallarse una vulneración de derechos fundamentales» y además cumple con los requisitos legales, entre ellos atender a las exigencias de las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas.

El Consejo de Estado aludía a un informe realizado por el Gabinete Técnico de la Guardia Civil que sostiene que determinadas organizaciones criminales se sirven de los uniformes del Cuerpo para llevar a cabo actividades delictivas y que «hasta hace no mucho tiempo la cultura del tatuaje se vinculaba a ambientes carcelarios o delincuenciales».

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