Iglesias se define ahora como «socialdemócrata» pero hace 3 años fue categórico: «Yo soy comunista»
Pablo Iglesias militó durante siete años en las Juventudes Comunistas, cobró por asesorar y dirigir vídeos electorales del PCE, cantó La Internacional abrazado a Íñigo Errejón y el rapero Pablo Hasél, cobró de los regímenes totalitarios de Irán y Venezuela… pero no es comunista. Es socialdemócrata del modelo nórdico.
No le falta razón a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, al afirmar que «Podemos es la mayor operación de camuflaje» que se ha llevado a cabo en la política española en las últimas décadas.
Las redes sociales están plagadas de vídeos en los que Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y otros dirigentes de Podemos se proclaman como «comunistas» sin ningún pudor. El propio Pablo Iglesias militó en las Juventudes del PCE desde los 14 hasta los 21 años.
Posteriormente, durante varios años, cobró como asesor de Izquierda Unida. Otros dirigentes de Podemos (como su secretaria general en Andalucía, Teresa Rodríguez) proceden de Izquierda Anticapitalista, que nació como una escisión del PCE.
A por los votos del PSOE
Pero ahora que Podemos pretende disputar al PSOE la hegemonía de la izquierda, ha borrado la palabra «comunista» de su vocabulario. Pablo Iglesias es consciente de que un partido que se defina como «comunista» difícilmente sería capaz de conseguir más de un 10% de los votos en España.
De ahí la necesidad de poner en marcha esta ambiciosa operación de blanqueo político. Los líderes del partido que han recibido una millonaria financiación de los regímenes totalitarios de Venezuela e Irán intentan hacerse perdonar sus pecados del pasado hablando con bastante desconocimiento del modelo nórdico socialdemócrata.
Como muestra el vídeo que acompaña esta información, Pablo Iglesias lo explicó con meridiana claridad en una charla ofrecida en marzo de 2013 (justo un año antes de fundar Podemos) durante unas jornadas organizadas por las Juventudes Comunistas en Madrid.
Durante su intervención, dejó claro que definirse públicamente como «comunista» no ayuda a ganar unas elecciones, por lo que hay que recurrir a otro tipo de mensajes para seducir a los electores.
«No hay forma de vender la dictadura del proletariado»
«Yo nunca he dejado de autoproclamarme comunista, pero fíjate cómo suena», afirma Iglesias en el vídeo, «ser comunista es algo mucho más importante que decirlo, es una praxis. Hay veces que el nombre te ayuda, y otras que no».
Y a continuación aclara: «Hay palabras que tienen una carga valorativa positiva y otras que la tienen negativa». A su juicio, eso es exactamente lo que ocurre con la palabra «comunista», que está tan desprestigiada tras la caída del Muro de Berlín que es imposible ganar unas elecciones con ella.
Recurriendo a su tono más didáctico, Pablo Iglesias explica: «La palabra democracia mola, y por tanto habrá que disputarla al enemigo cuando hagamos política».
En cambio, «la palabra dictadura no mola, aunque sea la dictadura del proletariado. No mola nada, no hay manera de vender eso. Aunque podamos teorizar que la dictadura del proletariado es la máxima expresión de la democracia porque aspira a anular unas relaciones de clase injustas».
La momia de Lenin
«No hay a quien le vendas que la palabra dictadura mola», concluye su razonamiento, «la palabra que hay que disputar es democracia». Se trata, por tanto, de enmascarar la ideología comunista que defienden los líderes de Podemos, con mensajes que le permitan llegar a un electorado mayoritario. Por ejemplo, usando la etiqueta «socialdemócrata».
Dos meses después, en una de sus primeras intervenciones en Intereconomía, Pablo Iglesias insistía: «Yo soy comunista». Ahora, a pocas horas de comenzar una nueva campaña electoral, lo niega en declaraciones a la periodista Susanna Griso. Pablo Iglesias es socialdemócrata, porque en una campaña electoral hablar de comunismo «no mola».
También resulta emocionante escuchar al fundador e ideólogo de Podemos Juan Carlos Monedero hablando de las más veneradas momias del comunismo internacional (Lenin, Mao Tse Tung y el vietnamita Ho Chi Minh) como «personas a las que debemos mucho respeto», en una entrevista ofrecida a Rusia Today, la televisión oficialista de Putin.
Porque, como bien dijo Monedero en otras declaraciones públicas, «quien no sea comunista, es que es mala persona». El propio Pablo Iglesias se encargó de ratificar esta verdad universal cantando La Intermacional, abrazado a Íñigo Errejón y al rapero Pablo Hasél (condenado a dos años de cárcel por apología del terrorismo), en una gala del programa La Tuerka celebrada en 2012.