DESMEMORIA HISTÓRICA

La Generalitat exige a OKDIARIO falsear la historia y negar que Companys ordenó fusilar a 8.000 personas

La Generalitat exige a OKDIARIO falsear la historia y negar que Companys ordenó fusilar a 8.000 personas
La Generalitat exige a OKDIARIO falsear la historia y negar que Companys ordenó fusilar a 8.000 personas
Pelayo Barro

La Generalitat de Cataluña ha enviado una carta a OKDIARIO en la que exige que reescriba y falsifique la historia, a su gusto y demanda, presentando al ex presidente catalán durante la Guerra Civil, Lluís Companys, como un venerable hombre de paz. Desde la Consejería de Justicia, Derechos y Memoria catalana se solicita la rectificación de una noticia que se hacía eco del homenaje de Illa a Companys en el aniversario de su fusilamiento. Alega la Generalitat que Companys no asesinó a 8.000 catalanes, ya que no fue él quien apretó el gatillo. Sólo fue responsable, explican, de firmar sus sentencias de muerte. Como también de levantar hasta seis campos de concentración para presos, administrar 46 checas o de equipar con 20.000 armas al Comité Central de Milicias Antifascistas formado por las juventudes de ERC, que él mismo ordenó crear y que sembró el caos en las calles catalanas.

No, Companys no fusiló personalmente a los más de 8.000 catalanes que fueron ejecutados sumarísimamente en Cataluña durante la Guerra Civil. El Molt Honorable President de la Generalitat en la década de 1930 no apretó, personalmente, el gatillo de los fusiles Mauser que su Gobierno entregó a los milicianos catalanes para hacer cumplir, casi siempre al alba, las penas capitales impuestas por sus tribunales populares. Las víctimas de aquellos pelotones fueron los considerados enemigos ideológicos de la autodeclarada república catalana. Milicias y tribunales populares que la propia Generalitat creó y permitió crear a partir de agosto de 1936 tras usurpar y asumir de forma ilegal todas las competencias de la República. Incluidas las de justicia y orden público.

Sin embargo, pese a que Companys ni empuñó ni disparó esos fusiles, sí estampó su sello presidencial en las órdenes que se trasmitían a los presidios, checas y campos de prisioneros donde se ejecutaban esas penas de muerte. Documentos como el que precede a estas líneas se encuentran en manos de la Generalitat, después de la entrega de 400.000 papeles que se guardaban en el Archivo Histórico de Salamanca que autorizó el Gobierno en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero.

Orden de ejecución firmada por Companys.

Así lo explica la Consejería de Memoria catalana en su escrito remitido a OKDIARIO: «El hecho de que el MHP Companys tuviera que firmar algún documento o sentencia dictada por el órgano judicial Tribunal Especial de Espionaje y Alta Traición, era a efectos de mera comunicación atendiendo la organización establecida en la época, pero cabe recordar que dicho Tribunal ni siquiera dependía del Gobierno catalán». Es decir, un «enterado» como el que recibían del propio Franco quienes debían cumplir las ejecuciones de los consejos de guerra franquistas.

Extracto de la carta de la Generalitat.
Extracto de la carta de la Generalitat.

La carta

Pese a la evidencia histórica que plantea la figura de Companys, hoy convertido en héroe por la memoria colectiva republicana y por el separatismo, la Generalitat exige a OKDIARIO que difunda su versión oficial histórica de estos hechos. Su relato.

La carta de la Generalitat asegura que «las manifestaciones vertidas en el mencionado artículo (…) son falsas y en ningún caso han sido contrastadas con fuentes solventes o veraces, cosa que perjudica gravemente al honor y profesionalidad del citado President».

«El M.H Sr. Lluís Companys nunca perpetró ningún asesinato y tampoco se le puede atribuir la responsabilidad de los actos de violencia incontrolada y las muertes arbitrarias cometidas en aquella época, al contrario», explican. «Su Gobierno se centró en evacuar y proteger a las personas perseguidas. Actuó decididamente para salvar las vidas del máximo número de personas perseguidas posible», añaden.

Piden, además, proteger «el derecho al honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen» de Companys, cuando la legislación establece que las personas fallecidas no tienen derecho al honor, sino a la memoria.

La intención de la Generalitat con su carta es que se publique en estas páginas «sin comentarios ni apostillas» una información que diga, expresamente, lo siguiente: «En relación con el artículo publicado el pasado día 15 de octubre en esta misma sección bajo el título «El socialista Illa homenajea a Lluis Companys, asesino de 8.000 catalanes», la Dirección de OKDIARIO se retracta públicamente de las manifestaciones vertidas en el mismo relativas a la condición de ‘asesino’ de Companys». Dan un plazo de 72 horas «improrrogables» a este periódico para que asuma esa verdad oficial catalana.

Checas y campos

Winston Smith es el personaje creado por el novelista británico George Orwell para su 1984. Encarna al protagonista de la trama, un funcionario que trabaja en el Ministerio de la Verdad y cuya función es reescribir noticias y artículos para tergiversarlos y adaptarlos a la nueva verdad dictada por el Gobierno.

La orweliana exigencia por parte de la Generalitat a OKDIARIO choca, como ocurría en aquella novela, con la realidad de los hechos. Además de armar con 20.000 fusiles y pistolas a los miembros de Comité de Central de Milicias Antifascistas, la Generalitat levantó 46 checas o centros de detención de enemigos ideológicos en el territorio catalán.

De esas checas, muchos fueron conducidos a los seis campos para prisioneros levantados por la Generalitat. Instalaciones administradas con mano de hierro por milicianos republicanos a las que los presos llegaban en los llamados trenes «borregueros». Así eran conocidos por el hacinamiento y las condiciones en las que se transportaba a los enemigos de la Cataluña de Companys.

Uno de esos campos, el número 1, se encontraba precisamente en Montjuic. Justo el lugar en el que el 15 de octubre de 1940 fue fusilado, en el foso de Santa Eulalia y a las seis de la mañana, Companys. Había sido capturado unos meses antes en la Francia ocupada y fue sometido a un consejo de guerra franquista. Hoy ha sido elevado a los altares de la memoria separatista, la misma que exige reescribir el pasado para que nada, ni siquiera la propia historia, salpique su figura.

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