Ferraz desprecia a Susana Díaz como rival de Sánchez: “Tiene que ser alguien joven”
Ferraz da por asegurada la candidatura de Pedro Sánchez de cara al Congreso que habrá de designar al nuevo secretario general. Una cita que se ha aplazado sine die, después de que, el pasado mayo, el líder del PSOE decidiese postergarla “hasta la formación de Gobierno”.
Con el partido ya abierto en canal, la batalla por la secretaría se prevé como un nuevo cisma de los múltiples que en los últimos tiempos han fracturado al partido. El actual, la siempre perenne frontera entre dirección y barones por el bloqueo del Gobierno, la postura en la investidura y la resistencia ya extralimitada del propio Sánchez de desoír a los barones y aferrarse al ‘no es no’.
Por ahora, el sector crítico ha optado por respetar los tiempos y anteponer el arranque de la legislatura a las suspicacias sobre posibles candidatos por el control del partido. Eso no evita que el nombre de Susana Díaz repunte cada vez que el liderazgo de Sánchez se pone en la picota.
Ferraz descarta que Díaz sea rival. Aunque la presidenta andaluza no ha confirmado jamás oficialmente esas aspiraciones, los continuos reclamos de su círculo, siempre frustrados, han acabado por provocar el descrédito de los ‘pedristas’.
A la presidenta andaluza, sostienen además desde la dirección federal, no le interesa presentarse sin garantías a una votación en primarias en la que un mal resultado pueda torcer su presidencia andaluza. «Quiere llegar por aclamación», defienden. Pero hay más razones.
Creen en Ferraz que Díaz no sería una candidata para la «regeneración». Entre otras cosas, por su edad. Las cábalas en el entorno Sánchez apuntan a que el futuro adversario del socialista habrá de ser alguien más joven- Díaz tiene dos años menos que el propio Sánchez- y de un perfil más bajo, sin una experiencia política tan marcada como la de la presidenta andaluza. Alguien, sostienen, en línea con el retrato del liderazgo que se prodiga en los tiempos actuales. Un perfil similar al del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera o a Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP.
El mismo argumento sirve para desdeñar a cualquier otro candidato que, a día de hoy, pueda hacer frente a Sánchez en esa secretaría. Ni mucho menos Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias y a quien un amplio sector del PSOE trata de promover como relevo.
Así, desde la ‘guardia de corps’ de la dirección federal no ven, hoy por hoy, ningún adversario para descabalgar al actual secretario general. “Con ese perfil, en el PSOE, no hay nadie”, comentan.
No habrá «cambio de planes» tras el 25S
Ferraz quita así crédito a cualquier aspiración del sector crítico para disputar el liderazgo de Sánchez. El líder socialista está convencido en resistir pese a los resultados, desastrosos, que auguran todas las encuestas para Galicia y País Vasco. En la primera, los socialistas se verían superados por En Marea, en la segunda, podrían perder hasta la mitad de los escaños que tiene actualmente, sus peores resultados en las autonómicas vascas.
Según fuentes de Ferraz, el líder del PSOE mantiene sus planes: la negativa a apoyar un gobierno del PP y a explorar otras alternativas, con Podemos y con Ciudadanos. Con ambos partidos los contactos permanecerán congelados hasta después del 25-S porque Sánchez quiere volcarse en la campaña autonómica, explican.
Lo que pase después de ese día vendrá determinado por el Comité Federal que con toda probabilidad se convocará el fin de semana siguiente. Será entonces el momento para que los barones de las principales federaciones alcen la voz contra la estrategia de pactos de Sánchez. Como publicó OKDIARIO, en esta ocasión, los dirigentes territoriales sí planean exigir al líder del PSOE que desista de cualquier intento de alianza con Podemos y Ciudadanos, que renuncie a una fórmula “imposible” de un acuerdo entre ambos y que se abra de una vez por todas a a la abstención ante un gobierno del PP.
Otro recelo se alimenta entre los barones. Entre los dirigentes territoriales circula además desde hace días la “seria certeza” de que Sánchez mantiene contactos con ERC y la antigua Convergència Democràtica de Cataluña para, previo compromiso con la reforma de la Constitución, contar con su apoyo en una eventual investidura. La dirección lo niega. Por si acaso, los barones esgrimen el acuerdo del Comité Federal posterior al 20-D, que vetó cualquier posibilidad de entente con estas formaciones y creen además que cuentan con los números a favor en el futuro cónclave para que Sánchez tenga que transigir a sus exigencias.
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