Un ex monje cisterciense entra en la Ejecutiva de Podemos: pide que la sociedad viva de forma monacal

Las primarias que ha celebrado Podemos esta semana dejan una curiosa incorporación al equipo de Pablo Iglesias: Jose Antonio Vázquez Mosquera, que ha sido monje contemplativo durante 16 años y fundador de la Fraternidad Cristianía, es uno de los nuevos integrantes del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, la Ejecutiva nacional del partido morado.

Este ex fraile apuesta por una sociedad que viva un «proyecto de monacato laico, de inspiración cristiana, pluralista y abierto a todas las personas». Se trata de los nuevos miembros del Consejo Estatal que salen de estas primarias sin formar parte de la candidatura oficialista liderada por el vicepresidente segundo del Gobierno. Junto a Vázquez Mosquera entra una representante del círculo de Protección Animal y Feminismos, una representante del círculo de Podemos Gijón y otra del de Ciudad Real.

En su carta de presentación a los inscritos, Vázquez Mosquera expone que nació en Madrid en 1969 y de formación es filólogo semítico con máster en Couselling (asesoramiento en bienestar personal). Además de ex monje cisterciense, afirma que es experto en Mindfulness por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y promotor del Centro de Escucha de Vallecas.

Abandonó el monasterio por el partido: «Me comprometí con Podemos para vivir la política como una vía esencial de humanización de la sociedad y las personas. Este compromiso supuso la salida de la comunidad que no supo respetar el legítimo pluralismo ideológico en su seno. Participé en la Fundación del Círculo Podemos de Espiritualidad Progresista, círculo sectorial, que continúa funcionando en la actualidad, con fuerza», relata en su carta de motivación.

Aunque considera que los españoles tienen que asumir lo bueno de la vida monacal cristiana, apuesta por «la laicidad de la sociedad, la humanización de la política, la no violencia y la vivencia de la unidad en la diversidad, una sociedad más justa y solidaria, más ecológica y menos patriarcal». En las presentaciones que ha desarrollado en los últimos meses explica que vivir como un monje no es aislarse de la sociedad: «Ya los ermitaños reconocían que vivían en comunidad».

«El monje es un arquetipo (un modelo que poder seguir) que expresa el deseo de unificación que todo ser anhela. Recuperar y renovar la mística o el monacato, abriéndolo a toda persona puede ser una buena aportación para salir de la fragmentación personal y social de nuestro tiempo», defiende en sus charlas.

Es el presidente de la asociación ‘Cristianía: Monacato Laico’ que tiene entre sus objetivos «promover a la sociedad y a las personas su dimensión monástica». Apuesta por «inspirarse en la tradición monástica cristiana occidental y guiarse por los valores del humanismo laico, que defienden los principios democráticos y los derechos humanos».

Este nuevo alto cargo de Podemos aboga por «sostener una perspectiva inclusiva, respetuosa con la cultura y espiritualidad religiosa, manteniendo la capacidad crítica; acompañar a las personas en su proceso de unificación, en especial, a través de la escucha activa y la meditación; vivir la espiritualidad unida al compromiso con la ética y la justicia y, entre otros puntos, promover la alegría y la amistad espiritual entre las personas».