Un estudio científico internacional retrata a Sánchez: la cepa británica entró por Barajas sin control
La cepa británica del coronavirus crece exponencialmente en todo el mundo mientras organismos y autoridades internacionales alertan de que, en caso de convertirse en predominante, podría provocar un importante repunte de contagios y muertes en todo el mundo. La circulación de esta variante (denominada B.1.1.7) se detectó a finales del pasado mes de diciembre, pero ya circulaba en la zona metropolitana de Londres desde septiembre y entró en fase de expansión en octubre. Un estudio científico elaborado por investigadores de 60 universidades y centros de referencia internacionales analiza cuáles fueron las rutas aéreas con más pasajeros procedentes de Londres en ese mes y los resultados resultan alarmantes: España fue, con mucho, el país que más vuelos recibió procedentes de Londres durante la expansión de esta cepa. La mayoría llegaron al aeropuerto de Madrid-Barajas, que el Gobierno de Pedro Sánchez se negó a cerrar pese a las constantes peticiones por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Que España es uno de los destinos más habituales del pasajero británico no es un secreto. Pero como revela un reciente estudio científico, España fue el país que más viajeros recibió el pasado octubre por avión procedentes de aeropuertos de la zona de influencia de Londres, el foco de origen de la peligrosa cepa británica. Un momento clave, en plena expansión de una variante que aún no había ni siquiera sido descubierta.
El ‘paper’, en el que han participado investigadores españoles, lleva por título original ‘Tracking the international spread of SARS-CoV-2 lineages B.1.1.7 and B.1.351/501Y-V2’ (en síntesis y en castellano, ‘rastreando la expansión internacional de los nuevos linajes del SARS-COV-2’). Y adjunta una serie de gráficos sobre los países que más pasajeros recibieron por aquellas fechas:
El gráfico ‘D’ no deja lugar a dudas: el número total de pasajeros recibidos por España procedentes de los aeropuertos de Heathrow, Gatwick, Luton, City, Stansted y Southend (todos en el área metropolitana de la capital y cerca de Kent, donde se originó la cepa) es superior al de cualquier otro país del mundo. Le siguen Italia, Grecia, Polonia y Alemania.
Los datos de AENA lo refrendan. Las cifras exactas de los pasajeros que entraron en España procedentes de Reino Unido el pasado mes de octubre alcanzan las 326.558 personas, justo cuando la cepa británica ya llevaba al menos un mes circulando. Más de 6.000 vuelos mensuales, unos 200 al día, y la gran mayoría con destino a Madrid.
El mapa del mundo que acompaña al gráfico muestra las conexiones de Reino Unido con aquellos países donde se ha detectado la circulación de la cepa británica. El color en el que está señalado cada país muestra la prontitud o tardanza en detectar las cepas: un verde oscuro significa que se detectó en noviembre, mientras que una tonalidad más clara simboliza que los primeros casos de la cepa se registraron tarde, a finales de diciembre. España figura como uno de los países que más tarde la detectó.
Sánchez no quiso cerrar Barajas
Al margen de esos detalles, el informe supone un golpe demoledor a la estrategia que ha seguido el Gobierno de Pedro Sánchez en torno a la seguridad de los aeropuertos durante la pandemia. Octubre, el mes al que se refiere ese estudio, fue un mes especialmente significativo en este aspecto. Coincidió con el pulso entre Moncloa y la Comunidad de Madrid por el confinamiento perimetral de la región impuesto por Sánchez y Salvador Illa. Una restricción ‘ad hoc’ que se intentó primero por la vía de la orden ministerial, y posteriormente -tras tumbarlo la justicia- en forma de estado de alarma a prisa y corriendo.
En aquellas fechas, Madrid solicitaba insistentemente que se le permitiese el aeropuerto de Barajas. El Gobierno de Díaz Ayuso insistía entonces que era una de las puertas de entrada del virus más preocupantes. Sánchez no lo contempló en ningún momento y todas las peticiones fueron rechazadas.
Ayuso advirtió de las fronteras
A mitad de octubre, Díaz Ayuso llegó a enviar una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, solicitándole su ayuda para que la UE impusiese controles fronterizos más efectivos ante la pasividad del Gobierno de Sánchez.
«Como sabrás, la incidencia de la pandemia en nuestra región fue baja hasta la reapertura de Barajas en julio. Desde entonces, ha ido aumentando lentamente hasta llegar a su pico en septiembre. La mayoría de ellos eran asintomáticos, pero nuestro sistema de salud identificó 159 con una PCR positiva, todos mostrando síntomas que coincidían con Covid19 y no se había detectado en el protocolo del aeropuerto», denunciaba Ayuso.
«Como presidenta de una de las regiones más afectadas de Europa por esta segunda ola de Covid19, creo que todos estamos a tiempo para mejorar uno de los principales corredores de este virus: movimientos entre países, y especialmente aeropuertos», continuaba la presidenta madrileña.
«Por eso me gustaría pedirle que considere un reglamento común para el espacio aéreo europeo sobre las medidas de control de Covid19. Creo que es importante que todos los aeropuertos, o al menos los internacionales, apliquen protocolos homogéneos para prevenir la expansión de la pandemia a través de fronteras. Garantizar las condiciones de seguridad en nuestras fronteras es una preocupación para mi Gobierno porque puede ayudar no solo a controlar la pandemia sino también a reactivar la economía española, la más afectada por esta crisis», concluía Ayuso.