SUMAR

El director artístico que montó la exhibición ‘descolonizadora’ del Thyssen fue en las listas de Sumar

El Gobierno alega que es una decisión "autónoma" y defiende su "derecho a participar en los asuntos públicos"

La muestra busca "desentrañar la huella del poder colonial en la iconografía" del Thyssen

Thyssen Sumar
Guillermo Solana, director artístico del Thyssen.
Rafael Molina

El director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, puso en marcha la exhibición La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza tras aparecer en las listas de Sumar en las últimas elecciones europeas. El PP preguntó por escrito al Gobierno si consideraba revisar la obra por el «encaje literal» de esta muestra «con la línea ideológica del partido político Sumar». El Ejecutivo ha contestado que, como cada decisión del centro, se tomó «de forma autónoma». Y defiende al dirigente del museo amparándose en el «derecho a participar en los asuntos públicos», establecido en la Constitución.

La muestra está descrita en la página web del museo como una cita para mostrar las «historias invisibilizadas de dominación racial, cimarronaje y lucha por los derechos civiles». Además, incide en que «el sistema colonial está en la raíz de la modernidad occidental y su legado sigue afectando a las relaciones humanas y geopolíticas». «Europa avanzaba en la conquista de libertades a la vez que imponía un régimen extractivista y de dominación física en sus territorios de todo el planeta», denuncia la exposición en su texto introductorio.

El Thyssen pone el foco sobre «el control militar europeo, el empleo de mano de obra esclavizada africana, y la apropiación de tierras y materias primas, americanas originalmente y, más tarde, también asiáticas y africanas».

Por otro lado, afea que desde Occidente se haya proyectado en Oriente los «deseos insatisfechos» y se impusiera «la construcción del otro como bárbaro o primitivo». Con motivo de ello, insta a «repensar el futuro desde los parámetros de la diversidad cultural».

«Encaje con la ideología de Sumar»

El PP, en una pregunta para respuesta por escrito del Gobierno, interrogó al Ejecutivo el 12 de junio si consideraba necesario revisar la exposición por el «encaje literal con la línea ideológica del partido político Sumar al frente del Ministerio de Cultura».

A ojos de los populares, existe un «posible conflicto de interés» porque Solana aparecía en la lista a las europeas del partido encabezado por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. «Podría comprometer su independencia al frente de un organismo público adscrito al Ministerio de Cultura», alegan los diputados del PP firmantes: Borja Sémper, María Soledad Cruz-Guzmán, Eduardo Carazo y Jaime de los Santos.

Los políticos de la formación con sede en la madrileña calle de Génova exponen lo «sorprendente» de que «una de las líneas ideológicas del Ministerio de Cultura fuese la descolonización de los museos y el Thyssen inaugurara el 25 de junio la exposición».

Desde el PP explican que «el Museo aprobó un Código Ético para asegurar una política transparente de buen gobierno». Ese texto considera «conflicto de intereses» cuando «los intereses personales, financieros o externos de un sujeto concernido puedan interferir o percibirse como una influencia indebida en el cumplimiento de sus responsabilidades». Algo que acaba «restándole independencia e imparcialidad por la expectativa o realidad de percepción de un beneficio directo o indirecto para sí mismo o terceros», tal y como reza el código.

A ojos de estos diputados del PP, la presencia del director artístico en las listas de Sumar en las elecciones europeas del pasado mes de junio se enmarca dentro de lo que prohíben las normas éticas del museo. «La línea programática cultural de Sumar podría convertirse en la línea programática del Museo Thyssen a cambio de posibles beneficios directos en el futuro», advierten.

«Pone en riesgo la propia gestión»

Por otro lado, expresan que si existiese ese conflicto, el director artístico tendría que «abstenerse de las decisiones objeto de conflicto». Pero eso implicaría «abstenerse de definir la línea artística del museo», provocando, en la práctica, la «parálisis en términos museológicos».

La conexión entre Sumar y el director artístico lleva a pensar a los populares que podría existir una «revisión de las exposiciones organizadas por el Museo Thyssen». Y temen que, si el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, presiona a Solana, su capacidad de influencia, al formar parte de Sumar, pueda «poner en riesgo la propia gestión del patrimonio cultural de esta institución».

El Gobierno ha respondido que la fundación a través de la que se controla el museo «pertenece al sector público estatal» pero «adopta de manera autónoma las decisiones que considera oportunas». Además, señala que las decisiones «son aprobadas colegiadamente por el Patronato».

Asimismo, en otra respuesta por escrito, el Ejecutivo defendió a Solana amparándose en su «derecho a participar en los asuntos públicos». «Tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos», aseguró el Gobierno, parafraseando el artículo 23 de la Constitución Española.

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