Diego Solier (ECR): «Alvise es un peligro para España»


El eurodiputado valenciano Diego Solier ha concedido su primera entrevista tras las amenazas recibidas por parte de Alvise Pérez, líder de Se acabó la fiesta. En una conversación con OKDIARIO en Bruselas, Solier relata cómo tuvo que solicitar protección al Parlamento Europeo y presentar una denuncia policial tras las graves intimidaciones públicas del que fuera su compañero de candidatura.
Solier, quien abandonó un importante puesto directivo para entrar en política, confiesa el alto precio personal que está pagando: «Echo de menos a mi equipo, mis proyectos, mi día a día dentro de la tecnología. Sobre todo, echo de menos a mis hijos y estar el día a día con ellos». El eurodiputado reconoce que económicamente no ha salido ganando con el cambio y lamenta especialmente «perderme la infancia y el crecimiento de mis hijos, que eso, por mucho dinero que puedas tener, no está pagado».
La situación se volvió especialmente tensa cuando Alvise Pérez lanzó amenazas públicas en un podcast, incluyendo la orden de «aplastarle la cabeza» y pidiendo información personal de Solier en Valencia «para que fueran a atacarme». El eurodiputado tuvo que acudir inmediatamente a comisaría siguiendo las recomendaciones de los servicios de seguridad del Parlamento Europeo: «Lo que hice fue dejar constancia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dónde vivía, dónde estoy, para que si pasase cualquier cosa estuvieran en alerta».
El escándalo de los 100.000 euros
Para Diego Solier, el detonante de la ruptura con Alvise fue el escándalo de los maletines de CryptoSpain: «Si tú te metes en un proyecto con unos valores de ir contra la corrupción, de ser justo, de ser honestos, y te das cuenta de que la persona que está encabezando este proyecto hace cosas que ningún empresario, ningún trabajador haría, como es no declarar 100.000 euros en efectivo…». El eurodiputado confirma que ese dinero «fue a posteriori y directamente a su bolsillo», sin relación con la financiación de la campaña electoral.
La decepción de Diego Solier con Alvise Pérez es profunda: «Para mí es una mentira. Una de las cosas que para nada tolero es la mentira. Es algo que me inculcaron desde pequeño». Describe a Alvise como alguien que «hoy dice una cosa y mañana ya se le ha olvidado, va por impulso» y cuya forma de trabajar es «entre cero y anárquica».
Uno de los episodios más dolorosos para Solier, valenciano de nacimiento, fue lo ocurrido durante la DANA. Mientras él coordinaba el alojamiento de hasta 80 voluntarios y gestionaba servicios de emergencia para los vehículos que se pinchaban constantemente en la zona cero, Alvise prometía conseguir financiación que llegó a cuentagotas y lejos de la suma total requerida.
«Tuve que pagar de mi bolsillo», confiesa Solier. En concreto, 2.500 euros en servicios de pinchazos y casi 6.000 euros en alojamiento hotelero. «Estuve casi 15 días sin ver a mis hijos. Los veía dormidos cuando llegaba a casa», recuerda sobre aquellos días en los que trabajó «desde las 5:00 que me levantaba hasta la 1:00 de la noche».
«Tanto Nora como yo somos unos engañados»
El mensaje de Solier a los 800.000 votantes de SALF es claro: «Les diría que tanto Nora como yo somos unos engañados más. Nos han engañado. Es una persona que no representa esos valores de lucha anticorrupción, de honestidad, de trabajo duro».
Sobre las peticiones económicas de Alvise, confirma que «nos pidió dinero de otras partidas para destinarlo a cosas que no eran normales ni sensatas», aunque lograron evitar esos desvíos de fondos parlamentarios.
Actualmente integrado en el grupo ECR, donde trabaja en temas de inmigración y aeroespacial, Solier no tiene ninguna relación con Alvise: «Desde diciembre, cuando hizo unos cuantos desplantes en público que no se lo permito a nadie, corté relaciones y no hemos tenido ninguna conversación más». Sobre la frecuencia con la que Alvise acude al Parlamento, es diplomático pero claro: «No te podría decir exactamente su frecuencia de paso, pero bastante mínima».
Cuando se le pregunta si sería beneficioso que Alvise diera el salto a la política nacional, Solier es tajante: «Saldríamos de Málaga para meternos en Malagón. No creo que sea la solución para España».
A pesar de todo, el eurodiputado no se arrepiente: «Desde el momento en que he sido capaz de ayudar a mi tierra en todo lo que pasó en la DANA y todo lo que estamos haciendo, de momento estoy contento». Eso sí, mantiene un pie en la realidad: «El día que esto nos venga grande, tan fácil como volvernos a nuestros trabajos, que vamos a vivir incluso mejor que ahora».