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Cuca Gamarra: «El sanchismo es crispar hasta llegar a la violencia verbal de Puente o la física de Viondi»

"Sánchez fue un cobarde no dando la cara. Ahora es: amnistía o elecciones"

¿Cambios en la dirección del PP?: “Somos un partido fuerte preparado para otras elecciones o para la oposición”

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«El sanchismo es crispar hasta llegar a la violencia verbal de Óscar Puente en el Congreso o la física de Daniel Viondi en el Ayuntamiento de Madrid», dice Cuca Gamarra a OKDIARIO para definir el cuasi régimen de Pedro Sánchez. Su definición del sanchismo podría incorporarse a la RAE: «El sanchismo –dice Gamarra– es convertir en irrespirable la atmósfera política para que la sociedad española se canse de ver lo que pasa y tú hacer lo que te da la gana ocupando las instituciones y creyendo que tienes poderes absolutos con mínimos controles».

En la entrevista, Cuca Gamarra llama «cobarde» a Sánchez, pone en valor la sesión de investidura de Feijóo, describe la debilidad del líder del PSOE ante los independentistas, el enfado del PNV con el PP y el desastroso inicio de Francina Armengol. Le preguntamos también si habrá cambios en la dirección del PP. Todo apunta –según fuentes del partido– a que habrá ajustes en cuanto se sepa si hay elecciones o nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.

Convencida de que «pronto Alberto Núñez Feijóo será el presidente de todos los españoles», Gamarra subraya que el sanchismo «está dispuesto a entregar el Estado de derecho» para seguir contando con el apoyo de los independentistas. Y subraya que el líder del PSOE actúa así por «débil». «El valor de Pedro Sánchez para los independentistas es su debilidad», dice Cuca Gamarra en la entrevista concedida a OKDIARIO, en la que también advierte que «el sanchismo significa convertir en irrespirable la atmósfera política para que la sociedad española». Y pone los modales de Óscar Puente como botón de muestra: Gamarra se refiere a él como el alumno «aventajado» del sanchismo.

PREGUNTA.- ¿Para qué ha servido la sesión de investidura de Feijóo?

RESPUESTA.- Ha sido muy útil para que la sociedad española vea que hay alternativa esperanzadora y un político que ganó las elecciones, Alberto Núñez Feijóo, dispuesto a servir a su país sin aceptar un solo chantaje.

P.- Y ahora, ¿qué?

R.- La sesión de investidura de Feijóo era imprescindible para sentar las bases de un proyecto político cuyos ejes son los principios, el valor de la palabra y el interés general. Ahora empieza el otro modelo y los españoles podrán comparar lo que significa Feijóo y cómo es Pedro Sánchez.

P.- Resumido: ¿Toca amnistía o elecciones?

R.- Sí. Así lo han dicho los independentistas. Será lo que decidan los independentistas.

P.- ¿Sánchez está rendido a sus pies?

R.- Sin ninguna duda. El valor de Pedro Sánchez para los independentistas es su debilidad. A Pedro Sánchez nunca lo han querido por su valía, sino por su debilidad. Y ahora más, que ha perdido incluso las elecciones. Exprimiendo a Sánchez exprimen a la sociedad española. La amnistía entrega la igualdad entre españoles, generando españoles de primera y de segunda: los que cumplen la ley y los que están al margen y negocian su propia inmunidad.

P.- ¿Descartan la abstención en la investidura de Sánchez como ha pedido Esperanza Aguirre para que no dependa de los independentistas?

R.- Si Sánchez no puede gobernar, que apoye a Feijóo. Si no nos ha apoyado habiendo ganado nosotros las elecciones, que no espere que le apoyemos. Usaría nuestros votos para seguir dando carta blanca a los independentistas.

P.- ¿Estaba cuestionado el liderazgo de Feijóo internamente tras el 23J?

R.- No. Feijóo ha dado una lección de liderazgo. Los resultados de las elecciones andaluzas, municipales, autonómicas y generales (con 16 escaños y más de 300.000 votos sobre el segundo) avalan su liderazgo. Y todo en un año.

Gamarra: el sanchismo «violento»

P.- Defíname la actitud de Pedro Sánchez en la investidura de Feijóo.

R.- En una sola palabra: cobarde. La cobardía de no dar la cara para esconderse de Feijóo, que le ha ganado en las urnas y le gana en principios, y la cobardía de esconderse en el Congreso faltando el respeto a las instituciones y a la sociedad española. No quiere dar la cara y decir a los españoles qué está negociando y qué está dispuesto a entregar a cambio del poder.

P.- ¿Y cómo definiría a Óscar Puente?

R.- Es el sanchista aventajado. El sanchismo significa convertir en irrespirable la atmósfera política para que la sociedad española se canse de ver lo que pasa y, así, hacer lo que te da la gana, ocupando las instituciones y, desde esa ocupación de las instituciones, pensar que tienes poderes absolutos con mínimos controles. Para embarrar la vida política y tapar su incomparecencia Sánchez utilizó a Puente, que se ha retratado a sí mismo. No he visto nada tan faltón, marrullero y antagónico a la sociedad española que Óscar Puente.

P.- Óscar Puente en el Congreso y Daniel Viondi en el Ayuntamiento de Madrid. ¿El PSOE de Sánchez es matonismo?

R.- Sin duda. Es querer crispar y llevar todo al límite de la violencia. Hay una violencia verbal que vimos en el Congreso con Óscar Puente y hay una violencia física que vimos en el Ayuntamiento de Madrid. La diferencia es que Juan Lobato, secretario general del PSOE de Madrid, cesó a Viondi. Pero Óscar Puente fue mandatado por Sánchez para generar esa atmósfera, intentar contaminarlo todo y que los españoles no percibieran que hay otra manera de hacer política. Pero los españoles se han enterado muy bien. Saben que no tienen por qué resignarse y que hay futuro y esperanza.

P.- ¿Sánchez lo tiene todo pactado con Puigdemont o habrá sorpresa?

R.- No lo sé. Sí sé que Pedro Sánchez está dispuesto a entregar el Estado de derecho y decir que lo que ocurrió en el año 2017 no fue correcto y que quienes actuaron mal fueron las fuerzas de seguridad, nuestros jueces, nuestros fiscales… el Estado de derecho. Está dispuesto a decir que España no es una democracia plena. El PSOE no está legitimado para esto porque no lo llevaba en el programa electoral y antes del 23J lo negó. Los votos del PSOE no habilitan a Sánchez para la amnistía o la autodeterminación, y menos para entregar la igualdad entre los españoles.

P.- Aitor Esteban, del PNV, se enfadó mucho con Feijóo.

R.- Sí, parece que se molestó. En la investidura se ha retratado todo el mundo. También el PNV, y de una manera muy clara, como todos los que apoyan a Sánchez.

Armengol, «sectaria y autoritaria»

P.- ¿Armengol apunta a sectarismo?

R.- Armengol, en mes y medio, ya ha demostrado no sólo sectarismo, sino formas bastante autoritarias. Por ejemplo, aplicando la reforma del reglamento [para usar las lenguas cooficiales] antes de aprobarla, debatirla y publicarla. En ninguna democracia ocurre esto. Luego lo vimos otra vez al anular el voto de un diputado [de Junts] que dijo a la investidura de Feijóo. Como a ella no le gustó, lo anuló unilateralmente. Un voto que todos oímos, la secretaria ratificó y los letrados de la Mesa avalaron. Es una arbitrariedad de la máxima gravedad.

Cambios en el PP

P.- ¿Va a haber cambios en la dirección del PP?

R.- Lo más importante es que el PP es un partido fuerte que está preparado para afrontar una repetición electoral o para ser oposición si hay legislatura. Pero con un mensaje muy claro: si no ha sido ahora, será pronto. Pronto Alberto Núñez Feijóo será el presidente de todos los españoles. Pudimos haber conseguido los cuatro votos que faltaban, pero Feijóo no estuvo dispuesto a pagar su precio. Hay alternativa y hay esperanza. No tenemos por qué estar sometidos y resignados a lo que significa Pedro Sánchez y su manera de ejercer el poder. Hay un político distinto a él.

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