Los constitucionalistas tienen la obligación de defender al Rey ante los ataques que sufre

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Sus majestades los Reyes de España, Felipe VI y Letizia. Foto: Europa Press

Tal y como avanza la ofensiva contra la institución de la monarquía en España, tanto de forma abierta como de manera soterrada, la única manera de que esos ataques se neutralicen será que los partidos constitucionalistas actúen de forma eficaz y firme para defender y proteger de forma leal a Felipe VI. Cuando los insultos, descalificaciones y acusaciones falsas de los independentistas catalanes arrecian, cuando asambleas populares que se definen como no partidistas preparan ilegales e ilegítimas votaciones para que la ciudadanía elija el próximo 2 de diciembre entre monarquía o república, o mientras los miembros de la dirección de Podemos declaran en sus cursos de verano que “¿monarquía pa’ qué?», la única respuesta que cabe por parte de los constitucionalistas es la defensa de la monarquía constitucional sin dudas ni titubeos.

Es verdad que tras unos días de demora, el actual Gobierno ha anunciado esta semana que van a presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional sobre la reprobación del Rey en el Parlamento catalán. También es cierto que la reacción a través de un twitter del presidente Pedro Sánchez mostrando su desacuerdo y rechazo a lo sucedido en la Cámara catalana fue inmediato. Pero aún se nota un cierto resquemor por parte de la dirección del PSOE respecto a la oportunidad del discurso que pronunció el Rey Felipe el 3 de octubre de hace un año, del que siguen pensando que no fue del todo oportuno. Ese sentimiento de que el jefe del Estado no apeló, por una parte, al diálogo para resolver la crisis, y que la llamada de atención de que eran los poderes del Estado los que tenían que actuar para terminar con el vacío creado en Cataluña, sigue provocando cierto malestar en algunos de los altos cargos socialistas, detectado en la recepción del Palacio Real posterior al desfile del día 12 de Octubre en Madrid.

Pablo Casado ha hecho varias declaraciones inequívocas a favor del Rey en los últimos tiempos. Ha llegado incluso a la demasía al asegurar que lo que había que hacer es dar vivas al Rey en cualquier momento y lugar, lo que sonó un tanto forzado. Pero dentro de lo tibio que fue el presidente del Gobierno anterior respecto al Monarca, sobre todo desde que don Felipe impidiera la maniobra de Rajoy de saltarse las normas al rechazar el encargo de formar Gobierno, es digno de elogio que el actual dirigente popular tenga tan clara la defensa de la institución de la Corona.

Es de suponer que los partidos que aún recuerdan la vigencia del pacto constitucional sobre la aceptación de la monarquía que se hizo al aprobar la Carta Magna sigan teniendo presente que la lealtad les obliga a defender la institución de la Corona hasta que, por mayoría parlamentaria, se aprobara otra forma distinta de Estado. Es una cuestión en cuyo cumplimiento les va algo tan serio como la credibilidad.

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