Violando el protocolo de Sanidad

Un centro de salud de Castilla-La Mancha reparte vacunas sin control ante la inacción del PSOE

vacuna AstraZeneca
Una muestra de una dosis de la vacuna elaborada por el laboratorio británico AstraZeneca y la Universidad de Oxford. (Foto: Europa Press)
Carlos Cuesta

Responsables del Centro de Salud de Pastrana (Guadalajara) decidieron esta última semana que «sobraban» vacunas: pese a tratarse de viales de AstraZeneca -se mantienen en perfecto estado durante meses con refrigeración ordinaria-, y ante las bajas registradas en la lista de vacunación, una cadena de llamadas surgió desde el centro de salud destinada a todos los que quisieran vacunarse.

A partir de ahí, como han confirmado a OKDIARIO ediles del PP, fueron avisados de rebote miembros de los consistorios socialistas cercanos y algunos de los concejales del PSOE en otros feudos no controlados por su partido. Pese al conocimiento en los ayuntamientos, nadie decidió parar la locura de una ruptura generalizada de los protocolos de asignación de vacunas en plena escasez de dosis.

El origen del reparto de vacunas de AstraZeneca fue el Centro de Salud de Pastrana. Las dosis que recibió fueron las que debía inyectar durante la siguiente jornada. El primer paso seguido por el centro de salud fue literalmente el correcto según el protocolo de Sanidad: se realizaron las citaciones correspondientes siguiendo los criterios de edad, profesiones y situación de riesgo.

AstraZeneca Pastrana
Citación del centro de Salud de Pastrana para vacunarse con AstraZeneca.

Pero lo cierto es que, como ha ocurrido en otros territorios españoles, una serie de bajas continuadas en los receptores de las vacunas llevó a que se generase un excedente de viales. El problema no debería haber sido tal, porque los viales de AstraZeneca se conservan durante seis meses con sistemas de refrigeración totalmente normales.

Como detalla una fuente sanitaria conocedora de lo ocurrido, «lo normal cuando pasa esto es guardar las dosis, informar al Gobierno regional y elaborar una nueva lista o reenviar las vacunas a lugares donde haya escasez». No había prisa, según los protocolos.

Pero sí la hubo, según las ganas de algunos de ponerse las vacunas.
No se sabe aún quién autorizó una cadena de llamadas ofreciendo vacunarse al que quisiera hacerlo. Pero, lo cierto, es que, sin criterio sanitario, se invitó, en primer lugar, a personas que acompañaban a los nuevos citados a vacunarse si así lo deseaban.

Fuentes del PP han confirmado que la noticia llegó al consistorio de Fuentelencina. Y afirman que una concejal, efectivamente, se vacunó.

OKDIARIO se ha puesto en contacto con el alcalde de esta localidad, el socialista Santos López, quien ha negado que él se vacunara y que, tras ser cuestionado por lo ocurrido ha contestado con evasivas. «Yo no puedo decirte quién se ha vacunado o no». «Hay gente que está buscando algo incierto en este tema. Quieren buscarle tres pies al gato», afirma el alcalde.  «Si el Centro de Salud de Pastrana ha ido llamando a varios pueblos… Nosotros no hemos llamado a nadie», asegura.

Sea como sea, lo cierto es que un joven dejaba constancia de su efectiva vacunación saltándose todos los protocolos: lo hacía reflejando la instantánea de forma inmediata en redes sociales. La prueba ponía de relieve que, efectivamente, el protocolo se había roto.

La red de llamadas ha logrado ya el nombre de operación ‘gastad las vacunas’. Y el radio de acción del ‘efecto llamada’ llegó a Fuentelencina, Sacedón, Yebra, Hueva, Moratilla de los Meleros y, al menos, Albalate de Zorita.

Fuentes del PP han confirmado que en dos de esos pueblos la noticia llegó al consistorio: en Pastrana y en Fuentelencina, ambos bajo mando socialista. Y, o no avisaron a la Consejería de Salud -también en manos socialistas-, o si avisaron, no se puso freno al reparto de vacunas. «Nosotros lo comentamos. Y lo comentamos con gente del PSOE. Y las llamadas siguieron y la gente siguió vacunándose», señalan esas mismas fuentes.

Otras fuentes consultadas en Pastrana señalan que «el aviso llegó a gente concreta para que pudiera vacunarse pese a estar en edades entre los 40 y 55 años». Entre los beneficiados, esas fuentes incluyen «concejales, familiares y amigos», especialmente en Fuentelencina.

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