El carterista rumano vive en un piso social en Villaverde que recibe 1.400 € en ayudas al mes
Indignación entre los vecinos que luchan mes a mes por pagar sus hipotecas o alquileres

OKDIARIO ha descubierto que el conocido clan de carteristas rumanos que opera en el metro de Madrid, liderado por Vasile Durac se aprovecha no solo de sus víctimas sino también del sistema de protección social español. La investigación ha revelado que el grupo utiliza como base de operaciones un piso de protección oficial de la Comunidad de Madrid, donde el inquilino oficial, también de origen rumano, recibe 1.400 euros mensuales en prestaciones sociales.
El inmueble, gestionado por la Comunidad de Madrid, está oficialmente asignado a una familia que cobra el ingreso mínimo vital y otras ayudas sociales que suman 1.400 euros mensuales. Sin embargo, la realidad tras las puertas de esta vivienda social es muy diferente: el piso se ha convertido en un centro de operaciones para el clan de carteristas, que tal como denuncia Patrulla Madrid, se utiliza como base para sus actividades delictivas en el transporte público madrileño.
Los vecinos han sido testigos directos de la situación: «Salen en manada. Deben vivir por lo menos 25», afirma uno de ellos. El edificio se ha convertido en un centro de operaciones donde, según testimonios locales, «se hacen las uñas, las cejas, las pestañas» con total normalidad.
«Ese piso lleva mucho tiempo cerrado porque se lo embargaron a una familia humilde que no pudo pagar su hipoteca», explica un vecino conocedor de la historia del inmueble. «Lo compró la Comunidad de Madrid al banco y lo reformaron, se lo amueblaron y se lo dejaron. Agua, luz y todo gratis», añade indignado. Vasile Durac y otros miembros del clan entran y salen libremente del inmueble, donde según los vecinos pueden llegar a concentrarse hasta 25 personas simultáneamente.
Lo más indignante de la situación es el doble aprovechamiento del sistema de protección social: por un lado, el inquilino oficial recibe una considerable suma mensual en ayudas públicas de la Comunidad de Madrid, mientras que por otro, el piso sirve como refugio para una red organizada de carteristas que victimiza a los ciudadanos madrileños en el transporte público.
El modus operandi de Vasile Durac resulta especialmente llamativo. Vistiendo de manera elegante para no levantar sospechas, se dedica a sustraer carteras, teléfonos móviles y relojes a los viajeros. Cuando es interceptado por las autoridades, suele llevar importantes cantidades de dinero en efectivo que intenta justificar con excusas poco creíbles.
Los vecinos han confirmado que el piso cuenta con todos los servicios básicos pagados: agua, luz y demás suministros son cubiertos por la administración pública. Mientras tanto, el clan utiliza la vivienda no sólo como residencia sino también como centro de preparación para sus actividades delictivas, donde incluso se realizan tratamientos estéticos como manicuras y otros cuidados personales.