AUGC, el ‘sindicato’ de la Guardia Civil vinculado a Podemos
Sólo hay un partido en el Congreso de los Diputados que tenga un agente de la Guardia Civil en sus filas: Podemos. Y ese único agente en las filas de Pablo Iglesias pertenece a la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Se trata de Juan Antonio Delgado Ramos. Lleva 20 años liderando este sindicato en la Benemérita.
En una entrevista en El País explicó las razones de vincular a la AUGC con Podemos: «El PP ya ha dicho que no quiere cambios en la Guardia Civil, de ningún tipo, y de hecho lo hemos visto en esta legislatura, en la que hemos retrocedido veinte años en derechos y otros tantos en condiciones sociolaborales. En cambio, el PSOE promete cosas y nunca las cumple, lo cual, de algún modo, es aún peor. Felipe González llevaba en su primer programa electoral la desmilitarización. No sólo no lo cumplió, sino que reprimió duramente a los sindicalistas en la Guardia Civil, hasta su expulsión del cuerpo».
Así que, aunque Delgado Ramos insiste en la independencia política de su sindicato, la realidad es que ha vinculado la marca de la AUGC a la de Podemos. Explica cómo fue el flechazo con Iglesias: «Un día me llamó mi amigo José María Benito, que entonces era portavoz del Sindicato Unificado de Policía, para que participara en el programa Fort Apache, de Pablo Iglesias. Ahí fue donde le conocí, y al finalizar el programa fuimos a tomar unas cañas. Allí nació una buena relación entre ambos».
En excedencia del Cuerpo desde que decidió dar el salto a la política, Delgado Ramos no tiene dudas del grupo humano con el que se ha embarcado: «Gente decente y honrada que no viene a la política para forrarse y servirse de ella, y esto pasa en un país donde los políticos corruptos se cuentan por cientos».
Entre Alsasua y Oskar Matute
Su vinculación a Podemos le ha traído también sinsabores. Como cuando la cúpula parlamentaria de la formación de Pablo Iglesias recibió a los familiares de los agresores de Alsasua, procesados por un delito de terrorismo por apalear a dos agentes de la Benemérita, y a sus respectivas parejas, en el municipio navarro. Delgado Ramos tuvo que desmarcarse públicamente de un acto en el que Podemos equiparó a las víctimas con sus agresores.
Si en este tiempo ha habido un comportamiento del diputado que haya soliviantado a los agentes de la Guardia Civil fue el que mantuvo en la investidura de Rajoy tras tomar la palabra el portavoz de Bildu.
“Me llamo Oskar Matute y soy diputado por Euskal Herria Bildu. Nací en Baracaldo en 1972, y en esos días la entonces esperanza blanca del PSOE, Felipe González, ya calentaba en la banda. Yo celebro mis 11 años y diez días después de que guardias civiles asesinaran a Lasa y Zabala. Todavía huele a cal viva” (sic). Pablo Iglesias aplaudió al proetarra. Unas filas más atrás se encontraba Delgado Ramos. No dijo nada. Su silencio fue criticado en las filas de la Guardia Civil porque se entendía que la crítica del proetarra iba más allá de la denuncia de un hecho concreto y se extendía a todo el cuerpo de la Benemérita.