Así era por dentro el chalet que Ábalos disfrutó en Cádiz: vistas a Gibraltar y muebles anticuados
El sumario del caso incluye vídeos donde unos venezolanos visitan el chalet que fugazmente disfrutó el ex ministro
La instrucción del caso que acorrala al Gobierno de Pedro Sánchez por presuntas mordidas en contratos de mascarillas tramitados por el Ministerio de Transporte deja infinitas derivadas. Una de las historias secundarias pasa por un chalet en Cádiz del que dispuso durante unos meses José Luis Ábalos, ex líder de Organización del PSOE. OKDIARIO ha tenido acceso a varios vídeos en los que se muestra el interior de esa controvertida vivienda cercana a la costa que ha provocado un gran dolor de cabeza al ex titular de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Los vídeos muestran un chalet con unas vistas inmejorables al mar Mediterráno. Se llega a ver el peñón de Gibraltar. La vivienda unifamiliar se sitúa en una urbanización en La Alcaidesa una localidad muy cercana al territorio que se atribuye el Reino Unido. Sólo 30 minutos en coche separan ambas localidades.
El interior del chalet denota que no ha sido decorado hace poco precisamente. Los muebles son antiguos y tienen estilos ya pasados de moda. Sin embargo, la piscina de cara al mar haría las delicias de cualquiera.
La línea de defensa de Ábalos es que demuestra con documentos que nunca recibió ese chalet gratis. Insiste en sus últimas intervenciones públicas que sí pagó varias mensualidades de ese chalet. Además, pensó, a su vez, en alquilarlo a terceros como vivienda turística pero, como consta en el sumario, no se lo permitieron al ser él inquilino de un casero. No está permitido realquilar una vivienda, le dijo un amigo suyo, tal como mantiene de forma férrea el hoy diputado del grupo mixto.
Sin embargo, la Guardia Civil sospecha que tanto esa vivienda como el piso para su novia en la Plaza de España de Madrid fueron dádivas a cambio de favores. En todo caso, Ábalos ha trasladado a su entorno que «sería el corrupto más cutre de la historia si me llevo 77.000 euros» cuando él ha gestionado «13.000 millones al año» en su etapa como ministro de infraestructuras. «¿Qué jefe de una organización criminal se corrompe por 77.000 euros?», se pregunta. Ábalos está a un paso de ser imputado por el Tribunal Supremo y, tras ello, tiene previsto defenderse de las acusaciones. Expondrá el contrato de alquiler que no incluyó la Benemérita en sus informes y confía que con eso y otros documentos se archive el caso.
El sumario del caso recogen cómo dos personas (unos venezolanos y una familia andaluza propietaria de la empresa Have Got Time SL) maniobraron para alquilar el chalet antes del ministro. Llegaron a pagar un contrato de arras. Sin embargo, Ábalos asegura a sus más próximos colaboradores que de eso no tiene conocimiento.
Lo cierto es que Ábalos dejó a las pocas semanas el chalet. No se pagaron las mensualidades tras el verano –se llegó a cortar la luz– y, tras quedarse perder los meses abonados como fianza, el inmueble pasó a otros propietarios. Acabó en una subasta y ahora lo habitan un particular sin ninguna relación con el caso.
El chalet no se encuentra a pie de playa y está en una zona muy alejada de donde hay ambiente. Es por ello que no gustó a Ábalos y su familia. Igualmente el interior de la vivienda no les llamó especialmente la atención. Muebles color caoba, sofás pasados de moda, fotografías en las paredes de hace años, lamparas rococó, un piano desgastado… Se trataba de un chalet que no convenció a la familia del ministro y decidió entregar las llaves. No obstante, varios años después el asunto colea en los juzgados.