Asaltos a McDonald’s y supermercados: así preparan los radicales el asedio al G7 en Biarritz
Grupos radicales organizados para la ocasión, y en los que participan también Podemos y Bildu, se unen para alterar el orden público durante la celebración de la cumbre, en la frontera vascofrancesa.
Asaltos a supermercados, a establecimientos de comida rápida, acciones en playas… Así planean distintos grupos radicales el boicot a la cumbre del G7 que se celebrará los próximos 24 a 26 de agosto en Biarritz. La localidad estará blindada durante estos días en previsión de posibles altercados.
Asociaciones ‘anticapistalistas’, ‘antifascistas’, de la izquierda radical y proetarra, tanto de España como de Francia, incluso de otros países, han utilizado las redes para extender sus convocatorias y reclamaciones. En sus mensajes, hacen un llamamiento a secundar su asedio a la cita, que reúne a los siete mandatarios más poderosos del mundo. El presidente en funciones, Pedro Sánchez, acudirá también, invitado por Emmanuel Macron. Allí estarán, además de Macron, Donald Trump (EEUU), Angela Merkel (Alemania), Boris Johnson (Reino Unido), Carlos Giuseppe Conte (Italia), Justin Trudeau (Canadá) y Shinzo Abe (Japón).
Las movilizaciones tienen un denominador común: una «desobediencia civil masiva». Los grupos planean bloquear los accesos por carreteras, tren y otros medios. Así, se dan cita en rotondas, autopistas o en el aeropuerto. Lugares marcados como objetivo, en los que se organizan con distintas acampadas.
Estos movimientos, vinculados a la izquierda radical y en los que participan partidos como Bildu o Podemos, pretenden ‘invadir’ locales públicos, como McDonald’s para «perturbar el mundo», explican sus responsables. Ya han venido realizando acciones similares, en locales comerciales de moda, cadenas de supermercados, etc.
Su intención es «bloquear el territorio» durante los días que se desarrolle la reunión. Se inspiran en grupos radicales, como los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), de Cataluña, aseguran. También en distintos movimientos de resistencia internacionales, desde Francia a Hong Kong. Si bien aseguran que sus medios son pacíficos y que sus «armas» serán sus «cuerpos», las acciones buscan una finalidad: alterar el orden.
«Estado de sitio»
Las plataformas ‘G7 Ez’ y ‘Alternatives G7’ llevan tiempo organizando distintas acciones en protesta por la reunión de Biarritz. Coincidiendo con esos días, llevarán a cabo su ‘contracumbre’, un foro alternativo con distintas actividades. En estos movimientos participan, entre otros, Podemos Euskadi, EH Bildu, Sortu, Ernai, Ezker Anitza, que critican que la reunión del G7 simboliza la «superioridad de las potencias occidentales» cuyo objetivo es «profundizar» en el «neoliberalismo».
La mayoría de las protestas se organizan bajo el colectivo ‘G-7 Blokatu’. «Nuestro objetivo será perturbar el buen desarrollo del G7 a través de acciones masivas de desobediencia civil, obstaculizando o bloqueando la circulación de bienes y de personas que participan en la Cumbre», explican. Sus acciones, aseguran, serán «solidarias, creativas y participativas».
«No utilizaremos ni cañones de agua ni vehículos blindados. Ni pelotas de goma para cegar, ni granadas para mutilar. Nuestras únicas armas serán nuestros cuerpos, convicciones y determinación», aseguran. Pese a este espíritu ‘pacifista’, hacen un «llamamiento a desobedecer las medidas de seguridad impuestas» y hablan de un «estado de sitio». «Nos negamos a ceder ante sus sucias amenazas», avisan. «¡Rodeémoslos, aislémoslos, bloqueémoslos», su lema.
En su punto de mira están los grandes centros comerciales y los que consideran emblemas del capitalismo. Locales de grandes marcas de moda o cadenas de supermercados. Estas acciones se complementan con conferencias y otras actividades lúdicas.
Interior, en alerta
La celebración de la cumbre mantiene en alerta al ministerio del Interior, coordinado con el Gobierno francés y el Ejecutivo vasco.
El pasado julio, Grande-Marlaska se reunió con su homólogo francés, Christophe Castaner, en Hendaya (Francia) para avanzar en la preparación del dispositivo.
Castaner ya avanzó «una movilización excepcional de fuerzas de seguridad», con efectivos policiales, militares, aduaneros y sanitarios «y no solo en Biarritz».
«Tenemos que garantizar la seguridad de todo el País Vasco y de toda Francia», aseguró el responsable galo, que no negó su preocupación por cualquier tipo de riesgo, «especialmente el terrorista».
La cita reunirá durante esos días a cerca de 4.000 participantes, de 24 delegaciones, además de unos 2.500 periodistas.