El Gobierno quiere extender la figura del “relator” a las negociaciones con el País Vasco
No se trata de ningún error. La figura del “relator” que Pedro Sánchez ha ofrecido a los separatistas catalanes ha sido diseñada de la mano de PNV y con las miras puestas en aceptar que las negociaciones con determinadas regiones se pueden equiparar a las que se mantiene entre países soberanos.
El Gobierno de Pedro Sánchez intentará a partir de ahora dar menos publicidad a este mecanismo: ocultarlo. Pero lo cierto es que el ofrecimiento a contar con mediadores en las cesiones a los separatistas se pretende implantar exactamente igual en las negociaciones que se mantengan con los representantes del Gobierno vasco del PNV para elaborar el nuevo estatuto del País Vasco.
La figura esta sacada del derecho internacional y, como tal, supone aceptar dos posiciones en igualdad. La figura del relator nunca fue pensada, de este modo, para negociar entre un todo y una parte -país y región-, sino para las conversaciones que se mantienen entre dos naciones soberanas en situaciones de conflicto. Y aquí el único conflicto que hay es el que provocan quienes se saltan la Constitución.
Pero la figura ha sido hábilmente introducida por los separatistas vascos y catalanes con un fin: dar la apariencia nacional e internacional de que determinadas comunidades autónomas son reconocidas ya internamente como países de pleno derecho: y Pedro Sánchez lo ha aceptado.
Es más, la figura del relator no ha sido pensada en exclusiva para el caso catalán. Al revés, desde el primer momento el nombre de PNV ha rondado la mesa de negociación que busca Sánchez para contentar a los hombres de Quim Torra. Y es que el PNV quiere utilizar posteriormente este mecanismo para sus propias negociaciones y fijar con esta mediación una calendario de traspasos de competencias que le sea plenamente benévolo.
Hay que recordar que Cataluña está atrayendo los focos, pero mientras los CDR, Torra, Puigdemont y el resto de fuerzas que promueven o materializan el golpe de Estado en Cataluña se llevan las portadas, el PNV sigue avanzando en su objetivo de tener un avance decisivo hacia su nuevo estatuto y otra vía de referéndum de autodeterminación.
Negociar y esperar
La consigna oficial del Partido Nacionalista Vasco no se oculta. Y pasa por que ellos no pondrán problemas a estos Presupuestos siempre que el resto de separatistas tampoco las pongan. Que están dispuestos a negociar y a dar el apoyo, aunque no harán pública su postura hasta saber si hay apoyos reales en el resto de fuerzas como para impulsar los Presupuestos del PSOE y hasta que el PSOE les concrete varios puntos de su futuro estatuto.
Pedro Sánchez ya les ha confirmado que, como pago, está dispuesto a negociar las exigencias económicas de los vascos e, incluso, parte de las políticas como el acercamiento de presos etarras a las cárceles y el traspaso pleno de las competencias penitenciarias al Gobierno regional de esta comunidad autónoma.
Esta postura sigue una ruta marcada desde el inicio del mandato de Sánchez por ambos partidos. Porque Sánchez garantizó al lehendakari, Íñigo Urkullu, el avance hacia su nuevo Estatuto separatista y la reforma constitucional en pleno pacto de la moción de censura que elevó al poder nacional al secretario general del PSOE. Y ese acuerdo incluyó abordar incluso una reforma constitucional con reconocimiento de las “singularidades vascas” y “el desarrollo hacia el nuevo Estatuto vasco”.
Ese proyecto de Estatuto es el que contiene el referéndum de autodeterminación en el País Vasco. Una norma impulsada por el PNV pero que cuenta ya con la simpatía de los proetarras de Bildu.