Von der Leyen podría no ser presidenta por el voto secreto: socialistas franceses e italianos dirán «no»
Arranca una semana decisiva en la vida de los Von der Leyen, y el jueves tendrán la prueba definitiva con la votación en el Parlamento Europeo: Úrsula se juega revalidar su mandato al frente de la Comisión Europea.
Un resumen rápido es que Von der Leyen cuenta con 401 votos a favor y con 361 -uno más de la mitad, sobre 720- le vale para ser elegida, de nuevo, presidenta de la Comisión Europea. Si lo tiene todo atado, no hay problema.
Pero lo hay. Socialistas franceses e italianos no confían en la todavía presidenta de la Comisión y, como el voto es secreto, ya se barrunta entre sus filas que votarán «no», aunque su grupo haya comprometido un «sí». Pasó algo similar hace cinco años, en 2019. Entonces Von der Leyen logró 383 votos a favor, cuando llevaba todo mucho más atado que ahora.
Los compromisos de hoy son las palabras de los líderes de los grupos, pero no le sirven en exceso en algunos casos, donde la independencia de sus miembros es fuerte. De hecho, la propia Von der Leyen ha tanteado a los Verdes pero también al partido que lidera Giorgia Meloni en Europa, en aras de conseguir sus votos. Para ella ha comprometido la comisaría de Competencia, con vicepresidencia incluida. Pero de vuelta a lo mismo, el voto de sus miembros es secreto.
El run run en los pasillos del Parlamento Europeo: más de 20 eurodiputados cuyas formaciones han manifestado su apoyo a Von der Leyen han dicho que votarán en contra, por lo que, con suerte, tiene en su haber unos 380 síes.
Cinco años después, la presidenta no se fía. Las mismas fuentes que apuntan en OKDIARIO que en Francia o Italia seguramente los socialistas votarán en contra, se lo han tenido que decir a ella. Por eso se entiende que la pasada semana fuera de gira buscando el apoyo de los Verdes, que tienen 53 parlamentarios. «Ni que sí ni que no. Votarán en conciencia». Eso dicen sobre las conclusiones de los miembros de ese grupo. El cálculo interno es que lograrán 30 síes frente a 23 votos en contra.
Y en este equilibrio es donde Von der Leyen prefieren no decir qué ha pactado con cada cual. Lograr que los verdes le apoyen pasa por hacer ciertas concesiones que al grupo de Conservadores y Reformistas -ECR- no le van a gustar. Y se supone que tienen que apoyar a la presidenta de la Comisión. Los socialistas franceses dan su visto bueno a cambio de que se incluya «la vivienda como un problema a tratar» y se continúe adelante con buena parte de «las políticas de la Agenda 2030». Así que hay que elegir entre unos socios u otros, o intentar convencer a todos sabiendo que pueden costarte el puesto.
En Italia, tanto Forza Italia como Fratelli d’Itallia van a votar que no a Von der Leyen si el pacto con los Verdes se oficializa. Pero aquí entra en juego el equipo de trabajo de Von der Leyen.
Sus negociadores han llegado a un acuerdo con el partido de Giorgia Meloni, y los Fratelli dirán que sí a su candidatura a cambio de una vicepresidencia en la Comisión, además de quedarse con Competencia. A estas horas, de hecho, están reunidos los equipo de trabajo para ultimar los detalles. La idea de Von der Leyen es sumar apoyos «vendiendo comisarías». Lo importante es que digan que sí, no las políticas ni el debate que unos y otros tengan entre sí.
Por eso la todavía presidenta de la Comisión Europea no está cerrando grandes pactos, ni acuerdos estructurales con todos los partidos. Cuenta con los populares y los socialistas, y aunque muchos de ellos puedan votar en contra, busca sumar a esas cifras todos los acuerdos independientes posibles.
Von der Leyen está apurando la ofensiva para captar los 361 votos -de 720- de la Eurocámara que necesita para encabezar de nuevo el Ejecutivo comunitario, como propusieron hace unas semanas los líderes de la Unión Europea. La presidenta de la Comisión busca convencer a su alianza tradicional: sus propios eurodiputados populares, los socialdemócratas y los liberales.