Crisis del coronavirus

El verano no sirve para recuperar ni la mitad del empleo perdido en el arranque de la crisis

Salomé Pradas
Salomé Pradas

Tras el fin de los dos meses más fuertes de la temporada de verano puede concluirse sin temor a equivocarse que la factura de la crisis del coronavirus tardará mucho tiempo en saldarse, especialmente para el empleo.

Es algo evidente si se observan los últimos datos de empleo que facilita el Gobierno de España, que ‘vende’ que en julio y agosto -sin contar el último día de mes, que suele ser muy malo- se habrán registrado 333.000 afiliados en el régimen general la Seguridad Social y 19.000 en el régimen de autónomos, el RETA.

El problema es que entre el 13 de marzo, el día antes de que Sánchez declarara el estado de alarma, y el 30 de junio, el mes en el que arrancó la «nueva normalidad», España había destruido 775.014 puestos de trabajo, sin contar con los trabajadores afectados por un ERTE, que no figuran como parados ni como empleos destruidos porque teóricamente volverán a la actividad una vez pasada la crisis. Otra cosa es lo que ocurrirá en realidad.

Con estas cifras sobre la mesa, España habría destruido desde que comenzó la crisis más de 400.000 puestos de trabajo, aunque hay que tener en cuenta que la mayoría de los empleos creados durante el verano han sido temporales y desaparecerán en septiembre y octubre. Es decir, que el daño en el mercado laboral es mucho peor que el que muestran hasta la fecha las estadísticas oficiales.

De hecho, las principales organizaciones empresariales y de autónomos avisan que se espera un otoño negro para el empleo como consecuencia de la crisis del coronavirus, ya que se espera que acaben muchas ayudas y que finalmente muchos ERTE se conviertan en EREs.

Un otoño duro por delante

Por el momento, y a la espera de como evolucionará la crisis en el próximo otoño e invierno, el balance de la temporada de verano no es nada bueno ni para el empleo ni para la actividad. La propia ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, estima que el PIB crezca un 10% en el tercer trimestre, lo que implicaría que sólo se habría recuperado una pequeña parte de la caída registrada desde el arranque de la crisis.

La actividad cayó un 5,2% en el primer trimestre de 2020, se hundió un 18,5% intertrimestral entre abril y junio y apenas pasará a crecer un 10% en el tercer trimestre del año, que coincide con la temporada estival, donde la estrella es el turismo, que ha pasado a ser el sector estrella de la economía nacional a convertirse en un quebradero de cabeza como consecuencia de las restricciones impuestas durante la pandemia y del abandono de las autoridades públicas.

Escenario con rebrotes y sin un nuevo confinamiento

Los principales escenarios económicos que maneja el Gobierno sí que incluyen, según Calviño, los rebrotes. Sin embargo, no se tienen en cuenta posibles confinamientos, algo que sí se incorporaba en las previsiones de otros organismos internacionales y servicios de estudios. Por el momento, España es una de las economías avanzadas que peor están saliendo paradas durante la crisis del coronavirus.

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