La técnica de la compra inversa que arrasa en los supermercados: qué es y cuánto dinero te puedes ahorrar
La técnica en la que debes hacer una lista a la inversa de lo que tienes que comprar
Adiós a esta famosa bebida española: entra en quiebra y tiene una historia de casi 150 años
Adiós a los mosquitos: IKEA tiene la solución más efectiva y barata del mercado


Hay rutinas que damos por sentadas sin cuestionarlas, como hacer la lista de la compra justo antes de salir al supermercado. Siempre nos han enseñado a anotar lo que falta en casa y a partir de ahí hacer la compra. Pero, ¿y si resulta que lo estábamos haciendo al revés? No por error, sino por inercia. Porque hay otro método que, según quienes ya lo han probado, no sólo es más lógico, sino también más eficiente y económico.
Se llama compra inversa y está revolucionando la forma de organizar las compras del hogar. Lo curioso es que no se trata de ninguna novedad tecnológica ni de un truco mágico que se ha hecho viral por casualidad. Es, más bien, una manera diferente de pensar en lo que compramos, que nos ayuda a consumir con más conciencia y menos desperdicio. Lo mejor de todo es que, una vez que entiendes cómo funciona, te preguntas por qué no lo hacías así desde antes.
Aunque su popularidad ha crecido gracias a las redes sociales, este sistema tiene una base muy práctica. Requiere, eso sí, una inversión inicial de tiempo y algo de organización. Pero quienes lo ponen en marcha aseguran que merece mucho la pena. No sólo se reduce el gasto mensual, también disminuye el estrés de no saber qué falta en casa o de comprar por duplicado. Y si te pasa como a muchos, que tiras comida caducada sin darte cuenta, este método puede ser la solución que estabas buscando.
La técnica de la compra inversa que arrasa en los supermercados
La compra inversa propone un cambio de enfoque radical en la forma de preparar nuestra lista del súper. En lugar de pensar en lo que falta, se parte de lo que ya tenemos. El objetivo no es sólo hacer una lista más completa, sino entender mejor nuestro consumo diario. Para ello, el primer paso es tomarse un rato tranquilo para revisar la despensa, el congelador y la nevera. Literalmente. Vaciar armarios, mirar fechas de caducidad, reorganizar lo que se esconde en el fondo del cajón de las verduras y apuntarlo todo.
Este primer listado de todo lo que tenemos será largo, sí, pero es el núcleo del método. Se trata de tener un inventario real y actualizado de los productos habituales que usamos en casa. Desde el paquete de arroz que siempre está en el fondo del armario hasta las especias, los lácteos, los productos de limpieza o esa lata de atún que siempre usamos para emergencias. La idea es marcar también lo que está a punto de agotarse y anotar lo que ya se ha terminado. Una especie de fotografía completa de lo que tenemos y lo que necesitamos.
Una vez hecho este trabajo inicial, todo es más fácil. A partir de ahí, sólo hay que mantener esa lista al día. Cuando uses algo, apúntalo si queda poco. Cuando acabes un producto, márcalo. Así, la próxima vez que vayas a comprar, tendrás una lista mucho más precisa, basada en tus hábitos reales de consumo, y no en el recuerdo fugaz de lo que viste hace tres días.
Ventajas claras y ahorro real
El sistema de compra inversa no sólo es útil, también es muy práctico. Uno de sus principales beneficios es que reduce notablemente el desperdicio de alimentos. Al tener claro qué hay en casa y en qué estado, es mucho más difícil que se acumulen productos por duplicado o que caduquen sin haberse abierto. Además, al revisar el inventario con regularidad, se identifican patrones de consumo que nos ayudan a comprar con más sentido y menos impulso.
Otra gran ventaja es el ahorro de dinero. No se trata de dejar de comprar cosas necesarias, sino de evitar compras innecesarias. Muchas veces, por no tener control, compramos productos que ya estaban en casa. O llenamos el carrito con cosas que no necesitamos realmente porque no sabemos qué tenemos. Con este sistema, el gasto es más consciente, más ajustado a la realidad y, por tanto, más eficiente.
También se gana tiempo. Aunque al principio requiere un poco más de esfuerzo, a la larga se tarda mucho menos en preparar la lista antes de ir al supermercado. Ya no hay que hacer memoria ni improvisar: solo hay que revisar qué productos están marcados como agotados o en mínimos, y listo. Además, si agrupamos los productos por categorías —lácteos, conservas, productos de limpieza, frutas y verduras, etc.— la organización será aún más fluida.
Cómo poner en marcha el sistema en casa
Lo ideal es empezar con papel y boli, o con una hoja de cálculo si eres más de digital. Haz un recorrido por toda tu cocina: abre cada armario, cajón y balda del frigorífico. Anota todo lo que sueles tener y no querrías que faltase. No te olvides de productos básicos como aceite, sal, leche, legumbres, cereales, café o productos de higiene. Luego, crea un sistema de colores o símbolos para marcar lo que está en stock, lo que se está acabando y lo que ya falta.
A partir de ahí, el sistema funciona casi sólo . Cada vez que cojas el último paquete de algo, apúntalo en la lista como pendiente. Así, no te pillará por sorpresa. Y cuando planifiques comidas especiales o eventos puntuales —como una barbacoa o un cumpleaños— solo tendrás que añadir lo excepcional, sin tener que reconstruir toda la lista desde cero.
Si compartes la casa con más personas, puede ser útil colocar la lista en un lugar visible, como la puerta de la nevera. Incluso puedes usar aplicaciones colaborativas para que todos participen. Así, cualquiera puede anotar lo que falte en el momento en que lo detecte, y cuando llegue el día de la compra, todo estará bajo control.
¿Cuánto se puede ahorrar con la compra inversa?
Aunque la cantidad exacta depende de cada hogar, se estima que con este sistema se puede llegar a reducir el gasto mensual en alimentación entre un 15% y un 30%. La clave no está sólo en comprar menos, sino en comprar mejor. Evitar duplicados, reducir las compras impulsivas y no tirar comida que se ha estropeado son tres factores que, combinados, marcan una gran diferencia en el bolsillo a final de mes.