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El sueldo de Garamendi provoca otro incendio en la CEOE y da carnaza al Gobierno

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Antonio Garamendi, presidente de la CEOE.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La CEOE no gana para sustos. Vuelve a estar on fire, a cuenta esta vez del sueldo de Antonio Garamendi conocido esta semana (unos 400.000 euros porque la cifra exacta no se sabe) y su contratación como alto directivo. Algo que ha sentado muy mal en muchas federaciones regionales y sectoriales donde sus presidentes trabajan gratis et amore y que, además, sirve para dar carnaza a nuestro Gobierno populista, que ha aireado la cifra a la SER y al que le ha faltado tiempo para relacionarlo con la oposición de los empresarios a subir el salario mínimo.

No es ningún secreto que hay un sector opositor a Garamendi, que surgió con su apoyo a la contrarreforma laboral de Yolanda Díaz, pero que no logró encontrar un candidato lo suficientemente potente para disputarle la presidencia de la CEOE. La presentada por Josep Sánchez Llibre, la desconocida Virginia Guinda, apenas consiguió el 13,5% de los votos; eso sí, sirvió para que Garamendi nombrara al presidente de la catalana Foment vicepresidente de la CEOE para tratar de desactivarlo.

IVA carne pescado
Antonio Garamendi.

Pero ahora esa oposición vuelve a rugir con fuerza con la historia del sueldo, porque muchos no entienden que el presidente no sea un empresario que trabaje gratis como lo hicieron sus antecesores -salvo José María Cuevas-, sino un directivo contratado. También critican la subida respecto a los 350.000 que cobraba como autónomo (300.000 fijos más 50.000 variables que se habían consolidado), salvo que obedezca a la diferencia de fiscalidad entre tributar como autónomo y como directivo.

Pensiones y fondos europeos

Por supuesto, este escándalo ha sido provocado por el Gobierno , que ha filtrado lo del sueldo a su emisora de radio amiga. Garamendi se les había puesto un poco díscolo con eso de no querer sentarse a la mesa de negociación del salario mínimo, y han querido meterle en cintura ante la trascendental reforma de las pensiones que Escrivá tiene que mandar ya a Bruselas (lleva dos meses de retraso sobre la fecha comprometida a cambio de recibir los fondos europeos). No olvidemos que este lunes aterrizan los ‘hombres de negro’ en Madrid para investigar qué está haciendo Sánchez con el dinero comunitario, encabezados por su martillo de herejes, la alemana Monika Hohlmeier. La antítesis de su adorada Ursula von der Leyen.

La segunda fase de esta filtración ha sido, claro está, lanzarse a la yugular de Garamendi. La encargada ha sido, cómo no, Yolanda Díaz, que ha soltado que “con un salario de 400.000 euros, tendrá la perspectiva suficiente para hacer ver que se tienen que subir los salarios en el conjunto del país”. Naturalmente, ha sido jaleada por su parroquia, ésa que ignora la libertad de empresa y de contratación, y que cree que ganar 400.000 euros es inmoral per se, aunque sea una cifra ridícula para un puesto así en cualquier país europeo. Deberían fijarse en lo que gana otro presidente de una pseudopatronal: Javier Tebas al frente de su Liga.

Tebas Barça
Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional. (AFP)

Y la CEOE ha caído en la trampa de la forma más torpe, como suele ser habitual en ella. Primero, tanto Garamendi como su Sancho Panza, Lorenzo Amor (presidente vitalicio y hereditario de la Asociación de Trabajadores Autónomos) han salido a decir que no es verdad, que sólo gana un 3% más , no un  9%, y que Garamendi sigue siendo autónomo porque tiene empresas además de tener su sueldo de la CEOE. Lo cual sólo contribuye a aumentar la confusión y a dar la impresión de que les han pillado en falta y están tratando de salir del paso como pueden, algo así como el Barcelona con el escándalo arbitral.

Declaraciones desafortunadas

Para acabar de liarla, el propio interesado no ha podido estar más desafortunado en su respuesta: «Esto es como cuando hay una violación y dicen que la chica iba en minifalda. No acepto pulpo como animal de compañía», con la que está cayendo en España con la rebaja de penas a los violadores. No es la primera vez que Garamendi se mete en un jardín así: en junio, se comparó con los judíos perseguidos por los nazis al aludir a los impuestazos de Sánchez: «Acordaos de lo que se dijo en su día: primero los judíos, luego fueron a por los comunistas y luego me tocó a mí».

Todo este lío ha soliviantado a la oposición en CEOE. Y lo peor para Garamendi: le está haciendo ganar muchos adeptos entre esos presidentes regionales y sectoriales que dedican muchas horas sin cobrar nada. Este creciente sector crítico cree que no te puedes subir tu sueldo cuando tú postura es que no deben subir de forma generalizada en la economía para evitar una espiral precios-salarios y convertirte en Argentina. Y que la CEOE no debe levantarse de las mesas de negociación, sino acudir y plantear propuestas, cosa que ahora no hace; se limita a reaccionar ante lo que plantea el Gobierno, normalmente sin ningún éxito.

Podemos Yolanda Díaz
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz.

Otra cosa que también molesta es la politización, que ahora se traduce en una aproximación a Feijóo igual que a principios de la legislatura Garamendi presumía de tomar café con Pablo IglesiasYolanda Díaz, que le usaron para validar su reforma laboral y luego lo tiraron a la papelera como un kleenex usado. «La CEOE tiene que ser independiente de todos los partidos. Su obligación es negociar con el Gobierno de turno, del color que sea, para defender los intereses de los empresarios», señala una fuente de este sector.

Falta de independencia

Y detrás de esta falta de independencia, hay un conflicto de interés seminal: la subvenciones que recibe CEOE del erario público, de cerca de 15 millones al año. Así es imposible ser independiente y también debería impedir que su presidente se suba el sueldo lo que quiera. ¿O es que la CEOE va a compartir la famosa frase de Carmen Calvo de que el dinero público no es de nadie? Y, al final, el ciudadano la mete en el mismo saco de apesebrados que los sindicatos. Para tener credibilidad y poder desempeñar bien su papel, la patronal debería renunciar a esa subvención y financiarse con sus propios recursos.

De momento, Garamendi sigue ejerciendo un control férreo sobre la organización, el «aparato», que es lo que le ha permitido arrasar en las elecciones. Y algunas fuentes aseguran que ahora pretende proponer una ampliación del mandato del presidente. Si no lo consigue, su sucesora designada es Fátima Báñez, su mano derecha, actualmente al frente de la Fundación. Pero haría bien en no ignorar las críticas y el deterioro de imagen de la CEOE antes de que sea demasiado tarde, para la organización y para él mismo.

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