Si has estado de baja esto te pertenece por ley y casi nadie lo reclama
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Regresar al trabajo después de haber estado con una baja médica no es un proceso sencillo. Para muchos trabajadores, la reincorporación supone un desafío, especialmente si su salud no se ha recuperado completamente. En estos casos, volver de manera brusca al ritmo habitual puede generar estrés e incluso agravar su condición. Sin embargo, pocos conocen que la legislación laboral prevé derechos específicos para quienes se encuentran en esta situación.
Uno de los aspectos más desconocidos es que, tras una baja, el trabajador tiene derecho a una evaluación médica que determine si puede desempeñar sus funciones con normalidad o si necesita una adaptación en su puesto de trabajo. Esta medida busca garantizar que la reincorporación no ponga en riesgo la salud del empleado y que pueda continuar con su actividad sin perjuicio para su bienestar. A pesar de su importancia, este derecho es reclamado por muy pocos trabajadores, bien por desconocimiento o porque no saben cómo solicitarlo. Sin embargo, conocerlo y ejercerlo puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de quienes han pasado por un periodo de incapacidad. A continuación, explicamos en qué consiste este derecho, cómo solicitarlo y qué cambios recientes en la legislación han reforzado su aplicación.
Un derecho desconocido pero esencial si estás de baja
Según la legislación vigente, todo trabajador que se reincorpore tras una baja tiene derecho a solicitar un reconocimiento médico para evaluar si su estado de salud le permite desempeñar sus funciones sin riesgos. Este derecho está recogido en el artículo 22 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que obliga al empresario a garantizar la vigilancia periódica de la salud de sus empleados en función de los riesgos asociados a su puesto de trabajo.
Este reconocimiento médico es clave para determinar si el empleado es apto, no apto o apto con limitaciones. En este último caso, la empresa tiene la obligación de adaptar el puesto de trabajo a las nuevas condiciones del trabajador. No se trata de crear un puesto a medida, sino de hacer ajustes razonables que permitan que el trabajador continúe con su actividad sin poner en riesgo su salud.
Adaptación del puesto de trabajo: ¿qué implica?
Si tras el reconocimiento médico se determina que el trabajador es apto con limitaciones, la empresa debe facilitar una adaptación de su puesto de trabajo. Esto puede implicar cambios en la organización de tareas, en la carga de trabajo o en las herramientas utilizadas para desempeñar su labor. Lo importante es que estos cambios no afecten negativamente ni al trabajador ni a la empresa.
No obstante, hay un límite. Si la adaptación del puesto supone una carga excesiva para la empresa o si no existe un puesto disponible con características compatibles con la nueva situación del empleado, la empresa podría alegar la imposibilidad de realizar estos ajustes. En casos extremos, esto podría derivar en un despido, aunque este debe estar justificado y acompañado de la correspondiente indemnización.
¿Puede la empresa despedir al trabajador en estos casos?
La posibilidad de despido ha sido objeto de debate en los últimos años. Hasta hace poco, si un trabajador no podía desempeñar su labor debido a una condición de salud sobrevenida, la empresa podía recurrir al despido objetivo basándose en la ineptitud sobrevenida del empleado. Esto significaba que, aunque se indemnizara al trabajador, la decisión quedaba en manos del empresario.
Sin embargo, en enero de 2024, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que este mecanismo de despido no podía aplicarse de manera automática. Como consecuencia, el gobierno español reformó el artículo 49.1.e del Estatuto de los Trabajadores, eliminando la extinción automática del contrato en caso de incapacidad permanente.
¿Qué cambia con la nueva normativa?
Con esta reforma, la decisión de continuar en la empresa ya no recae únicamente en el empleador. Ahora, el trabajador tiene derecho a solicitar una adaptación del puesto de trabajo que sea razonable y acorde a sus nuevas condiciones. Si esto no fuera posible, la empresa debe ofrecerle otro puesto disponible que se ajuste a su perfil y a su estado de salud.
Sólo en los casos en los que la empresa pueda demostrar que no tiene posibilidad de realizar ajustes o que no dispone de un puesto alternativo compatible con el trabajador, podría recurrir al despido. Sin embargo, esta opción debe ser la última instancia y debe estar debidamente justificada.
Cómo ejercer este derecho si has estado de baja
Muchos trabajadores desconocen que tienen la posibilidad de solicitar una evaluación médica para determinar si pueden reincorporarse en su puesto habitual o si necesitan adaptaciones. Para hacer valer este derecho, es fundamental:
- Pedir por escrito un reconocimiento médico a la empresa.
- En caso de ser necesario, solicitar la adaptación del puesto de trabajo en base a los resultados del reconocimiento.
- Si la empresa se niega a cumplir con esta obligación, recurrir a la Inspección de Trabajo o buscar asesoramiento legal para reclamar el derecho.
Es fundamental que los trabajadores conozcan sus derechos y sepan cómo ejercerlos. Si has estado de baja, no dudes en informarte y hacer valer lo que te pertenece por ley. A veces, un pequeño paso puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida laboral y en la salud de los empleados.