Segundo mejor febrero desde el inicio de la crisis con 63.355 nuevos empleos

Empleo
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, con el presidente de CEOE, Juan Rosell. (Foto: EFE)

El paro registrado puede subir por personas que ya estaban desempleadas y renuevan su solicitud en las oficinas del INEM, o por parados que se apuntan por primera vez ante las nuevas expectativas de encontrar trabajo por la recuperación económica, o por personas que se incorporan ahora al mercado porque terminan sus estudios. Sin embargo, la Seguridad Social es la que arroja el dato de creación o destrucción de empleo neto, es decir, el aumento o la pérdida de puestos de trabajo en la economía.

El Ministerio de Empleo ha facilitado este miércoles el dato de desempleados inscritos en febrero. que creció en 2.231 personas, lo que supone una subida mensual del 0,05%.

No obstante, el dato de paro registrado no sirve para analizar la evolución del mercado laboral, ya que ha experimentado muchas manipulaciones estadísticas desde su creación. La Unión Europea (UE) no considera esta variable como fiable y se atiene exclusivamente a los datos de afiliación a la Seguridad Social y a la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el Instituto Nacional de Estadística cada trimestre.

La normativa básica del Sistema de Información de los Servicios Públicos de Empleo (SISPE) incluye muchas excepciones creadas para no contabilizar a desempleados que buscan trabajo como parados. Del conjunto total estas son las más escandalosas:

– Perceptores de prestaciones por desempleo que participan en trabajos de colaboración social.

– Demandantes de un trabajo cuya jornada laboral semanal es inferior a las 20 horas.

– Demandantes de empleo coyuntural por un periodo inferior a tres meses.

– Demandantes que están cursando estudios de enseñanza oficial y que son demandantes de primer empleo.

– Trabajadores beneficiarios del subsidio agrario que perciben el subsidio por desempleo.

Aunque el maquillaje estadístico se hubiera quedado ahí hubiera sido suficiente para tirar por tierra la credibilidad del paro registrado en el análisis del mercado laboral. Mención aparte merece la eliminación de las listas  a a los desempleados que acuden a cursillos de formación, catalogados como demandantes de empleo no ocupados (DENOS).

Los cursillos de formación

Esta categoría fue añadida al listado de excepciones en 2008 por Jesús Caldera, que era el ministro de Trabajo. El retrato robot de estos parados era evidente: inmigrantes y españoles que perdían su puesto de trabajo con la crisis al carecer de conocimientos que les permitieran cambiar de ocupación, muchos de ellos expulsados del sector inmobiliario por el pinchazo de la burbuja del ladrillo.

El ministerio de Empleo tampoco incluye en las listas de paro registrado a un número importante de parados, agrupándolos en el epígrafe estadístico de desempleados “con disponibilidad limitada” o con “demanda de empleo específica”. Estas personas, según la normativa, “son aquellos demandantes, sin empleo, que indican en su solicitud condiciones especiales de trabajo”. Es decir, que son también parados aunque la burocracia no los considere como tales.

Finalmente, el paro registrado excluye a aquellas personas que no tienen trabajo pero no están dispuestas a aceptar cualquier empleo. Como por definición un parado es aquel que no pone condiciones, a las personas que han manifestado las suyas las oficinas de empleo no les considera parados.

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