Sánchez marea con los impuestos: los subirá en los Presupuestos tras aplazar su «reforma estructural»

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha aprovechado su última comparecencia pública en La Moncloa antes de sus vacaciones de verano, para asegurar que el Ejecutivo aplazará la reforma «estructural» de los impuestos que tenía previsto hacer para cuando se produzca el momento de «consolidación» de la recuperación económica y se registren los niveles de crecimiento previos a la crisis.

Este juego de palabras contiene al menos dos enigmas que hacen difícil su interpretación. En primer lugar, si se abordará la reforma cuando el PIB crezca lo mismo que antes de la crisis, es muy posible que esto ocurra rápidamente por el efecto estadístico que se producirá después de la caída tan potente que ha sufrido el PIB en la primera mitad del año.

El espacio temporal que el presidente ha establecido antes de que se aborde una «reforma fiscal estructural» no ha quedado claro

De hecho, en el último trimestre de 2019 el PIB ya subió un 0,4% en tasa intetrimestral, siendo la última subida de la economía. ¿Valdrá para que se retomen las reformas estructurales con que España vuelva a crecer a un 0,4% intertrimestral? Estas cifras, a buen seguro, se verán ya en los próximos trimestres. Desde el Ministerio de Hacienda no se aclara a qué se refería el presidente del Gobierno.

Otra opción es que el presidente haya dicho que no se llevarán a cabo estas reformas estructurales hasta que el PIB previo a la pandemia se recupere. En este caso, estaríamos hablando de un aplazamiento mucho mayor, pues el propio presidente Sánchez ha reconocido que la economía española no llegará a los niveles previos a la crisis hasta 2023.

Sí subirán impuestos

No obstante, el mensaje confuso del presidente español en ningún caso significa que no se van a subir los impuestos, como repetidamente han señalado a este periódico fuentes oficiales del Ministerio de Hacienda, a pesar de que de las palabras de Sánchez podía llegarse a inferir eso. Desde Hacienda, han aclarado a OKDIARIO que con toda probabilidad en el anteproyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado que se está actualmente negociando en ámbito parlamentario, «se incluirá alguna medida fiscal».

Es decir, la «reforma fiscal estructural» tendrá otras características que el Ejecutivo no ha precisado, pero no impedirá que previamente a ella se sigan subiendo impuestos para tratar de cuadrar unas cuentas que cerrarán el año con un déficit muy superior al 10%. Esta reforma fiscal de envergadura era definida así hace semanas por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero: «Para que cada uno contribuya según lo que tiene y reciba según lo que necesite».

Tasas Tobin y Google

Además, actualmente el Gobierno ya ha promovido la iniciativa parlamentaria de los impuestos de actividades digitales (tasa Google) y el de transacciones financieras (tasa Tobin). Ambas normas fiscales están actualmente siendo debatidas en el Congreso de los Diputados, el primer paso. Posteriormente deberían pasar por el Senado y, en caso de no tener enmiendas en la Cámara Alta, podrían ser aprobados definitivamente.

Pero además de estos impuestos, que ya se dan por descontados, los próximos Presupuestos Generales del Estado vivirán sí o sí una o varias subidas impositivas para tratar de maquillar las cuentas del Estado, dado que la propia María Jesús Montero ya avisó de que plantear un ajuste de gastos en la administración pública era «populista». Con este punto de partida, al Gobierno sólo le quedaría aumentar las cargas impositivas en un país en recesión.

Impuestos que subirán

Con respecto a los impuestos que son favoritos para subir en la tramitación parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado, se trata principalmente del IVA, el impuesto que históricamente más está por debajo de la media europea. Como favoritos, aparecen los tramos superreducido (4%) y reducido (10%) del IVA, que gravan a los productos de primera necesidad, y que serían muchos, por lo que eliminando a productos de estos tramos se conseguiría una subida impositiva.

Otro firme candidato a subir son los impuestos especiales, que gravan productos como los hidrocarburos, el tabaco y el alcohol. Dada la escasa contestación social al subir estos impuestos (especialmente los dos últimos), parece haber margen para subirlos.

Otro de los impuestos que no puede descartarse es un impuesto especial sobre hidrocarburos (similar al anterior y muy polémico impuesto al diésel) que también añadiría recaudación por ser un producto de uso recurrente, si bien desde el sector del automóvil se ha alertado sobre esta subida impositiva.

Por último, tampoco deben descartarse la creación de impuestos nuevos con argumentación medioambiental.