La recuperación económica mundial golpea el mercado de los ‘bonos basura’
Para que vean que realmente nunca llueve a gusto de todos nos encontramos con una extraña paradoja. La recuperación de la economía mundial es tan robusta, lo dice el FMI, que los gestores especializados en bonos basura (producto financiero de alto riesgo pero con rentabilidades muy elevadas) tienen dinero para comprar, ganas de hacerlo pero no encuentran productos suficientes con este perfil para invertir.
Si todo está bien ¿qué compran los gestores especializados en bonos basura? Este es el dilema al que se enfrentan aquellos que han convertido el riesgo en una forma muy lucrativa de existencia. Las continúas subidas de rating de las empresas, una vez superada la crisis y el auge de otros tipos de financiación, como los créditos apalancados, plantea un horizonte complejo para los gestores de fondos especializados en estos activos de alto riesgo, especialmente en el Viejo Continente.
De hecho, y según fuentes consultadas por OKDIARIO el tema se resumiría de la siguiente forma; cada vez hay más dinero buscando bonos basura pero cada vez hay menos títulos a la venta.
La reducción del mercado de bonos basura en Europa se debe a un incremento en los grupos que están a punto de mejorar su calificación crediticia y sus bonos pendientes de abandonar los índices que los englobaban en el saco de bonos basura. De esta forma, muchos fondos de inversión, empresas aseguradoras y demás operadores de mercado ya sí pueden incluir en sus carteras a estas empresas que antes eran «proscritas».
Para los que no estén familiarizados con estos productos les cuento. Michael Milken, conocido en medios financieros como el rey de los bonos basura (activos de alto riesgo y elevada rentabilidad), acumuló una fortuna de más de 1.000 millones de dólares mediante transacciones con estos valores, que propiciaron la fiebre de fusiones y adquisiciones hostiles de empresas durante buena parte de los años 80, la llamada década de la codicia. Milken fue condenado a varios años de cárcel y arruinó la compañía en la que trabajaba pero creó este nuevo producto financiero.
Si ponemos un ojo en las empresas que han abandonado el índice de los bonos de alto rendimiento elaborado por Merrill Lynch nos encontramos con compañías no menores precisamente. En agosto, Anglo American dejaba este dudoso honor de estar en la lista de la vergüenza mientras que Telecom Italia está a punto de convertirse en otra “estrella en ascenso” (rising star en inglés), como se denomina en la jerga financiera a las empresas que regresan al grado de inversión.
En el caso de la operadora italiana «su salida del infierno» ha permitido al BCE comprar su deuda en virtud de su programa de adquisición de bonos. Telecom Italia tiene las calificaciones más altas por debajo de grado de inversión para Moody’s y S&P, con ambas agencias en vistas de actualizar sus perspectivas.
Todos estos que se van dejan huérfano un mercado de tiburones financieros que no encuentran compañías en las que se junte la alta rentabilidad con un riesgo más o menos controlado.
La cadena de supermercados Tesco podría tener un mayor impacto en Reino Unido si sale finalmente del índice de bonos basura elaborado por Merrill pues supone el segundo mayor componente de este indicador. Que la compañía haya anunciado una oferta de recompra de bonos para fortalecer su balance y recuperar el grado de inversión, que perdió en 2015, es un mazazo para todos aquellos que quieren hacer el agosto todos los meses del año.
Además, hay pocos valores que compensen las recientes pérdidas acaso si cabe ejemplos como Syngenta, cuya calificación de grado de inversión se encuentra pendiente de ver qué hacen las autoridades chinas sobre si apoyan a esta empresa o no.
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