Las pensiones con Sánchez: la diferencia entre gastos e ingresos sube 10.230 millones desde que gobierna

El agujero de las pensiones medido únicamente entre lo que se ingresa por cotizaciones sociales y lo que se gasta en pagar la nómina de los jubilados cada mes se ha disparado en 10.230 millones de euros desde junio de 2018, momento en el que Pedro Sánchez consigue llegar a la presidencia del Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy por la corrupción, que apoyó el PNV. El agujero del sistema de pensiones, sin contabilizar las transferencias desde los Presupuestos Generales, asciende ya a 28.912 millones, cifra que en junio de 2018 era de 18.683 millones.

La diferencia son los citados 10.230 millones, de junio de 2018 a junio de 2024. Esto significa que desde que gobierna Sánchez el agujero del sistema de pensiones sin ningún dopaje desde los Presupuestos Generales ha crecido en un 55%. Hay que recordar también que Sánchez ha cambiado la ley para que las prestaciones no contributivas la Seguridad Social las pague con transferencias que recibe de la Administración central, que este año superarán los 34.000 millones de euros.

En definitiva, lo que ponen de manifiesto los datos, recopilados por el Instituto Santalucía en un informe, es que la situación del sistema de pensiones va a peor, y que sólo el rescate desde los Presupuestos Generales permite al sistema dar un mínimo de superávit. Un dato más: ese superávit del que presume el Gobierno fue de 2.869 millones en agosto de 2023, con 32.734 millones recibidos desde los Presupuestos; un año después, en agosto de 2024, el superávit es de 1.619 millones con 34.433 millones transferidos por el Gobierno. Menos superávit con más transferencias.

El informe El Barómetro de las pensiones del Instituto Santalucía pone negro sobre blanco el gran problema: los ingresos crecen un 6,7% y los gastos, un 7%. Así, el agujero sin dopaje va creciendo: «Como consecuencia de los datos de ingresos y gastos contributivos, el déficit contributivo anual ha subido ligeramente (1,92% del PIB en junio de 2024 frente al 1,83% en junio de 2023), siendo su cuantía absoluta de 28.912 millones de euros, frente a 25.841 millones de euros un año antes. El saldo por pensionista ha aumentado 303 euros en el último año, hasta -3.159 euros, y el saldo por cotizante lo ha hecho en 115 euros hasta -1.383 euros».

La alerta es aún mayor. Porque, señala el informe, la tendencia a reducir ese déficit entre ingresos y gastos de las pensiones se ha roto. Había empezado tras la pandemia y, por segundo trimestre consecutivo, en septiembre se ha elevado pese al incremento de los impuestos por el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) y el récord de afiliados a la Seguridad Social.

«Los indicadores contables muestran un freno en la tendencia a la mejoría que se inició tras dejar atrás la pandemia, durante la cual el déficit contributivo llegó a situarse en un máximo del 2,76% del PIB en marzo de 2021. Desde entonces, el déficit alcanzó su mínimo en junio de 2023 (1,83% del PIB). Este es el segundo trimestre en el que aumenta interanualmente el déficit contributivo, pese a las medidas de ingreso de la reforma de pensiones de 2023, lo que podría ser el inicio de un cambio de ciclo con nuevos aumentos del déficit, aunque habrá que confirmarlo en los próximos trimestres», advierte.

Todo esto mientras el Gobierno ha aumentado los impuestos por cotizaciones para llenar la hucha de las pensiones y pagar la jubilación a los baby boomers. El incremento de las cotizaciones son este año el 0,7% y alcanzarán al 1,2% en 2029, que abonan empresas -sobre todo- y trabajadores.

Además, está el récord de afiliados a la Seguridad Social, que se encamina ya hacia los 22 millones de personas, y el aumento de los sueldos. Pese a esto, el agujero de las pensiones crece. El PSOE decidió subir de nuevo todas las pensiones con el IPC, las más altas y las más bajas, acabando con la política de Rajoy de elevarlas un 0,25%.

Otro problema que refiere el informe es que en España ya hay menos de tres ciudadanos de entre 20 y 64 años por cada jubilado. La tasa de afiliados por pensionista está estable en 2,33, pese a ese incremento del empleo. Cualquier nueva crisis económica que dispare el paro pondrá el sistema en más apuros.