El objetivo número 1 del nuevo presidente del Banco Popular: evitar la fusión captando capital

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Emilio Saracho fue ex vicepresidente de JP Morgan antes de presidir Banco Popular.

El Banco Popular puede evitar ser absorbido por otra entidad financiera si es capaz de lograr la confianza de los mercados en la potencia de su negocio minorista y capta capital que le permita superar la crisis en la que está inmerso por su elevada exposición a los activos ligados al sector inmobiliario. Ése es el objetivo del presidente del nuevo banco, Emilio Saracho.

Según han explicado fuentes financieras a OKDIARIO, la llegada de Saracho en sustitución de Ángel Ron es una apuesta clara por librar a la entidad del baile de fusiones que se avecina en el sector bancario, una vez que se ha despejado la incertidumbre política.

Saracho es mundialmente reconocido y tiene muchas más posibilidades que el antiguo presidente para lograr que los mercados de capitales respalden un proyecto del Popular en solitario, sin ser absorbido por otro banco”, indican.

La carrera profesional de Saracho en JP Morgan y consejos de administración de compañías de primer nivel le hacen un candidato idóneo para reflotar un banco que, en los últimos meses, ha sufrido mucho, especialmente en lo que a cotización bursátil se refiere. En lo que va de año la entidad ha perdido la mitad de su capitalización en Bolsa, al dejarse más de 2.800 millones de euros. Sin embargo, desde que comenzaron los rumores sobre la sustitución del presidente hace una semana los títulos de Popular han subido casi un 20%.

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Fuente: Investing.com (Pinchar en la imagen para ampliar)

Durante el mandato de Ron, Popular, el banco español más expuesto a la crisis del ladrillo, se ha enfrentado a un deterioro de su balance y unas mayores exigencias regulatorias. El banco, que obtuvo la nota más baja del sector en España en las últimas pruebas de estrés a la banca europea, cerró en junio una ampliación de capital de 2.500 millones de euros para limpiar su balance y anunció provisiones de 4.700 millones.

Al mismo tiempo la entidad financiera puso en marcha un ajuste de plantilla de casi 2.600 empleados y anunciaba un programa para sacar de su balance los 6.000 millones de euros que tiene en activos inmobiliarios tóxicos, según la agencia Reuters.

Ajuste de costes, venta de activos y más negocio bancario

Por lo tanto, Saracho afronta unos meses que serán claves para determinar el futuro del Banco Popular, aunque todavía no haya tomado posesión del cargo. El equipo directivo confía en recuperar el terreno gracias a la aplicación de un plan estratégico que culminará en 2018 y que se pude resumir en tres grandes conceptos: ajuste de costes, venta de activos y potenciación del negocio bancario para aumentar la rentabilidad.

Precisamente en este contexto se enmarca el acuerdo al que ha llegado Popular con los sindicatos para acometer la reducción de plantilla. Un ajuste laboral generará un ahorro anual de 200 millones de euros en los costes del grupo, cantidad que se suma al ahorro de 175 millones de euros anuales logrados gracias al “plan de optimización de la capacidad productiva” del banco, que ha puesto en marcha en el tercer trimestre del año.

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Una oficina del Banco Popular en La Coruña. (Foto: EFE)

En cuanto a la gestión de los activos improductivos, fundamentalmente aquellos ligados al crédito promotor (vivienda, locales y suelo), en los nueve primeros meses de este año el banco ha ido reduciendo esta partida. En concreto, los créditos dudosos (morosos) brutos del negocio inmobiliario del Popular se han reducido en 477 millones de euros entre enero y septiembre y el nivel de ventas de inmuebles ha superado los 1.500 millones de euros en el periodo.

A pesar de que algunos analistas han puesto el foco en la solvencia del banco, los datos constatan que la salud del Popular no corre peligro, al menos a corto plazo, sobre todo gracias a la inyección de 2.500 millones de euros que supuso la citada ampliación de capital realizada hace unos meses. El ratio de capital CET1 phase-in del grupo se sitúa en el 15,29% y el ratio de apalancamiento comparable en 7,36%.

En cuanto a la liquidez, la relación entre los préstamos y los depósitos (LTD, loan to deposit, por sus siglas en inglés) es del 104,5%, una buena cifra teniendo en cuenta el contexto actual en el que los tipos de interés están en mínimos históricos (presionando el margen de intermediación), con una creciente competencia, en un proceso de desapalancamiento de la economía y con un aumento de las presiones regulatorias, especialmente en materia de capital.

Por lo que se refiere al negocio bancario, el Popular continúa focalizado en la maximización de la rentabilidad, manteniendo una elevada actividad comercial. Las cuotas de mercado del banco han crecido entre julio y septiembre, hasta el 7,72% en los créditos y el 6,17% la de depósitos. Aunque en conjunto el beneficio neto del Popular haya sido de 94 millones de euros en los nueve primeros meses del año (un 66% menos que en el mismo periodo de 2015), la  actividad bancaria registró un resultado de 817 millones. Con una rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE) del 16%.

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