La migración a la nube, una oportunidad para reducir las emisiones de CO2
La migración a la nube pública puede lograr una reducción de las emisiones de dióxido de carbono del 5,9% del total de los servicios de Tecnologías de la Información (TI), lo que supone casi 60 millones de toneladas a nivel global por año. Esta migración equivale a quitar 22 millones de coches de la carretera, lo que genera aun impacto significativamente menor al medio ambiente.
La compañía de servicios profesionales Accenture, resalta en su estudio que las empresas se enfrentan a una mayor presión para resolver los grandes retos socioeconómicos y cambiar hacia prácticas más responsables y sostenibles, al mismo tiempo que impulsan la rentabilidad.
La investigación señalaba que el 59% de los consejeros delegados afirma que están desplegando energías renovables y de bajo carbono en su actividad diaria, mientras que el 44% ve un futuro sin carbono para su empresa. Además, dos tercios de los encuestados ven tecnologías como la nube como un factor fundamental para acelerar el cambio y hacer realidad sus compromisos medioambientales.
Además del significativo impacto medioambiental, las soluciones sostenibles de cloud ofrecen beneficios financieros- hasta un 30%-40% de ahorro en el coste total de propiedad de la nube pública- impulsado por una mayor flexibilidad de los profesionales, mejores tasas de utilización de los servidores y una infraestructura más eficiente en términos de energía.
Reducir emisiones
En lo que respecta a la optimización de la nube, el informe señala tres niveles de ambición en el primer viaje hacia la sostenibilidad en el cloud: migraciones estratégicas sin grandes rediseños, aplicación de prácticas sostenibles de ingeniería de programas informáticos y la optimización de la aplicación para el tejido de la nube.
En este sentido, el director gerente de Accenture Strategy, Nino Herrería, ha subrayado que el cloud sostenible puede producir un ‘efecto doble’ para el valor de la acción y las partes interesadas, al reducir simultáneamente los costes y las emisiones de carbono».
El análisis señala que las migraciones iniciales a la nube por sí solas pueden reducir las emisiones de carbono en más de un 84%, en comparación con la infraestructura convencional, y que las reducciones pueden incrementarse incluso más, hasta un 98%, mediante el diseño de aplicaciones específicas para la nube.