España sólo recuperará el PIB anterior a la pandemia en 2024

Mentiras y trampas de Pedro Sánchez: ni más crecimiento, ni menos inflación ni mejor empleo que en Europa

Las mentiras de Sánchez

La economía española vive una suerte de luna de miel. Este es el panorama idílico que dibujó ayer el presidente Sánchez en su balance de final de año. Durante su intervención auguró que el PIB crecerá este año un 5,5%, muy por encima de la media comunitaria, que la inflación se ha reducido al entorno del 6%, también por debajo de la mayoría de los países de la UE, y que el mercado laboral es más robusto que nunca. Pero como siempre ocurre con el personaje, todas estas afirmaciones son verdades a medias, cuando no mentiras.

El crecimiento del 5% del PIB este año, si se cumple su pronóstico, es el resultado de un efecto estadístico, producto de la comparación media con el año anterior, que impide ver lo que esta sucediendo realmente durante este ejercicio y que se aleja por completo de lo que va a ocurrir en 2023. A lo largo de 2022, el PIB ha crecido un 0,1% en el primer trimestre, un 2% en el segundo, y un mero 0,1% en el tercer trimestre, de acuerdo con la última revisión del Instituto Nacional de Estadística.

La consecuencia es que la actividad económica esta aumentando en estos momentos a un ritmo real del 2,3%, y que las perspectivas son claramente peores para 2023. Para el próximo año, la vicepresidenta Calviño ha previsto que el PIB aumentará un 2,1%, que es el indicador que se ha utilizado para la elaboración de los presupuestos generales del Estado, pero la mayoría de las instituciones internacionales y de los servicios de estudios de las entidades del país prevén que la economía crecerá por debajo del 1%, con lo que las cuentas del Estado se han elaborado sobre bases falsas.

Adicionalmente, y de acuerdo con el último informe del Banco de España, el PIB sólo recuperará los niveles anteriores a la pandemia en el primer trimestre de 2024 como muy pronto. La conclusión es que España es el país más retrasado de la UE -y por supuesto entre los grandes estados de la zona- en cuanto a la recuperación de la actividad previa a que se desatase la crisis del Covid. Según los expertos consultados, si el PIB llega a crecer este año un 5% como afirmó ayer Sánchez, es como consecuencia del proceso de normalización gradual de la actividad posterior a la pandemia.

En lo que respecta a la inflación, es verdad que actualmente se ha situado en el 6,7%, por debajo de la media comunitaria, pero igual de cierto es que sigue muy por encima de los registros históricos de los últimos tiempos, que la inflación subyacente -que descuenta los alimentos sin elaborar y los precios de la energía- está solidificada en torno al 6,3%, marcando un suelo a los precios difícil de batir, y que estos niveles son parecidos a los que registraba España antes de que Rusia invadiera Ucrania, de manera que el pretexto utilizado por el presidente Sánchez de que todos los males que nos aquejan son producto de la guerra carece de sentido. Las tensiones en los precios eran anteriores al conflicto y ya eran intensas.

Tampoco hay motivo para presumir de la fortaleza del mercado de trabajo. Gracias a la contra reforma laboral aprobada por la vicepresidente Yolanda Díaz, el empleo temporal se ha reducido al límite, precisamente porque se han prohibido de facto este tipo de contratos; pero la trampa que esconden los contratos indefinidos es la explosión de la figura legal de los fijos discontinuos, que no contabilizan como parados en el tiempo en el que están inactivos y que además tienen derecho al subsidio. Esta figura ya existía antes, y se contabilizaba de la misma manera. Lo extraordinario es el crecimiento espectacular que ha experimentado y la distorsión estadística que provoca a la hora de valorar la realidad del mercado laboral, según han denunciado los principales servicios de estudios del país e incluso el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos.

El Banco de España estima que la tasa de paro se situará en el 12,4% en 2023, igualmente por encima de las previsiones de la vicepresidenta Calviño, que contemplan una caída hasta por debajo del 12%. En todo caso, este cálculo está por debajo de la mayoría de los servicios de estudios del país. En su último informe de coyuntura, el Instituto de Estudios Económicos -que forma parte de la patronal CEOE- cifra el índice de desempleo del año próximo en el 13,5%. También es muy significativo el escaso crecimiento de las horas trabajadas. Según el banco emisor, apenas aumentarán un 0,8% el año próximo, un dato muy relevante porque retrata certeramente la evolución del empleo activo en el país.

 

Lo último en Economía

Últimas noticias