Más de un millón de personas han pasado a ser fijos discontinuos y quedan fuera de las cifras de paro
Más de un millón de personas han firmado un contrato fijo discontinuo desde abril, fecha en la que empezó la obligatoriedad para las empresas de hacer estos contratos a los anteriores temporales, y están ya fuera de las cifras del paro. En julio otros casi 250.000 contratos son fijos discontinuos, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo, lo que eleva a más de un millón el ‘maquillaje’ de las cifras de empleo del Gobierno puesto que estos ocupados no aparecen en las cifras de paro cuando dejan de trabajar -anteriormente, como temporales, sí aparecían-. Unas cifras que, pese a este cambio de nombre de los ocupados, son las peores en un mes de julio desde que hay registros.
En julio, tradicional buen mes para el empleo por la temporada de turismo, el número de parados aumentó en 3.230 personas, mientras que los afiliados a la Seguridad Social se redujeron en 7.366 ciudadanos -especial caída de los autónomos-. Son cifras desconocidas para este mes del año que en términos desestacionalizados implicarían una pérdida de 50.000 empleos, según los cálculos de BBVA Research. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, ha admitido que la coyuntura económica «empieza a notarse» en el empleo.
De acuerdo con los datos del SEPE, en julio se han firmado otros 241.590 contratos fijos discontinuos, la modalidad que obliga el Gobierno desde abril fruto de su contra reforma laboral, casi un 900% más que en el mismo mes de 2021. Se trata de un 35% de todos los contratos indefinidos firmados este mes de ebullición del turismo.
El problema es que estos trabajadores no cuentan como parados en las cifras oficiales del Gobierno. Cuando las empresas dejen de llamar a estos trabajadores y queden en situación de parados hasta que les vuelven a llamar para ocupar su puesto, aparecerán en las listas de los llamados Denos, demandantes de empleo no ocupados, que no cuentan como desempleados.
Maquillaje
Este es el motivo por el que los expertos, los empresarios y la oposición política han acusado al Gobierno de ‘maquillar’ las cifras del paro, algo que cobra ahora especial importancia ya que el mercado laboral empieza a desinflarse. «Es un mensaje claro lo ocurrido en julio, en pleno auge del turismo. Lo que nos espera en otoño es espectacular», señala el economista Daniel Lacalle.
La patronal Cepyme también ha alertado de la situación que se producirá en otoño, con un incremento del paro en el sector Servicios en el mes de julio, tradicional buen mes para este sector por el turismo. La CEOE ha pedido moderación salarial, «incluido el SMI», que el Gobierno quiere volver a subir.
Por su parte, la patronal madrileña Ceim, ha sido más dura: «Es necesario tener presente que la inflación descontrolada; el gasto público creciente; la restricción del crédito que conlleva la aprobación incesante de impuestos; las ocurrencias normativas que acarrean nuevos costes, como la aprobada ayer relativa a la climatización; y la ausencia de estímulos contundentes para la creación de empresas, pueden conducir a nuestro país a las puertas de una recesión económica con importantes consecuencias para el empleo», ha señalado en un comunicado.
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