Estafas, engaños… Así ha acabado la empresa que contrató Puigdemont para vender el referéndum en EE.UU.


Government Relations and Lobbying (SGR), la compañía que contrató el ex presidente de la Generalitat el pasado agosto para vender el referéndum independentista de Cataluña ha acabado con una virulenta pelea entre los socios que dirimirán los tribunales.
El agente inmobiliario Woodland Drive, radicado en el polémico Estado norteamericano de Delaware, ha denunciado a Jim Courtovich, el lobbista de Puigdemont, por la presunta estafa de cuatro millones de dólares, unos 3,3 millones de euros.
Según la denuncia presentada en un juzgado norteamericano el pasado viernes 26 de abril, Courtovich propuso a Woodland «a finales de 2014 y principios de 2015» crear conjuntamente una empresa para hacer lobby en Washington.
Woodland aceptó el plan y en marzo de 2015 depositó en «la cuenta personal» de Courtovich cuatro millones de dólares como un préstamo. La mitad del dinero, según el escrito, iba a utilizarse para comprar una casa adosada en Washington que serviría de sede y la otra mitad, para desarrollar la compañía.
A cambio, Courtovich -que acusó al Gobierno español de «brutal acoso policial» el 1 de octubre como parte de su trabajo de lobby para Puigdemont- tenía que pagar ese préstamo, aportar garantías como aval, facilitar la contabilidad de la empresa a su socio, y mantener libre de cargas el inmueble.
Ni pagó
La realidad, siempre según el escrito de denuncia, ha sido bien distinta. Courtovich no pagó ni el principal ni los intereses del préstamo y no facilitó ninguna contabilidad de la empresa a su socio para tenerle al tanto de la situación de la empresa.
Peor aún. Lejos de cumplir el trato y mantener libre de cargas el inmueble sede de la empresa en Washington, Courtovich utilizó la casa para obtener un préstamo personal de 1,32 millones de dólares en septiembre de 2015.
Woodland solicita al tribunal que su socio explique en qué ha gastado los fondos y ser resarcida por el daño de esos cuatro millones de dólares.
Soborno
Este no es el único problema que ha tenido el lobbista de Puigdemont. A comienzos del año pasado, el diario The Wall Street Journal -que citaba fuentes y documentos del caso- Courtovich se vio envuelto en una investigación del FBI por posible colaboración con el lobbista Evan Morris en ocultar el cobro de sobornos de farmacéuticas.
Según el rotativo, Morris pudo haber dado a tres empresas vinculadas a Courtovich, incluida National Media, decenas de millones de dólares en contratos entre 2005 y 2015. Supuestamente, parte de ese dinero terminó en las cuentas personales de Morris.
National Media rechazó entonces esas acusaciones e informó de que cualquier intento de identificarla de otro modo que no fuese como «una parte inocente y víctima de un engaño, sería muy impreciso».