El juez cita a directivos de BBVA, Santander, Sabadell, Bankia y Merrill Lynch por la subasta de Popular
Entre ellos, el nuevo director financiero de Sabadell fichado de Bankia, Leopoldo Alvear
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Banco Sabadell ficha de Bankia al que será su nuevo director financiero
El juez que instruye el caso Banco Popular, José Luis Calama, ha citado a declarar a varios altos directivos de las entidades que participaron en la subasta de la entidad organizada por su último presidente, Emilio Saracho: Banco Santander, BBVA, Bankia y Banco Sabadell, además de Bank of America Merrill Lynch, que estaba colateralmente en el proceso porque pretendía asesorar la ampliación de capital que iba a realizar el banco si no se vendía. Entre los citados se encuentra Leopoldo Alvear, entonces director financiero de Bankia y recientemente fichado para este cargo por Sabadell.
Calama responde así a una solicitud de una de las acusaciones particulares, Aeris Invest, que considera que estos interrogatorios son necesarios para esclarecer la situación de solvencia del Popular en la subasta que convocó Saracho en mayo de 2017 y en la que ninguna entidad presentó una oferta con precio positivo. Pretende preguntar a todos los participantes qué descubrieron en el data room (acceso a la contabilidad detallada) que les hizo tomar la decisión de no presentar oferta.
Los citados por Calama como testigos son el citado Leopoldo Alvear de Bankia, Javier Rodríguez Soler, director de estrategia y M&A de BBVA (ambos declararán el 10 de junio); Joan-Mateu Grumé Sierra (director de operaciones corporativas de Sabadell, Pablo Alonso Castellano de Bank of America Merrill Lynch (acudirán a la Audiencia el 15 de junio); y José Luis de Mora, director de planificación financiera y desarrollo corporativo de Santander (el 17 de junio).
La subasta fallida… por el riesgo de litigios
Tras anunciar en el mes de abril de 2017 que Popular no podía seguir en solitario y que era necesario realizar una macroampliación de capital o proceder a su venta a otro banco, Saracho puso en marcha los dos procesos de forma paralela. Para la venta, contrató como asesor a la firma desde la que había fichado por Popular, JP Morgan, quien puso en marcha la subasta e invitó a participar todas las entidades nacionales e internacionales de tamaño relevante.
Ninguna extranjera quiso acudir al proceso pero sí todas las grandes españolas a excepción de CaixaBank, que desde el principio no mostró interés en quedarse con Popular. El resto acudió con sus respectivos asesores, pero, tras estudiar las tripas del banco, ninguna presentó oferta. Ni siquiera Santander, el más interesado, que prefirió esperar a que el banco llegara a una situación de inviabilidad. Eso ocurrió el 7 de junio, cuando tuvo que ser resuelto por la JUR (Junta Única de Resolución europea) y ahí el banco que preside Ana Botín, asesorado por Andrea Orcel, sí planteó comprarlo por un euro. Una oferta que atendió la JUR porque BBVA finalmente no quiso pujar.
La razón por la que nadie quiso hacer una oferta en la subasta de Saracho fue que, tras valorar el negocio ‘bueno’ de Popular -el de pymes-, le restaban el enorme déficit de provisiones y el riesgo de litigios: básicamente, la devolución de la ampliación de capital de 2016 que ahora investiga el juez (Santander ofreció compensar a los minoristas que acudieron a esa operación mediante bonos). Al restar esas cantidades, el valor que resultaba para Popular era negativo.