Economía

El impacto climático adelanta a otros factores en la estrategia de inversión responsable

impacto climático inversión
Equipo de la gestora NAO SAM

El impacto climático de las empresas será el factor más prioritario para definir las estrategias de los fondos de inversión responsable en el próximo decenio, sin dejar por ello de ser importantes la protección de los derechos humanos, los criterios de gobernanza empresarial o el compromiso social, según la principal conclusión del ‘Análisis sobre tendencias de inversión responsable en el próximo decenio’ elaborado por la gestora especializada NAO Sustainable Asset Management (NAO SAM).

Aquellas empresas que demuestren de forma tangible que su actividad tiende claramente a la reducción de sus emisiones de CO2 (con el objetivo de cero emisiones), serán las que estarán en el punto de mira de estos fondos, según ha informado la gestora en un comunicado en el que ha señalado la cuestión climática será un punto crítico para el crecimiento económico global y será el factor diferenciador de las empresas con opciones reales de permanencia en el mercado, de manera que las que ignoren esta cuestión, tienen escasas opciones de supervivencia, según el análisis.

La realidad del mercado muestra que el calificativo de «responsable» puede convertirse en una commodity, según los datos de NAO SAM, que señala que sólo en Europa se comercializan en torno a 2.500 fondos de inversión que dicen respetar códigos relacionados con compromisos Ambientales, Sociales o de Gobernanza (ASG).

Las últimas estadísticas señalan que la inversión en este tipo de fondos supera en casi un 30% a la destinada a tecnológicos o similares y están ya en el TOP 3 de los que más dinero ingresan, según las mismas fuentes que han subrayado que prácticamente cualquier gestora que asegura respetar los seis Principios de Inversión Responsable (PIR) propiciados por Naciones Unidas, principios muy básicos y generalistas, se muestra al mercado como gestora de fondos de inversión responsable.

Estrategias de exclusión a la hora de invertir, que evitan empresas relacionadas con el juego, las armas indiscriminadas, el tabaco o la pornografía; los criterios temáticos, que focalizan las inversiones en sectores muy concretos, o los cribados que se rigen por el cumplimiento de normas, códigos y certificaciones de sostenibilidad, se consideran ya cuestiones que se dan por supuestas a la hora de seleccionar las inversiones, han señalado las mismas fuentes que ha destacado que lo mismo ocurre con algunos criterios ambientales asociados al reciclaje o consumo responsable de energía o los relacionados con la buena gobernanza corporativa y la responsabilidad social.

El valor diferencial en la inversión sostenible lo traerán las estrategias basadas en analizar en profundidad la cuestión climática en los emisores de valores, y en concreto, aquellas centradas en entender y gestionar la huella de carbono que deja el dinero. De la generalidad del compromiso ambiental de las corporaciones y de los gestores de inversiones hay que pasar al muy concreto compromiso climático, reiteran desde NAO SAM.

Es un reto que afecta a todos y se van a necesitar herramientas de medición precisa de impacto climático, según se desprende del análisis que señala que hay modelos que permiten conocer la temperatura de cada empresa y de las carteras bajo gestión, como los que relacionan el impacto de cada millón de euros que se invierte en la generación de toneladas de CO2, pero se va a producir una demanda «imperiosa» de mediciones cada vez más sofisticadas para conocer esa realidad.

En la gestión de inversiones responsable será «imprescindible» conocer qué empresas y qué carteras están en el camino de reducir la temperatura global por debajo de los dos grados y cuáles no. Así mismo los reguladores y los poderes públicos también necesitarán sistemas precisos de medición para conocer la eficacia de sus políticas ambientales.

Los expertos de NAO SAM han señalado que se van a producir cambios en los modelos de gestión, sobre todo en la analítica de inversiones, y han destacado la necesidad de que las gestoras dinamicen la figura del ‘Estratega Climático’ para conocer la realidad y evolución del escenario climático global, ya que dominar las claves de esa realidad será determinante para elaborar criterios de inversión con un enfoque «verdaderamente» responsable, destaca el análisis de la gestora.

Es tendencia a diferenciarse en cuestiones medioambientales para competir en el mercado de capitales no sólo afectará a las empresas, sino que se extiende de forma cada vez más intensa entre los estados soberanos. La emisión en bonos verdes por los gobiernos está creciendo y actuaciones concretas como la extensión de los planes de descarbonización van a ser determinantes para atraer capital.

En este escenario, el papel de las instituciones financieras en general y en particular el de los gestores de inversiones va a ser cada vez más decisivo ya que los esfuerzos para conseguir los objetivos de descarbonización y de sostenibilidad van a requerir un esfuerzo de capital cada vez más intensivo, que en muchas ocasiones el sector público no va a poder asumir por lo que va a ser «imprescindible» la colaboración de la inversión privada, según las mismas fuentes.

El horizonte que se abre hasta el año 2030, con exigencias de inversión de más de 7 billones de dólares anuales para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, va a consolidar el papel de los gestores responsables y a convertirlos en protagonistas esenciales del mercado financiero, concluye el análisis de NAO SAM.

Lo último en Economía

Últimas noticias