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¡Hipocresía democrática!

La propiedad privada es la esencia de la democracia

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Pedro Sánchez en Bruselas.

«Es evidente que el común entusiasmo por la igualdad es, en un sentido fundamental, antihumano. Tiende a reprimir el florecimiento de la acción humana, de la diversidad y de la civilización misma. Es la búsqueda de la uniformidad de los salvajes», Murray Rothbard.

Hoy les hablo desde la autoridad que me otorga el hecho de no estar afiliada a ningún partido político, ni tan siquiera creo en el Estado. Convivo en democracia aunque no crea en ella, más pienso que el sentido de la propiedad privada en una lectura estricta es la clave de toda civilización. La cultura remite a las instituciones a proteger los derechos de dicha propiedad privada. En realidad, la democracia se sujeta en el Estado de Derecho con el fin de preservar las libertades individuales y la propiedad privada de sus ciudadanos, a través de la garantía de un gobierno representativo y constitucional. Como nos enseñó John Locke, el fin que permite el orden a las sociedades no es tanto la democracia y sus instituciones, como la unión de la sociedad alrededor de tales instituciones con el fin último de preservar la propiedad privada. Por lo tanto, el origen de todo orden social, se subsume en dicha propiedad privada, por este y no otro motivo es la clave. La propiedad privada por lo tanto resulta indispensable e insustituible para poder asignar adecuadamente los escasos factores de producción a los fines más apetecidos por sus ciudadanos. No existe propiedad privada alguna sin iniciativa privada, y ésta jamás existe sin libertad.

Rothbard nos enseñó que el Estado es una organización criminal que se apropia de la propiedad privada mediante los impuestos de manera coercitiva, bajo la bandera de la justicia social que paradójicamente ni es justa, ni es social. Y no solamente el Estado es un ente criminal en cuanto se apodera coercitivamente de la propiedad privada, sino que está formado por partidos políticos que haciendo uso de la soberanía popular buscan de manera inexorable perpetuarse en el poder de manera corruptiva. Si hay una norma empíricamente demostrada a lo largo de la historia es que ¡el poder es corrupto! Por este motivo y de la misma manera, la propiedad privada, que vendría a ser que cada uno se ocupa de lo suyo en común y en comunidad, como les exponía, es la clave de toda civilización.

Esta pasada semana hemos acontecido un dantesco episodio de exaltación social al albur de los acuerdos que el PSOE ha presentado en sociedad, aceptando una humillación brutalmente histórica vestida bajo el buenismo de “la concordia y la convivencia”, que no es más que otro ejercicio de fariseísmo político con el único objetivo de perpetuarse en el poder, al precio que sea. Algunos le llaman cambio de opinión, yo le llamo hipocresía.

Cierto es que la aritmética parlamentaria permite formar acuerdos al amparo de la Ley electoral española, incluso hacer gobernantes a los perdedores de las elecciones. Pero, ¿a qué precio?; ¿En qué otra circunstancia se permite al acusado dictar las leyes? Que un prófugo de la justicia como Carles Puigdemont sea el redactor de la Ley de amnistía es en realidad un ejercicio muy peligroso, ya no solamente a nivel de hipocresía política, sino elevándolo a que el sanchismo haya dado un paso más en su oscuro ocupacionista del poder, reventando el Estado de Derecho al apropiarse del poder policial, legislativo y judicial, y ¡ojo! Todo esto ostentando poco más del 30% de la representación parlamentaria. ¿Es esto democracia, señores?

Seamos serios. ¿Queremos una ley de amnistía para olvidarnos todos del 2017 y empezar de nuevo? Podríamos discutirlo, por supuesto. Pero, ¿acaso no tiene más sentido un gran pacto de Estado entre todos los partidos políticos para evitar el chantaje de las minorías? Que no les quepa ninguna duda de que en caso de haber ganado las elecciones el PSOE se habría decantado por lo segundo, es decir por la vía Feijóo. El PSOE se ha vendido a la jauría de lobos y está a punto de firmar su propia sentencia de muerte al romper la concordia y la convivencia que tanto predica a cambio del poder. Que el 50% de los españoles están en contra de este gobierno es una realidad, de la misma manera que el cuadro político español es el siguiente; Las CCAA son gobernadas en su mayoría por el pacto PP+VOX, el Estado gobernado por el perdedor de las elecciones formando acuerdos con las minorías independentistas de España, y un SUMAR que parece haber nacido para matar a Podemos en pro de una Yolanda Díaz que va a ser un mero títere en esta versión 3.0 del Gob. Frankenstein. ¿Qué pensarán las CCAA gobernadas por el PP y VOX de los privilegios de Cataluña y el País Vasco?; ¿Qué pensarán los barones del PSOE?; ¿Y ustedes?

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Por supuesto cabe destacar en flúor que JxCAT no representa ni al 25% de Catalunya. Es decir, que aquello que en 2017 se criminalizó, que la gente en masa saliera a la calle en mi amada tierra, ahora se pretende amnistiar haciendo concesiones irreversibles y mayores a las que en aquel entonces habrían sido más que suficientes. ¿El motivo? ¡Todos lo sabemos! Partidista, claro. Y a esto algunos le llaman gobierno progresista. Permítanme adelantarles que este será el gobierno más independentista de la democracia de España.

Pedro Sánchez

Sin duda el PSOE ha firmado un acuerdo que es una sentencia para su partido, y aunque Pedro Sánchez ha demostrado ser un superviviente político, es complicado que esta legislatura tenga mucho recorrido. Al fin y al cabo, como dijo Puigdemont, Sánchez deberá pedir permiso al fugado de Carles acuerdo a acuerdo, a cambio de avanzar con los puntos estipulados en el pacto de la vergüenza. Un pacto que jueces, policías y fiscales se han encargado de rechazar con una batería de comunicados en los que exponen la peligrosidad de crear comitivas de investigación o de dar órdenes policiales para defender una sede política. Hacer uso de las instituciones del Estado, pasando por encima de la separación de poderes, nos guste o no, nos mete de lleno en una autocracia.

Sin embargo, esta humillación del PSOE de Pedro Sánchez, porque no es de la totalidad del PSOE, no podrá romper la democracia española. Este gobierno ha evolucionado de ilegítimo a ilegal, y si bien estoy segura que asistiremos a una investidura absolutamente dantesca, creo que el recorrido político que le espera va a ser muy limitado, debido básicamente a las exigencias continuas de los partidos independentistas, de las consecuencias de una crisis económica que afortunadamente se va a comer el gobierno en funciones y que sigo pensando que si bien no creo en esta democracia, tengo fe en que la separación de poderes siga existiendo en nuestro país.

Dicho todo lo cual, es evidente que el común entusiasmo por la igualdad es, en un sentido fundamental, antihumano, puesto que tiende a desincentivar la acción humana, la diversidad y la civilización misma. Es la búsqueda de este falso entusiasmo la uniformidad de los salvajes. Hoy más que nunca el arte de la guerra toma fuerza con aquello de que un hombre malo es capaz de quemar su propia nación hasta los cimientos para poder gobernar sobre sus cenizas… Al fin y al cabo, estarán de acuerdo conmigo si les digo que casi todos podemos tolerar la adversidad, pero si quieres comprobar el carácter de un hombre o mujer, dale poder.

Gisela Turazzini, Blackbird Bank Founder CEO.

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