ECONOMÍA

¡Powell y su inflación transitoria!

¡Powell y su inflación transitoria!

“La inflación en estos niveles es, por supuesto, un motivo de preocupación. Pero esa preocupación se ve atenuada por una serie de factores que sugieren que estas lecturas elevadas probablemente resulten transitorias” Jerome Powell.

Tras un convulso verano en el que la lateralidad de las bolsas no nos ha proporcionado grandes titulares, la vuelta al ruedo de Wall Street no ha alejado las dudas de unos mercados que siguen sujetándose a pesar de todo, sobre un rango lateral que se extiende ya en el corto plazo para Europa, nada menos que 6 meses, tratando de recuperarse en Wall Street y alejado un 10% de los máximos alcanzados en el ya lejano otoño de 2021. Este hecho se reviste de mayor importancia cuando evaluamos la tendencia del mercado a más largo plazo, puesto que podemos encuadrar un movimiento en tendencia primaria lateral, especialmente en Europa ya que vive atascada en los niveles actuales, en un periodo de casi 8 años en los que los índices han ofrecido a los inversores únicamente el dividendo, mientras que Wall Street en conjunto ha rentado un mísero 4,5% anualizado en los últimos 5 años, es decir algo más que el dividendo y sustancialmente por debajo de la rentabilidad histórica esperable. Ya conocen mi frase de cabecera; “satisfacción = percepción – expectativas”

En tal entorno, hablar de una burbuja es casi una quimera, si bien podría recordarnos el Nasdaq 100 en algunos puntos la soberbia del año 2.000, lo cierto es que viendo la cotización de compañías como Paypal, Disney o Zoom me queda claro que el saneamiento del año pasado sigue lejos de haber pasado a la historia. De hecho, si excluimos las 7 grandes tecnológicas (Nvidia, Meta, Alphabet, Apple, Microsoft, Tesla y Amazon), el escenario no es tan diferente al europeo. De hecho, no me extraña en absoluto que el ratio mega cap/small cap, o el NASDAQ 100/NASDAQ GOLDEN DRAGON CHINA estén en sus máximos históricos advirtiendo que probablemente el escenario actual esté más cerca de la burbuja de las ‘Nifty 50’, que de la ‘.com’. Y es que la sobrevaloración irracional a la que estas 7 mega caps han llegado es difícilmente sostenible, y más viendo las extraordinarias oportunidades que el mercado de small and mid caps nos ofrece actualmente.

Como vengo comentando durante los últimos meses, considero que la posibilidad de que la economía se esté enfrentando a un cambio estructural de inflación es muy probable por el hecho de que en mi opinión existen hitos indómitas que pueden imponerse cambiando el ciclo para las próximas décadas, y es que el monopolio de creación de moneda que han tenido los bancos centrales es algo que, como les vengo advirtiendo desde hace meses, claramente está en juego con los mandatos de respaldo crediticio con aval del Estado que bajo el pretexto de la “urgencia” han requete aprendido tras la pandemia. Pero lo más plausible es comprender cómo la reivindicación salarial se ha convertido en un punto importante para entender la evolución deflacionaria que ha tenido la economía durante las últimas tres décadas, y que podría detonar en un nuevo paradigma en el que el objetivo de inflación del 2% no sea más que un delirio. La brecha social que produce una incorrecta distribución de la riqueza no es más que el caldo de cultivo de un proceso inflacionario. Y es que como les explicaba la semana pasada, los agentes económicos deberán lidiar con una amplia negociación en la que pongan en común el valor descontado de la productividad marginal a través del encaje entre una menor carga impositiva y un salario digno. Este hecho sin duda debería impactar en un objetivo de inflación razonable en la franja 2-4%, y en una reducción gradual de los márgenes, algo que sin duda afectará a las 7 grandes de forma similar a lo que las ‘Nifty 50’ sufrieron en 1973 tras la fuerte inflación provocada por el petróleo. Un petróleo que se recrudece ante la decisión saudita de recortar su producción y una serie de sistemas tormentosos convectivos que están azotando con una furia inusual todo el planeta en una época en la que la alteración de las temperaturas nos demuestra que el cambio climático ha dejado de ser una simple advertencia.

Y claro, ahora que vemos como el petróleo vuelve a tirar del carro, me pregunto qué consecuencias tendrá en el seno de unos bancos centrales que se encuentran ante una más que difícil encrucijada, en la que deben decidir si contentar al mercado con un sesgo Dovish para abrir las puertas a un nuevo mercado alcista, si revestir con dureza sus acciones para evitar que la tormenta energética vuelva a desatar la inflación subiendo los tipos, o simplemente si mantener firmeza ante la política monetaria actual dando tregua a las familias y a los mercados, eso sí, con el riesgo de que el esfuerzo realizado durante 2023 quede en agua de borraja señores. Un entorno complejo sin duda para cualquier inversor, ¿no les parece? pero que sigue siendo propicio para los activos monetarios, cíclicos, oro y defensivos. Cuanto menos un gran desafío para aquellos que atrapados por el festín de las 7 grandes, siguen sin comprender que todo comportamiento gregario en los mercados tiene un final por más que Mr. Jerome Powell siga haciendo referencia a una preocupación atenuada por situaciones transitorias… lo cierto es que de transitoriedad, ¡nada de nada queridos!  El gran desafío al que nos enfrentamos hoy para preservar nuestras futuras generaciones se llama cambio estructural, precedido de un sentido moral que en mi opinión cobra gran importancia actualmente. Cuando éste último desaparece de una nación, toda la estructura social va hacia el derrumbe.

Gisela Turazzini, Blackbird Bank founder CEO.

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