Guerra en la familia Molins con acusaciones de distorsionar el precio de la acción de la cementera

familia Molins
Fábrica de Cementos Molins.

Grietas en una de de las mayores cementeras del país y en una de las grandes fortunas familiares catalanas. Parte de los Molins Amat, propietarios del 31,6% del capital de Cementos Molins, ha solicitado que se incluya en la Junta de Accionistas que celebra la compañía el próximo día 29 de junio, la posibilidad de que el grupo pase a cotizar en el Mercado Continuo.

A pesar de tener capacidad para cotizar en el Mercado Continuo -Cementos Molins alcanzó en 2021 una cifra de negocio de 821 millones de euros, y tiene un valor actual en Bolsa de 1.117 millones-, la compañía lo hace en el mercado de corros electrónicos. Y a pesar de la insistencia de los Molins Amat, el resto de la familia se opone.

El capital de Cementos Molins se reparte entre los Molins López Rodó, a través de la sociedad Otinix, con el 33,2%; los Molins Gil, a través de Cartera de Inversiones CM, con el 24,2%; y los Molins Amat, con el 31,6%, mediante la firma Noumea.

Parte de esta última rama familiar, con el 17% del capital del grupo en total, requiere, en la convocatoria de Junta, al Consejo de Administración y a los otros familiares propietarios de la multinacional catalana, que abandonen «la actual operativa de transmisiones de acciones en el mercado de corros, especialmente y de forma inmediata en operaciones fuera de horario de mercado, con el fin de obtener un correcto y efectivo establecimiento del precio de las acciones».

Se trata de la parte de la familia liderada por Jordi Molins Amat, hermano del presidente del grupo Juan Molins Amat, que pretenden también que la compañía vuelva a tener la sede en Barcelona.

Del pueblo de Oriol Junqueras a Madrid

Las disputas actuales en el seno de la familia Molins se producen cuando Cementos Molins se acerca a su centenario (fue fundada en 1928). La cuarta generación de los Molins arrastra consigo un apellido omnipresente en los negocios y la política catalana, también española, de las últimas décadas.

La compañía tuvo que abandonar en 2017 la localidad donde tenía su domicilio social, Sant Vicenç del Horts (el pueblo donde nació Oriol Junqueras) y trasladarse a Madrid por el procés.

Joaquim Molins Amat, fallecido en ese mismo año del procés, fue elegido diputado por CiU en el Parlamento de Cataluña en 1984, y contó con la confianza de Jordi Pujol durante esa década. En 1995 sustituyó a Miquel Roca como portavoz del partido nacionalista catalán en el Congreso.

Otro miembro de la rama Molins Amat, Pablo Molins, saltó a la fama con motivo del caso Urdangarin, ya que fue elegido por la Infanta Cristina para representarle en el proceso, fundador en 1994 del despacho penal que lleva su apellido. Otros clientes conocidos del abogado han sido el expresidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, o Félix Millet (Palau de la Música).

En la familia Molins hay otros miembros que también han tenido cierta relación con la Familia Real. Laureano Molins López-Rodó, una de las máximas autoridades en España sobre cáncer de pulmón, operó al Rey Juan Carlos de un nódulo en el pulmón en el año 2010.

Entendimiento erróneo

El Consejo de Administración de Cementos Molins rechaza la solicitud de la parte de los Molins Amat, y defiende que estos tienen un «entendimiento erróneo» de lo acordado por los mismos accionistas en 2018, cuando se acordó una «eventual cotización» del grupo en el Mercado Continuo.

El resto de la familia Molins que, conjuntamente controla la mayoría del capital del grupo, sostiene que la opción de salir al Continuo «en ningún caso es un mandato».

Y añaden que los Molins Amat díscolos con el resto de la familia ignoran que esa decisión está sujeta «a condicionantes de mercado ajenos a la propia Sociedad, el marco de prudente discrecionalidad exigible al respecto, así como el carácter instrumental de una eventual operación bursátil en dicho sentido respecto al desarrollo y potenciación del Plan Estratégico de la Sociedad».

Dividendos de 6 millones e informe

Los Molins Amat reciben anualmente un dividendo algo superior a los seis millones de euros por su participación en Cementos Molins.

De acuerdo a las cuentas de 2020 de su sociedad de inversión, Noumea, los Molins Amat acordaron en septiembre de ese año aprobar el informe ‘Análisis de implicaciones que afectan a la valoración en Bolsa de Cementos Molins’, elaborado por Norz Patrimonia EAF, y ponerlo en conocimiento del Consejo de Administración de la cementera para acelerar el salto al Mercado Continuo.

Según las mismas cuentas, el propósito trasladado al resto de familiares que controlan la mayoría del capital del grupo era «encontrar conjuntamente las soluciones que coadyuden a la resolución de la problemática planteada, especialmente en lo que concierne a las operaciones realizadas por los insiders y la problemática derivada del Convenio de Sindicación».

La sociedad de los Molins Amat tiene garantías sobre un 4,6% del capital de Cementos Molins para avalar préstamos bancarios concedidos a sus accionistas hasta un límite de 5,6 millones.

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