Agenda verde Europa

El Gobierno pide a Bruselas gastar 600.000 millones en la agenda verde mientras hunde la competitividad

Se solicita una inversión de 620.000 millones para defender unos objetivos que se alejan de los de Mario Draghi y Enrico Letta

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El Gobierno de España ha enviado una carta a Bruselas pidiendo que se mantenga el rumbo de la Agenda 2030, enfocado en la transición ecológica y la eficiencia de esa «transición verde». Teme el Ejecutivo español que la Comisión Europea disminuya las cantidades comprometidas para estos fines, sobre todo tras la llegada de los nuevos actores políticos en Europa, y ha pedido en una carta firmada por Sara Aagesen, ministra de Transición Ecológica, y Carlos Cuerpo, ministro de Economía, que no se retiren fondos.

Admiten en su carta, tanto Cuerpo como Aagesen, que es necesaria una «simplificación de la normativa» que está asfixiando económicamente a Europa, pero no quieren que esto desvíe ni un euro de los 620.000 millones comprometidos para la defensa de los objetivos de la Agenda 2030. Una agenda de la que la Comisión, dada su nueva estructura, no tiene más remedio que alejarse, aunque siga liderando este aspecto en términos globales, puesto que ha variado la composición del Parlamento Europeo.

De hecho, se considera desde el seno de Bruselas que la apuesta por este tipo de políticas verdes está lastrando a la economía frente a EEUU y China, en tanto que se destina una ingente capacidad de inversión a este ámbito, descuidando otros. Como ejemplo, la inyección directa en inteligencia artificial roza los 200 millones, frente a los cientos de miles destinados a la trayectoria verde.

El objetivo de España es mantener el rumbo y lograr el rédito político que, entiende, puede lograr defendiendo la transición verde. En esa línea, defienden que es, además, posible su compatibilidad con un aumento competitivo de Europa. La realidad, mirando los distintos estudios, es distinta.

Según refleja el último ranking de competitividad de los países de Europa, España ha perdido 4 puestos en el último año y ya está en la posición 40, siendo el país que mayor apuesta realiza en el ámbito de la sostenibilidad. Además, y aunque en términos económicos esa apuesta es evidente por parte del Ejecutivo de Sánchez, la realidad también refleja que no está impactando en los indicadores, como adelantó OKDIARIO.

Como se indica en esta carta: «la consecución de nuestros objetivos climáticos y el refuerzo de la agenda verde contribuirán en gran medida a reforzar la competitividad de la Unión Europea, más aún si se combina con una reducción de la carga administrativa y una simplificación de las normas de la Unión Europea». Pero lo cierto es que ambas cosas es difícil que sean compatibles con la nueva configuración de Bruselas.

El Gobierno de España solicita una inversión de 620.000 millones en agenda verde, comprometida ya, según Cuerpo y Aagesen. «En concreto, para avanzar hacia los objetivos del Pacto verde Europeo y el plan Industrial del Pacto Verde, el informe sobre Prospectiva Estratégica de 2023 nos dice que la UE debe aumentar las inversiones en aproximadamente 620.000 millones de euros al año hasta 2030, y se espera que la mayor parte de la financiación proceda de fuentes privadas». Un impulso que ahora se pone en duda, y que el Gobierno considera que no debería frenarse.

En su carta, Aagesen y Cuerpo mencionan los informes de los exmandatarios europeos Enrico Letta y Mario Draghi, que pidieron incentivar la inversión pública en más de 800.000 millones para no perder la carrera frente a EEUU y China. Desde el Gobierno español aseguran que, «como han puesto de relieve los informes Letta y Draghi, el refuerzo de la competitividad, el desencadenamiento de la innovación y el crecimiento requieren importantes esfuerzos de reforma y la movilización de ingentes cantidades de financiación para invertir en la transición digital, ecológica y social». Es una verdad a medias, en tanto que aunque Letta y Draghi piden que la inversión se realice con un enfoque de transición digital, ecológica y social, no lo hacen con las bases de la Agenda 2030, sino que buscan que las inversiones, en todos los sectores, vayan en esa dirección.

Para Letta y Draghi esa transición verde no es un fin, sino parte de las distintas inversiones que se realicen en todos los sectores. Además, no es un asunto prioritario, aunque sea relevante, en tanto que es más importante no seguir perdiendo competitividad respecto a los dos grandes actores mencionados: EEUU y China.

La agenda verde de Bruselas

El 26 de febrero Bruselas tiene previsto presentar la primera tanda de su reglamento ómnibus, que tiene el objetivo de simplificar las obligaciones de la agenda verde para las empresas europeas ante las quejas de algunos países. Este es el caso de figuras como el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, que han cambiado su postura con respecto a la gran cantidad de dinero que se va a destinar para la agenda verde, y ahora la tienen en el punto de mira, ya que prefieren invertir este dinero en otras cuestiones que consideran más importantes para Europa, como por ejemplo fomentar el crecimiento individual y tecnológico en Europa para competir con China y EEUU.

En concreto, los destinatarios de esta carta son cuatro comisarios que están encima de esta reforma ómnibus, entre los que figura la vicepresidenta europea Teresa Ribera.

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