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España la California de Europa: ¿Qué necesitamos para ser líderes en startups?

Israel invierte 4 veces más en I+D con respecto a su PIB que España. China y EEUU doblan la inversión

En los próximos dos años llegarán a los mercados avances realizados por la colaboración chino-israelí

España la California de Europa: ¿Qué necesitamos para ser líderes en startups?
Morris Khan con la misión israelí a la Luna (Foto: AFP)

Esta semana, el pequeño pero poderoso Estado de Israel ha pegado un aldabonazo geopolítico al presentar un acuerdo histórico con China para colaboración en startups. China e Israel, la segunda y la tercera economía que más empresas han hecho debutar en el Nasdaq en el último año tras Estados Unidos. Israel invierte 18.600 millones en I+D, un 4,5% de su PIB mientras que China invierte 279.000 millones de dólares, un 2,11%. Su alianza pone sobre la mesa una amenaza real para la hegemonía hasta ahora imbatible de las compañías tecnológicas norteamericanas.

Como muestra de lo profundo que quiere que sea este acuerdo, Pekín envió a Tel Aviv nada menos que a su líder empresarial más influyente, el visionario Jack Ma, fundador de Alibaba. Toda una muestra de que van en serio en su colaboración con el país hebreo en materia de startups.

Mientras tanto, España ha presupuestado este año unos 8.000 millones de dólares que apenas suponen un 1,19% de su PIB. Estos número muestran como objetivamente nuestro país se encuentra muy lejos de ser la «California de Europa», tal y como propuso recientemente el líder del Partido Popular Pablo Casado que había que aspirar a ser.

La educación es la clave

Para que España apostase por la economía del conocimiento en lugar por una economía de servicios (básicamente turismo) con puestos de baja cualificación y sueldos bajos, habría que darle la vuelta como un calcetín a la situación actual. La última década ha sido perdida en cuento a innovación. El porcentaje del PIB que se invierte ahora es exactamente el mismo que hace 10 años y nos encontramos en la mitad de inversión que la media de la UE. Sólo en los últimos años, China ha aumentado su inversión en I+D+i en un 70% mientras que Israel la ha mantenido en las mayores cifras del mundo desarrollado.

En el país hebreo hay 6.500 startups con 19 incubadoras donde se les facilita la operativa en sus primeros estados.

En California la mayor fuente de riqueza proviene de la excelencia de su sistema educativo. Universidades como Berkeley, Standford, UCLA o el California Institute of Technology (Caltech) son ahora mismo referencias mundiales en educación después de años en las que han desarrollado un modelo basado en la excelencia académica. De igual modo ocurre en Israel, donde institutos educativos como Technion acumulan premios Nobel en los últimos años.

Mientras tanto, en España la mejor universidad según las clasificaciones es la Universidad de Barcelona, que ocupa el puesto 156 del ranking.

Ayudas a los emprendedores

Otra aportación importante para emprendedores es siempre la regulatoria y fiscal. Mientras en California las nuevas empresas que se lancen tendrán un impuesto de sociedades del 8,84% más una tasa fija anual de 800 dólares.

En Israel, durante los dos primeros años se les subvenciona a las startups hasta el 85% del gasto mientras que los impuestos se han bajado al 10% tras una reforma fiscal. mientras que en zonas que buscan captar más capital como por ejemplo Jerusalén, el impuesto corporativo baja al 7%.

Mientras tanto, en el lado español las devoluciones fiscales han permitido a empresas como Glovo o Cabify no pagar impuesto de sociedades todavía, aunque sí que aportan millones en términos de IVA y cotizaciones a la seguridad social. En genera, antiguas startups como Cabify se han beneficiado en los últimos años de tener su sede en Delaware, un requisito para mostrar más certidumbre al mercado norteamericano, pero también para poder optimizar la factura fiscal.

Además nos encontramos reformas legales que amenazan a todo el sector de los servicios digitales como es el impuesto del 3% a servicios digitales que el Gobierno ya ha aprobado en Consejo de Ministros.

El tamaño de una economía tecnológica

Con estas enormes diferencias de modelo, no extraña que en los últimos años España solo cuente con algunas empresas tecnológicas con moderado éxito como Cabify, amenazado por el castigo a las licencias VTC, Glovo que igualmente se encuentra con problemas legales por el trato que da a sus riders, o Wallapop. Ninguna de ellas llega a los números de grandes empresas israelíes como Waze, comprada por 1.100 millones de dólares por Google, o incluso más pequeñas como Lightrack, una empresa de edición gráfica que factura más de 120 millones de dólares, una cifra superior a la de cualquier ‘unicornio’ español.

El escalón entre las economías que apuestan por la innovación y las que lo hacen por los servicios es cada vez mayor, y en los próximos dos años llegarán a nuestras vidas innovaciones decisivas en vehículo autónomo o en inteligencia artificial  y big data promovidas por estas economías del conocimiento.

La cultura de intentarlo

Y por último, otro punto de vista destacado que separa a California, Israel y las zonas de alta innovación de España, es un tema cultural que en estas economías siempre gustan de destacar y demostrar. Su falta de aversión (casi diríamos su predilección) al fracaso como parte necesaria y previa del éxito. La necesidad de haber emprendido varias startups antes de encontrar el éxito definitivo.

«Monta tu negocio, fracasa en él, y entonces estarás preparado para trabajar aquí» es una frase muy común para el ecosistema innovador de Silicon Valley.

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