Revés judicial a Uber en Londres: sus conductores obligados a pasar una prueba de inglés escrita

Uber
Las oficinas de Uber en Nueva York.
María Villardón

Revés de la justicia a Uber en Reino Unido. Sus conductores procedentes de países no angloparlantes, al igual que el resto de pilotos del gremio, tendrán que pasar la prueba de inglés escrita para obtener su licencia. Un test que entró en vigor oficial el pasado 1 de octubre y que ha sido muy criticado desde el principio por la compañía californiana. El magistrado británico, John Mitting da la razón al regulador Transport for London (TfL) explicando que está “en su derecho de exigir a los conductores de coches particulares que conocen el idioma”.

Uber había desafiado a la burocracia británica y ha perdido, al menos en lo que a esta prueba escrita se refiere. Este fallo de la justicia también indica que no tendrá que poner en marcha un centro de llamadas telefónicas para los pasajeros con servicio 24 horas.

Desde el pasado octubre, los conductores del TfL que procedan de países no angloparlantes tendrán que pasar un examen de inglés escrito para por conseguir su licencia. Y obviamente, los conductores de la aplicación Uber también. La prueba de inglés es de nivel B1 y en principio solamente sería de manera oral, sin embargo, las autoridades londinenses han elevado la exigencia: se evaluarán conocimientos de lectura, comprensión y escritura.

Desde que se aprobara la nueva normativa, la medida ha sido muy criticada por la cúpula directiva de Uber. “Apoyamos que hagan un examen oral pero el requisito de aprobar una prueba escrita amenazaría el trabajo de miles de conductores”.

Es más, el director general de Uber en Londres, Tom Elvidge, escribió un correo electrónico a los usuarios de la aplicación pidiendo que mandaran un mensaje al alcalde de la ciudad, Sadik Khan, para poder poner fin a esta normativa. En este correo explicaba que la nueva norma se iba a traducir en menos conductores, esperas más largas o falta de coches cuando “más se necesitan”. También señaló que este test de TfL para obtener la licencia es aún más dura que el examen para conseguir la ciudadanía británica.

El nivel de inglés B1, argumentan desde TfL, pedirá a los conductores “tener la capacidad de expresarse de una manera limitada en situaciones familiares y hacer frente a la información no rutinaria”.

Helen Chapman, directora de TfL, ha declarado en semanas anteriores que en el regulador se trabaja “para modernizar y mejorar los servicios de la industria privada del alquiler de coches, por esto es apropiado que los conductores cumplan con algunos requisitos en conocimientos de inglés”.

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