Los empresarios españoles desesperados por la falta de trabajadores pese a que el paro supera el 13%
Pese a que España es uno de los países con más paro de la zona euro, los empresarios se las ven y se las desean para cubrir algunos puestos de trabajo que requieren cierta cualificación. Según la patronal de la pequeña y mediana empresa, Cepyme, en nuestro país hay 109.000 puestos sin ocupar, algo que pone en jaque al tejido empresarial español, que ante la paulatina recuperación de la actividad tras la pandemia se encuentra con el problema de la falta de trabajadores.
«Un 56% de empresas está teniendo problemas de búsqueda de perfiles, tanto de alta cualificación como de baja cualificación. Vivimos una revolución industrial que cambia el entorno laboral de manera radical, aunque hay una diferencia fundamental, ahora el cambio es más rápido» asegura el director de Randstad Research, Valentín Bote. Entre las causas del déficit de trabajadores, se encuentra la falta de competencias formativas que se necesitan en el mercado de trabajo, la escasa movilidad geográfica, el envejecimiento de la generación del baby boom, la burocracia que hay que afrontar para buscar trabajadores o las deficiencias en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura.
Este es el caso de Juan Carlos Escudero. Su empresa, ubicada en Mora de Rubielos, en la provincia de Teruel, abarca diferentes sectores que van desde la hostelería hasta el sector de la apicultura. «Tenemos unas carencias en la comarca de unos 250 trabajadores y en la provincia de Teruel casi 5000 trabajadores. Necesitamos desde camareros a personas que se dediquen a trabajar en el campo, a una parte también que pueda venir ingenieros, es decir, tanto escalafón» señala el empresario.
Una situación similar a la de Félix Cuadrado, que se dedica desde hace más de 37 años a la construcción. Su problema principal: la falta de jóvenes. «Hoy es el cumpleaños del trabajador más joven que tengo, que cumple 40 años. Hoy día no quiere nadie entrar al sector de la construcción. Además, otro problema que tenemos importante es que este no es un oficio que se aprende en un curso de 150 horas» apostilla Cuadrado.
En el caso de las zonas rurales, el envejecimiento de la población y el éxodo a las ciudades está acentuando la falta de trabajadores en algunos sectores. «Los problemas que tenemos ahora mismo son grandísimos, la población está muy envejecida, no hay gente joven. La distancia a las poblaciones más próximas es muy importante y eso hace que la gente, a la hora de elegir una oferta de empleo, se nos eche para atrás» señala David Esteban Alonso, un empresario que acusa la falta de personal para abastecer la creciente demanda.
Trabajadores extranjeros
Y parece que el Gobierno tampoco da facilidades para contratar a trabajadores extranjeros. Gerardo Oliver, dueño de un aserradero en Teruel, lleva buscando desde hace un tiempo gente para la tala de pinos y también gente del aserradero. «Y nos encontramos con que hemos intentado arreglar papeles extranjeros y demás. Y tampoco Extranjería siempre ha sido también un poco freno para todo esto» señala.
La empresa de transporte de vehículos de Alicia González también está sufriendo muchísimos problemas para encontrar conductores cualificados, lo que le ha obligado a tener diez camiones parados y pese a tener trabajo. «Traemos conductores de Perú o de Colombia. Pero el hándicap de traer conductores extranjeros es que los tienes que asegurar en tu empresa desde el minuto uno antes de venir a España. Un conductor que traemos de Colombia, hasta que ha empezado a trabajar, ha estado 173 días parado, 173 días cobrando la nómina sin hacer nada, porque no podía, porque no tenía los permisos para conducir canjeados ni el CAP. A nosotros nos ha supuesto casi 6.000 euros, entre gastos administrativos, etc» afima Alicia.
Las consecuencias de la falta de trabajadores destacan el agravamiento de la despoblación, el cierre de pymes y el recorte en la productividad de las empresas, ya que la falta de personal impide a las compañías desarrollarse e innovar. Asimismo, el déficit de trabajadores se convierte un freno de la actividad y de la inversión. También se puede traducir en un grave impedimento para la recepción de los fondos europeos, que son esenciales para relanzar la actividad económica tras la pandemia de Covid-19.