La ecologista Ribera tendrá que aprobar ayudas por 20.000 millones para nucleares en Suecia
Suecia se suma a la ola pronuclear en Europa mientras el Gobierno español aboca al cierre de las centrales en España


La ecologista Teresa Ribera, actual responsable de la energía verde en la Comisión Europea, tendrá que dar el visto bueno al presupuesto presentado por el Gobierno de Suecia para 2026, donde incluye una partida de casi 20.000 millones en préstamos para financiar nuevos reactores nucleares. Mientras, en España el Gobierno de Pedro Sánchez aboca al cierre a las nucleares en el país al negarse a mejorar la fiscalidad de las centrales, que son deficitarias según las compañías eléctricas.
Impulsada y defendida por Ribera en su etapa de ministra en España, el cierre de los dos reactores de Almaraz está cada vez más cerca, en 2027 el primero, sin que las eléctricas hayan pedido oficialmente la ampliación de la vida útil de la central extremeña porque están a la espera de que el Gobierno «mueva ficha» para mejorar las condiciones de este negocio.
Mientras, en el resto de Europa y en el resto del mundo cada vez más países se han pasado a las nucleares para poder garantizar el suministro eléctrico y ante la incertidumbre de las energías renovables -almacenamiento-. Además, en Europa ya se ha definido a la nuclear como energía verde, con la oposición en su momento de Ribera como ministra de Transición Ecológica de España.
Con estos precedentes, la Comisión Europea -Ribera es su número dos y jefa de Energía Verde- tendrá que dar el visto bueno a la norma incluida en la Ley de Presupuestos de Suecia de 2026, algo que salvo sorpresa no corre peligro, ya que la Comisión ha dado libertad a los países para desarrollar nucleares.
La propuesta incluye un marco financiero con préstamos públicos para las empresas implicadas en la construcción de nuevos proyectos de energía nuclear, facilitando así su financiación. Cubriría un importe total de 220.000 millones de coronas suecas -unos 20.000 millones de euros- durante los próximos 12 años. La cifra está sujeta a la negociación parlamentaria y podría cambiar.
La propuesta también prevé acuerdos de cobertura de precios por un valor de 1.000 a 3.000 millones de coronas suecas -entre unos 90 y 270 millones de euros- anuales durante un máximo de 40 años tras la puesta en funcionamiento de los nuevos reactores.
El objetivo del Gobierno sueco con este paquete de financiación nuclear es cubrir la inversión de hasta unos 5000 megawatios (MW) de nueva capacidad nuclear, afirmando que esta capacidad es esencial para mantener un alto ritmo de electrificación y, al mismo tiempo, garantizar un suministro de electricidad estable y libre de combustibles fósiles.
También ha apuntado el Gobierno sueco que la expansión de la generación nuclear es fundamental para la estrategia de Suecia de alcanzar cero emisiones netas y proporcionar energía segura y competitiva a la industria y los hogares.
El clamor en Europa a favor de las nucleares ha dejado prácticamente sólo a Sánchez en contra de esta energía, que es la segunda que más se utiliza para generar electricidad. Incluso Alemania está legislando para volver a contar con reactores nucleares.
Sin embargo, en España sigue vigente el calendario de cierre de las nucleares que las compañías acordaron en 2019. Las circunstancias han cambiado, aseguran, y ahora es necesaria la nuclear para garantizar el suministro. Pero no quieren pedir oficialmente la ampliación de la vida útil sin el compromiso del Gobierno de rebajar los impuestos, que convierten las centrales en un negocio ruinoso, señalan.
El Gobierno, por su parte, acepta la ampliación de las nucleares, siempre que eso no signifique un aumento de la factura de la luz o un mayor gasto para los ciudadanos, lo que prácticamente deja enrocada la situación. Mientras, en el resto de Europa afrontan miles de millones de inversiones.