Política Monetaria

La disparidad entre el Banco Central Europeo y la Reserva Federal reactiva el miedo a una crisis global

Las diferencias en el camino que sigue la política monetaria de ambos bancos centrales generan enormes disensiones económicas

Lagarde
Christine Lagarde, presidenta del BCE.

La decisión del Banco Central Europeo, dejando abierta la puerta a una bajada de tipos de interés, contrasta con las declaraciones de los miembros de la Reserva Federal. Casi cada vez que ambos bancos centrales han tomado decisiones contrarias, se ha producido una crisis económica.

Jean-Claude Trichet, se equivocó subiendo los tipos de interés en la crisis de 2008, y Europa sufrió mientras EE.UU. remontaba a toda velocidad la crisis de las hipotecas ‘subprime’, e incluso terminó generando una crisis de deuda que en 2012 golpeó con una intensidad mucho mayor al Viejo Continente. También tembló el euro en sus inicios, aunque en un escenario diferente, donde el primer banquero central de Europa, Wim Duisenberg, terminó marchándose por la puerta de atrás, dejando un euro muy debilitado frente al dólar, y una frase para la posteridad cuando le preguntaron por qué no escuchaba las quejas de empresas e inversores. «Oigo pero no escucho», fue su sentencia.

El movimiento de Christine Lagarde, desde el Banco Central Europeo, abre la puerta a una bajada de tipos de interés en junio, y la Reserva Federal parece alejarse de ese escenario. Las diferencias entre las economías de Europa y EE.UU. acaban de hacerse evidentes. Lagarde aseguró que «las condiciones de financiación siguen siendo restrictivas», lo que implica que los tipos de interés oficiales están por encima de su nivel neutral. Dicho de forma simple, se paga demasiado por pedir prestado respecto a lo que se puede asumir. Esto indica que, para que se reactive esa capacidad de crédito, los tipos deben de bajar en Europa.

Por contra, en EE.UU. el escenario se pinta de forma contraria. A pesar de las subidas de tipos, del encarecimiento de la construcción, los préstamos hipotecarios o el coste de la vida misma, la realidad es que la actividad económica muestra síntomas de seguir a buena velocidad. Tanto es así, que un dato como el ISM, que mide precios a un nivel primario en Estados Unidos, indica que los precios allí van a seguir subiendo: no se ha terminado con la inflación.

Son dos cuestiones que, si se conjugan, dan un escenario que a muchos inversores causa pánico. El BCE se verá obligado a bajar tipos antes que la Reserva Federal para evitar un freno demasiado profundo en la economía europea, mientras que distintos miembros del banco central americano ya filtran que no habrá bajada a ese lado del Atlántico, y que si la economía no frena, quizá el escenario deba de ser aún más duro.

El consenso de analistas consultados por OKDIARIO vaticina un escenario «altamente probable» en el que el BCE baja antes esos tipos de interés, aunque creen que la Reserva Federal mantendrá los suyos sin cambios. Eso sí, advierten, pese al riesgo de que esto pueda generar grandes abismos económicos o una crisis, el dinero de los grandes fondos no tiene grandes alternativas a estar en el mercado; salvo la liquidez, nada ofrece esa rentabilidad actualmente.

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