Consecuencias de la paridad del euro/dólar: energía, inflación, recesión y turismo
El euro ya ha llegado a la paridad con el dólar tras una caída anual del 12% que lo ha llevado a niveles no vistos desde el 15 de julio de 2002. Esta situación tiene importantes consecuencias para el ciudadano, ya que agravará todavía más la inflación y los precios de la energía, aunque también será positiva para las exportaciones y el turismo.
Encarece la energía y eleva la inflación
La mayor preocupación de los expertos con los precios actuales del euro es la inflación importada a causa de la compra de energía en medio de la actual crisis de suministro de gas desde Rusia. El precio de las importaciones se dispara con la situación y se agrava la presión inflacionista. Los productos energéticos clave como el petróleo o el gas se pagan en dólares y cada vez que baja el euro los europeos deben pagar más por cada litro de gasolina o diésel.
Los datos de Eurostat, la agencia de estadística de la Unión Europea, muestran que el 50% de las importaciones de la zona del euro están denominadas en dólares y en algunos países como Grecia esta situación se eleva hasta el 64%. Por otro lado, más del 50% de las ventas corporativas provienen del extranjero, frente al 30% de las empresas estadounidenses, lo que fortalece aún más al dólar.
El propio Banco Central Europeo (BCE) explicaba recientemente el impacto del tipo de cambio sobre la inflación y la economía: “Las variaciones en los tipos se transmiten a la inflación medida por el IPC por varios canales hasta llegar a los precios al consumidor, por los precios de importación y los precios de producción de los bienes de consumo final. Tras una depreciación, los bienes de consumo final se vuelven más caros y se eleva la inflación general”.
Beneficia las exportaciones europeas
Por otro lado, señalaba que la depreciación es beneficiosa en otros aspectos, pues reduce los precios de las exportaciones de la zona del euro denominados en moneda extranjera, “lo que conduce a un aumento de las exportaciones y a un mayor crecimiento del PIB”. Este punto puede ser positivo en un momento como el actual donde la economía de la eurozona se está decelerando a causa de una crisis energética que puede provocar cortes de suministro a la población y la industria.
«El euro ha resistido mejor de lo que esperábamos. Europa tiene un gran problema con la energía y le pasa factura que no ahorre en dólares, mejorará conforme caigan las commodities. Mientras tanto, seguirá sufriendo. No lo vemos en los 0,80 dólares, se moverá sobre la paridad», comentó el economista jefe y director de inversiones de Andbank, Alex Fusté.
Beneficioso para el turismo, pero sale más caro viajar
La fortaleza del dólar daña el poder adquisitivo de la población que usa el euro como divisa en un momento en que llegan las vacaciones de verano. Por un lado, a los viajeros de la zona del euro les saldrá más caro viajar a los países donde el dólar es la referencia, pero también aparece la lectura contraria. Los veraneantes de los países referenciados en dólares encuentran ahora en los países de la zona del euro un destino turístico a un precio más asequible. La tesitura ayudaría al sector turístico, sobre todo a dos de los países más visitados del mundo: España y Francia.