Conoce cómo determinar el valor de una empresa
Un inversor, en el momento de realizar la adquisición de una empresa, no solamente tendrá en cuenta el valor resultante de las distintas cuentas que se presentan en el Registro Mercantil. En éstas, solamente se refleja una parte del valor de la empresa, el contable. Ahora bien, hay muchos otros factores a tener en cuenta antes de llevar a cabo alguna compra o inversión. Del mismo modo, quien tiene la intención de vender el negocio o captar inversores, debe de poner en relieve todos estos otros puntos para añadir valor a su compañía.
¿Qué aspectos se tienen en cuenta al valorar una empresa?
Los aspectos que todo inversor debe de considerar al valorar una empresa, más allá de lo que muestren los números de su contabilidad, son los siguientes:
- Imagen de la empresa: es un aspecto intangible pero que, en cambio, es de altísimo valor. Una compañía bien considerada por el público tiene una gran ventaja competitiva respecto las otras, ya que se trata de un elemento de fidelización muy potente. Además, fomenta el boca a boca y facilita la entrada de nuevos clientes de forma sostenida.
- Tecnología disponible: en un contexto competitivo como el actual, especialmente en según qué sectores, es imprescindible disponer de las últimas innovaciones que han salido en el mercado. En caso de no tenerlas, en un medio plazo, la empresa puede quedar relegada respecto la competencia y perder un alto porcentaje de cuota de mercado al no ser capaz de adaptarse a las nuevas preferencias y necesidades del público objetivo.
- Diversificación de la cartera de clientes: no solamente hay que tener en cuenta la cantidad total de ventas que se consiguen, sino cómo se consiguen. Para una empresa es muy peligroso depender solamente de una sola compañía o de un grupo muy reducido de clientes. Si unos pocos copan un alto porcentaje de los ingresos, en caso de perderlos o ver reducida su importancia, el daño en las cuentas es muy alto. Por lo tanto, todo inversor debe de fijarse en el listado de clientes y la importancia relativa de cada uno.
- Diversificación de la cartera de productos: en la misma línea que en el punto anterior, cuantos más productos ofrezca la empresa y más repartida sea su importancia respecto el total, menos problemas en términos de sostenibilidad futura.
- Nivel formativo de los trabajadores: las personas que conforman el equipo deben de ser capaces de desarrollar con solvencia las tareas encomendadas. Del mismo modo, deben de poder utilizar las innovaciones. Un aspecto a valorar es si existe un departamento de formación y cuál es su funcionamiento.
- Condiciones pactadas con los proveedores: los contratos de aprovisionamiento suponen una parte muy importante de los costes que debe de afrontar toda compañía. Por ese motivo, es importante comprobar que no son desfavorables y que, en relación con las otras posibilidades del mercado, son adecuados.
- Calidad de la base de datos: la existencia de un completo CRM es clave. A partir de los datos recogidos de los clientes y sus preferencias y necesidades, es posible iniciar acciones de venta cruzada que incrementen la vinculación de los clientes.
Temas:
- Gestión de Patrimonios