¿Cómo puede seguir una empresa ante la baja de un emprendedor?
Existe la leyenda urbana que los autónomos no se ponen nunca enfermos. Aunque deben hacer frente a unas importantes cotizaciones a la Seguridad Social y pagan los correspondientes impuestos, ante cualquier contingencia de salud o imposibilidad de desarrollar su actividad, no reciben ninguna compensación.
Se trata de una situación que, para el sector, es considerada injusta y que, aunque se lleva años hablando al respecto, aún no se han desarrollado las medidas necesarias para dotar de mayor tranquilidad y seguridad a estos profesionales. Por ese motivo, una de las mayores preocupaciones de un autónomo, cuando se pone enfermo o, por ejemplo, tiene un hijo, es cómo gestionar tal situación sin que ello le provoque un gran perjuicio económico.
¿Cómo puede hacer frente a una baja un autónomo?
Algunas de las medidas a tomar para que una empresa siga funcionando ante nuestra ausencia son las siguientes:
- Repartir las funciones: en caso que el autónomo tenga a personas contratadas, delegar las actividades a ellos. En ese sentido, es importante que exista una confianza entre los miembros de la organización y que la información circule con fluidez. En caso que sea necesario, dado el volumen de trabajo, se puede coger a alguien como ayuda.
- Mantener el contacto con el cliente: la principal fuente de ingresos de toda compañía son los clientes. Por lo tanto, su satisfacción es básica. Aunque se deleguen funciones, se puede dar la opción a los clientes de contactar con nosotros siempre que lo precisen, especialmente si la relación con ellos es estrecha.
- Contratar a un gestor: es una opción cara pero que, por el contrario, permite estar relativamente más relajado. En caso que la baja sea temporal, es una opción que no tiene ningún sentido, pero si el pensamiento es el de estar un mayor tiempo fuera, entonces sí que es una alternativa adecuada. Esta persona debe de ser una persona con amplios conocimientos del sector y que, a la vez, sepa tratar con los trabajadores de la compañía. En ese sentido, es importante que, durante un tiempo, el emprendedor, gestor y plantilla trabajen juntos para adecuar el ritmo de trabajo y generar confianza.
- Realizar un paro en la actividad: se trata de una decisión de alto riesgo, ya que el cliente puede que decida irse a otro profesional y, en el momento que retomemos la iniciativa, seguir con él. En caso de optar por esta opción, entonces, hay que dejar la dirección de la compañía a una persona de altísima confianza y dejar claro a los clientes que, enseguida que se vuelva al trabajo, será él mismo quien los gestione. Solamente es recomendable, pues, si la confianza entre cliente y autónomo es extremadamente alta y la persona a quien se traspasa la actividad es también conocida y de mucha fiabilidad.
- Realizar determinadas gestiones a distancia: puede que, aunque se deje parte de la actividad, se continúen realizando algunas gestiones o trabajos a distancia. De esta forma, se mantiene el contacto con el cliente y no se pierde todo vínculo durante el tiempo de la baja.